¿Cómo hacer para leer a un autor ecuatoriano en Argentina o a un escritor uruguayo en Guatemala? Ese interrogante se planteó hoy en una mesa de editores independientes mexicanos y argentinos en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, donde se puso el acento en el rol de estos sellos para impulsar la diversidad editorial y la difusión de los libros.
"Desde hace algunos años son las editoriales llamadas independientes las que han comenzado a recuperar las viejas rutas que unían a los países (latino)americanos entre sí", destacó la directora editorial de la argentina Eterna Cadencia, Leonora Djament.
"En las últimas décadas, al menos hasta hace unos pocos años, se había vuelto prácticamente imposible leernos entre (latino)americanos. Salvo, claro está, que se trate de un escritor latinoamericano que haya sido elegido previamente por una editorial grande española", explicó.
En este sentido, la directora editorial del sello nacido en 2008 en Buenos Aires apuntó que España sigue funcionando como "centro de legitimación literaria". A la vez, remarcó que diferentes problemas regionales dificultan la circulación de libros en papel en América Latina, como los elevados costos del transporte, los países que cargan al libro con el IVA o un universo de lectores que no crece.
Djament llamó a promover alianzas que vuelvan cada vez más sólidos los lazos entre editores y distribuidores, con roles flexibles, a partir de "la afinidad, un mismo modo de concebir el libro, la industria, el catálogo".
Por su parte, Eduardo Rabasa, de la mexicana Sexto Piso, que también desembarcó en España, coincidió en la importancia de la cooperación y desestimó que haya rivalidades entre estos sellos. "Estamos jalando para el mismo lado y en la medida en que podamos abrir espacios y canales nos vamos a ver beneficiados todos".
Asimismo, alertó que el término "edición independiente" es ambiguo y confuso y se presta a equívocos que en la práctica tienen consecuencias negativas para los propios sellos. "Porque está rodeado de un aura romántica o utópica, como si fuera una especie de cruzada cultural".
Rabasa llamó a dejar atrás esta visión. "Puede haber una editorial independiente que no pertenezca a ningún gran conglomerado, pero cuya línea editorial se enfoque más hacia cuestiones comerciales, que busque publicar bestsellers, y a la cual no le importe la calidad".
Por eso prefirió hablar de "edición cultural o literaria" en el caso de la que no tiene como objetivo primordial el criterio comercial. "En México veo un ‘miniboom’ de este tipo de editoriales en estos últimos 10, 15 años". Son sellos que están tratando de sentar catálogos basados en criterio de calidad, destacó.
Ezequiel Fanego, de Caja Negra, editorial argentina surgida en 2006, coincidió: "Solemos reírnos del término independientes. Medio en broma decimos que en realidad somos dependientes, dependemos de un montón de cosas, situaciones de mercado, de financiamiento para ciertos proyectos".
Fanego realzó que por ejemplo en la FIL, que se extiende hasta el domingo, pueden verse editoriales compartiendo stands o distribuyendo a otras casas. "Compartimos inevitablemente experiencias y saberes de esta manera un tanto inorgánica y espontánea".
En la mesa "Edición independiente en México y Argentina: presente y futuro" en el pabellón de Argentina, país invitado de honor en la feria, participaron asimismo Guillermo Quijas, director de la mexicana Almadía, y Maximiliano Papandrea, editor de La Bestia Equilátera de Argentina, que comenzó en 2008 traduciendo libros de la escocesa Muriel Spark.
Quijas contó que Almadía, fundada en 2005 en Oaxaca, intentó desembarcar en España, pero no le fue bien. "Desde ese momento decidimos mirar hacia América Latina, hemos tratado de entablar lazos de diversas formas, a través de distribución, publicar autores, traer sellos latinoamericanos y empezar a distribuirlos aquí y llevar los nuestros para allá, empezar a imprimir en algunos lugares como Colombia".
Rabasa, mientras tanto, advirtió: "El libro no es un producto más, tiene un valor cultural, es un vehículo de transmisión de ideas. Un lector no es simplemente un consumidor más. Si se deja el mundo del libro totalmente expuesto a la lógica del mercado, pasa lo que ha pasado en Estados Unidos o en Inglaterra, donde Amazon ha devastado la red de librerías".
Djament concluyó: "Seguimos trabajando en el tendido de redes entre países y en múltiples maneras diversas, creativas, novedosas, de que nuestros libros lleguen a los lectores hispanoparlantes".
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