Blog que reúne las entrevistas que realicé para el servicio español de la Agencia Alemana de Prensa (dpa) en los últimos 20 años.
Desde Carlos Monsiváis a Jorge Edwards, pasando por Ricardo Piglia, Siri Hustvedt, Sergio Ramírez, Elena Poniatowska, Margo Glantz, Almudena Grandes, Luisa Valenzuela, Alan Pauls, Claudia Piñeiro, Juan Villoro y Fernando Vallejo, así como el traductor del "boom" Gregory Rabassa y el poderoso agente literario Andrew Wylie.

También compila otras notas sobre vida y obra de diferentes escritores y sobre las últimas ediciones de actividades culturales como los Congresos Internacionales de la Lengua Española, la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires y la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

jueves, 27 de diciembre de 2012

PUIG, UN VANGUARDISTA QUE ACERCÓ CINE, LITERATURA Y CULTURA POPULAR

Puig, un vanguardista que enriqueció la ficción

El escritor Manuel Puig, quien cumpliría mañana 80 años, descubrió en la cultura de masas y sobre todo en el cine un material inagotable para enriquecer la ficción, renovando el mapa de la literatura argentina.

   El autor de “El beso de la mujer araña” (1932-1990) se atrevió a incluir elementos de la vida cotidiana que no solían tener presencia en los libros por carecer de prestigio literario, como letras de la música popular, recortes de diarios y hasta actas policiales. 

   "Por ciertas formas despreciadas, ciertos géneros populares, tengo un especial gusto. Creo que estos géneros menores pueden ser tratados con cierto rigor artístico y valorizados. El hecho de que sean populares a mí no me molesta, al contrario. Hay ciertos ingredientes, por ejemplo del folletín, el cuidado de la intriga, que me parecen válidos. He intentado siempre una forma de novela popular", revelaba un tímido Puig en una entrevista durante los setenta.

   El descubrimiento del cine, esencial en la vida del novelista, guionista y dramaturgo, se produjo durante su infancia en General Villegas, provincia de Buenos Aires, donde nació Juan Manuel Puig Delledonne un 28 de diciembre de 1932. 

Puig, del cine a las letras
   Prontamente las películas de Hollywood se convirtieron en el paraíso que le permitía escapar de la monotonía y el autoritarismo de la vida pueblerina. "Allí estaba aceptado que debían existir fuertes y débiles y lo que daba el prestigio era la prepotencia", recordaba con espanto.

   Cursó estudios secundarios como pupilo en un colegio del Gran Buenos Aires y en los 50 ingresó en la Universidad de Buenos Aires, donde pasó por las carreras de Arquitectura y Filosofía y Letras. Pero su sueño era otro: dedicarse al cine. Con esa meta partió a los 23 años, para estudiar en el Centro Sperimentale di Cinematografia de Roma.

   Sin embargo, mientras intentaba escribir una introducción para el que sería su cuarto guión cinematográfico, en 1962 gestó casi sin darse cuenta su primera novela, "La traición de Rita Hayworth" (1968). 

   De fuerte contenido autobiográfico, narra la historia de un niño, Toto, que escapa de la realidad refugiándose en las películas. Tanto éste como su siguiente libro, “Boquitas pintadas” (1969), se ambientan en el pueblo imaginario de Coronel Vallejos, de fácil asociación con General Villegas.

   "Manuel se dio cuenta de que le gustaba más el cine como espectador que como creador y de que lo que tenía que expresar lo podía expresar mucho mejor en la literatura", afirmó su biógrafa, la estadounidense Suzanne Jill Levine.

Primera edición de "Boquitas"
   Desde entonces, Puig se convirtió en un escritor viajero que habitó por períodos cortos o prolongados en Roma, Londres, París, Buenos Aires, Ciudad de México, Nueva York, Caracas, Río de Janeiro y Cuernavaca, donde falleció el 22 de julio de 1990.

   "Boquitas pintadas" se presenta como un "folletín en 16 entregas" que gira en torno a los amoríos del donjuán de provincia Juan Carlos Etchepare. Llevada al cine por Leopoldo Torre Nilsson, convirtió a Puig en un autor de renombre en Argentina, donde no siempre gozó del reconocimiento de la crítica.

   El peruano Mario Vargas Llosa, por su parte, catalogó la obra de Puig como representativa de una "literatura liviana". "De todos los escritores que conocí, el que parecía menos interesado en la literatura fue Manuel Puig. Nunca hablaba de autores o libros y, cuando la literatura se infiltraba en la conversación, se mostraba aburrido y cambiaba de tema", contaba hace varios años.

   Tras la publicación de "The Buenos Aires Affair" (1973) recibió amenazas y partió para siempre de su país rumbo al exilio, donde desarrollaría el resto de su obra. La primera novela que publicó en el exterior fue "El beso de la mujer araña" (1976), que le dio prestigio internacional. 

   Puig se encargó de adaptarla a la pantalla grande para el film dirigido por Héctor Babenco, con elenco estelar integrado por Raúl Juliá, Sonia Braga y William Hurt, quien ganó un Oscar por su interpretación del homosexual Luis Molina. El libro sobre la convivencia del preso político Valentín Arregui y el homosexual Molina en una celda de prisión también tuvo versión musical y teatral.

   La original obra de Puig, integrada por ocho novelas, se completa con "Pubis angelical" (1979, llevada al cine por Raúl de la Torre), "Maldición eterna a quien lea estas páginas" (1981), "Sangre de amor correspondido" (1982) y "Cae la noche tropical" (1988).

   Puig suele hacer uso de recursos como la polifonía y también de un narrador casi borrado, con lo que los personajes parecieran responder a un impulso propio. "Puig fue más allá de la vanguardia; demostró que la renovación técnica y la experimentación no son contradictorias con las formas populares", destacó su colega Ricardo Piglia. 

   En los últimos años sus libros están siendo reeditados y se publicaron también dos volúmenes que reúnen sus cartas: "Querida familia: Tomo 1. Cartas europeas (1956-1962)" y "Querida familia: Tomo 2. Cartas americanas – New York – Río (1963-1983)”. 

   El hombre que soñaba en su infancia con convertirse en cineasta ya fue traducido a las más diversas lenguas, mientras su figura vuelve a concitar la atención de la crítica. Como si el destino le hubiera deparado a Puig el mismo "happy end" que a las heroínas de Hollywood que tanto admiró desde un cine perdido en la Pampa.

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viernes, 7 de diciembre de 2012

GREGORY RABASSA, EL SUTIL ARTE DE TRADUCIR LITERATURA LATINOAMERICANA


Rabassa, traductor insigne
La traducción literaria "es un arte y no un oficio", afirma Gregory Rabassa, el gran traductor al inglés de los principales autores del "boom" de la literatura latinoamericana como el colombiano Gabriel García Márquez, el argentino Julio Cortázar y el peruano Mario Vargas Llosa.

   Rabassa, de 90 años, suele traducir mientras lee por primera vez, según cuenta en entrevista telefónica con dpa desde su casa en Nueva York, ya que piensa en la traducción "como una lectura".

   "Pienso que a veces en la segunda lectura se pueden cometer errores, aunque los estudiosos digan que no. Lo que vale es esa primera impresión que tienes de un libro, cuando no lo analizas, simplemente lo lees, lo que es el libro en su verdadera esencia".

   Gracias a su prolífica labor, numerosos lectores del mundo anglosajón conocieron por ejemplo al coronel Aureliano Buendía y a la Maga. Rabassa se inició en el campo de la traducción con "Rayuela" ("Hopscotch") de su amigo Cortázar. Luego el autor argentino lo recomendó a García Márquez para que tradujera "Cien años de soledad" ("One Hundred Years of Solitude"). 

"Hopscotch", su primera traducción
   Rabassa –a quien el Premio Nobel colombiano calificó como "el mejor escritor latinoamericano en inglés"- evoca: "Cortázar le pidió a Gabo que me esperara, porque yo estaba con otras cosas. Gabo esperó un tiempo y luego pude hacer la traducción, que fue bien recibida".

   El estadounidense lleva décadas ejerciendo con maestría su arte, pero dice que no tiene un método para traducir. "Lo que hago es tomar el texto en español y leerlo en inglés. Y luego transcribo al papel lo que leo. Esa es la mejor definición de cómo trabajo", señala con entusiasmo el traductor del español y portugués, hijo de padre cubano. 

   La larga lista de escritores que Rabassa trasladó al inglés incluye también al cubano José Lezama Lima, el guatemalteco Miguel Ángel Asturias, el brasileño Jorge Amado, el portugués António Lobo Antunes y el español Juan Benet.

   Algunas de sus traducciones fructificaron tras recibir colaboración por parte del autor, como fue el caso de Cortázar con "Rayuela" o "Libro de Manuel" ("A Manual for Manuel"). Pero otras lograron enorme reconocimiento aunque Rabassa las emprendiera sin mayores orientaciones. 

La saga de los Buendía en inglés
   Así ocurrió con "Cien años de soledad": "No intercambiamos demasiada correspondencia, él (García Márquez) simplemente me dio libertad. Me dijo adelante, tradúcelo. Y cuando estuvo traducido le gustó, dijo que pensaba que era mejor que su propio original. Mi impresión fue que se trató de un elogio para la lengua inglesa", sostiene Rabassa con modestia.

   A la hora de elegir el libro más complicado en su extensa carrera, el catedrático de Lenguas y Literaturas Hispanas en Queens College apunta a "Paradiso" de Lezama Lima, trabajo que también obtuvo por recomendación de su amigo cronopio. 

   "Tenía un estilo muy extraño, críptico, inventaba palabras. Julio fue muy servicial, porque yo me carteaba con Lezama Lima, pero con el embargo y todo eso, era difícil mantenerse en contacto. Por eso le escribía a Julio y él le mandaba la carta a Lezama en Cuba desde París, un triángulo", recuerda durante la conversación en inglés.

   Y entre los que le dieron más placer, vuelve a la saga de la familia Buendía en Macondo. "Me dejé llevar y disfruté de sus pequeños trucos y la manera en que (García Márquez) la compuso". También se deleitó trabajando con las ficciones de Amado. "Traduje recientemente dos de sus novelas. Siempre es divertido debido a sus extraños personajes".

National Medal of Arts
   Rabassa cuenta en su haber con el National Book Award for Translation por "Hopscotch" y el PEN Translation Prize por "The Autumn of the Patriarch" ("El otoño del Patriarca") de García Márquez, mientras que en 2006 fue distinguido con la National Medal of Arts de Estados Unidos. 

   Consultado acerca de si se siente el "traductor del boom", replica: "No me gusta ser catalogado, aunque tampoco me preocupa". Lo que sí subraya es que el traductor "debe ser escritor para poner por escrito lo que está leyendo. Creo que es una combinación de ambos, es ambos".

   El autor del libro de memorias "If This Be Treason: Translation and Its Dyscontents, A Memoir" continúa trabajando. "Recientemente estuve traduciendo más del portugués, como Jorge Amado, y algunas obras de Portugal, como (José María) Eça de Queiroz, algunos de sus textos que nunca habían sido traducidos. La última novela que traduje fue de (António) Lobo Antunes". 

Las memorias de Rabassa
   Rabassa se muestra convencido de que resulta muy diferente traducir del español que del portugués. "Parecen semejantes, pero el hecho de que su sonido sea tan diferente hace como si estuvieras traduciendo al francés y alemán del español. Están engañosamente cerca en apariencia y significado, pero no en el sonido".

   Con su tono pausado y tranquilo opina que la traducción literaria suele ser subestimada. "La gente no se da cuenta de lo que se requiere para traducir, no es un simple intercambio de palabras. Alguna vez dije que le puedes enseñar a Picasso cómo mezclar sus pinturas, pero no puedes enseñarle cómo pintar sus Demoiselles".

   A la pregunta de si sigue a las nuevas generaciones de autores iberoamericanos, afirma con humildad: "No pude estar al tanto como debería, pero tengo muchos libros e intento leer. Aunque últimamente disminuí la velocidad tanto en la traducción como en la lectura". Pero Rabassa mantiene intacta la pasión por su oficio, el exigente arte de traducir.

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lunes, 22 de octubre de 2012

EL IRREVERENTE FERNANDO VALLEJO CUMPLE 70 AÑOS CON LA MANÍA DE CONTRADECIR

Con ira y nostalgia por Colombia

"Tal vez me imagino que de niño quisiera ser escritor, ahora ya no", proclama el colombiano Fernando Vallejo. Provocador, irreverente y polémico, el autor que cumple 70 años el próximo miércoles asegura que escribe "por molestar y por llenar un tiempo vacío".

   En varias oportunidades declaró que se despedía de la literatura, pero no cumplió. "Siempre me queda faltando un libro", dijo recientemente a dpa en Buenos Aires y anunció "El desastre", obra que no se amoldará a ningún género literario.

   El ganador del Premio Rómulo Gallegos y del FIL de Literatura en Lenguas Romances 2011 explora con aspereza en sus ficciones temas recurrentes como la violencia, la homosexualidad –ha reconocido públicamente la suya-, las drogas, la marginalidad y la muerte.

   El autor de "La virgen de los sicarios" reside hace más de cuatro décadas en México, donde escribió la totalidad de su obra, que vuelve una y otra vez a Colombia. "Pues los (colombianos) que se alcancen a ir, no sueñen con que se han ido, porque adondequiera que vayan, Colombia los seguirá. Los seguirá como me ha seguido a mí, día a día, noche a noche, adonde he ido, con su locura".

   Vallejo no se cansa de criticar a su patria, por la que siente rabia y también nostalgia. En 2007 renunció a su nacionalidad, aunque cuatro años después se definió como colombiano y mexicano: "Uno es del país donde nació y del país donde va a morir".

   El controvertido autor dirige su ira contra los políticos, la Iglesia y la narrativa en tercera persona ("siempre he escrito diciendo yo") y también lanza dardos contra colegas como su compatriota Gabriel García Márquez ("un narrador poco original y peor prosista") y el mexicano Octavio Paz. 


   Logró notoriedad internacional con su novela "La virgen de los sicarios" (1994), ambientada en una Medellín violenta y llevada al cine por el francés Barbet Schroeder, con guión del propio Vallejo.

   El hispanista belga Jacques Joset sostiene en su ensayo "La muerte y la gramática. Los derroteros de Fernando Vallejo" que, con excepción de esta última novela, sus autoficciones tienen siempre algo de saga familiar.

   Aunque no le interesa la familia tradicional como concepto sociológico, "la que sí le conmueve es la suya en cuanto objeto literario, a la vez enraizada en las montañas de Antioquia, metamorfoseada y reinventada en el crisol de la autoficción". 

   En las autoficciones, analiza Joset, "la cantaleta contra Colombia se integra con más naturalidad, ya que el género, por definición, acoge todas las ideas fijas de un 'yo' narrador que se autoriza todas las libertades".

   Nacido el 24 de octubre de 1942, es uno de los nueve hijos del político conservador Aníbal Vallejo Álvarez, y su primera vocación fue la música. Luego se licenció en biología y viajó a Europa para estudiar cine en Cinecittá.

   La escritora mexicana Elena Poniatowska destaca en el documental "La desazón suprema: retrato incesante de Fernando Vallejo" de Luis Ospina que éste "critica abiertamente, como si se lanzara al abismo". Y su ya fallecido compatriota Carlos Monsiváis agrega: "Todo lo dice en un tono suave, tranquilo. Es una suerte de pastel envenenado".

Una pentalogía de autoficciones
   En palabras del propio Vallejo: "Y de rencor en rencor me fui adentrando en la noche oscura del odio, donde dispersas brillaban una que otra chispita de amor. El amor, pienso yo, sólo vale así", según escribe en "Los días azules" (1985), la primera de las novelas que componen la pentalogía "El río del tiempo".

   "Los días azules" se centra en su niñez en Medellín y en la finca de sus abuelos, su adolescencia transcurre en "El fuego secreto" (1986), "Los caminos a Roma" (1988) y "Años de indulgencia" (1989) narran sus experiencias en Europa y Nueva York y "Entre fantasmas" (1993) comprende sus años en México.

   Con "El desbarrancadero", que describe la enfermedad y muerte de su hermano Darío, ganó el Rómulo Gallegos en 2003. Asimismo el defensor a ultranza de los animales publicó las novelas "La rambla paralela" (2002), "Mi hermano el alcalde" (2004) y "El don de la vida" (2010).

   Traducido a una veintena de idiomas, Vallejo exploró la escritura biográfica con "El mensajero" y "Almas en pena, chapolas negras", sobre los poetas de su país Porfirio Barba Jacob y José Asunción Silva, mientras que en su reciente "El cuervo blanco" "canoniza" al filólogo colombiano Rufino José Cuervo.

   Apasionado por la lingüística, la lexicografía y la gramática, su primer libro es "Logoi, una gramática del lenguaje literario" (1983). Le siguieron los ensayos "La tautología darwinista" (1998), "Manualito de imposturología física" (2005) y "La puta de Babilonia" (2007), sobre los crímenes del cristianismo y el Islam.

Vallejo, defensor apasionado de los animales
   Entre 1977 y 1981 filmó tres largometrajes: "Crónica roja", "En la tormenta" y "Barrio de campeones". "Creo que yo terminé haciendo cine porque no sabía escribir", analiza Vallejo, quien hace tiempo desprecia el séptimo arte como "un lenguaje muy menor".

   Cuando por razones editoriales debe releer sus libros, busca erratas y no le importa el contenido: "Los escribí para olvidar". Vallejo reivindica la primera persona como la única posible en la literatura: "Siento un rechazo muy grande por el narrador omnisciente. A duras penas sé lo que pienso yo".

   El narrador de "El don de la vida" se refiere a su "manía irredenta de contradecir, que es mi más preciada prenda". Páginas después, un personaje le pregunta: "¿Cuándo usted dice 'yo' en sus novelas es usted?", a lo que éste responde: "No, es un invento mío. Como yo. Yo también me inventé".

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miércoles, 10 de octubre de 2012

LIBRERÍA Y EDITORIAL EL ATENEO CUMPLE CIEN AÑOS IRRADIANDO LITERATURA


El Ateneo convocó a Borges, Fuentes y Bradbury.
La tradicional librería El Ateneo, punto de reunión de lo más encumbrado de la literatura argentina, celebra su siglo de vida. Actualmente se despliega en varios locales en Buenos Aires, como el histórico de la calle Florida y el Grand Splendid, sobre la Avenida Santa Fe, elegido como la segunda librería más bella del mundo.

  Los salones de Florida convocaron a lo largo de los años a autores argentinos consagrados que se convirtieron en habitués, como Jorge Luis Borges, Manuel Mujica Lainez, Victoria Ocampo y María Elena Walsh. 

   Y también llegó hasta allí el escritor mexicano Carlos Fuentes, quien siempre recordaba que a los 15 años compró en ese lugar su primer libro de Borges. "La librería El Ateneo me alimentó con literatura argentina", contó en una entrevista.

   Por allí desfilaron asimismo otros visitantes ilustres del exterior como el español Federico García Lorca, el cubano Nicolás Guillén y el estadounidense Ray Bradbury. 


El Ateneo de Florida 340
   El Ateneo fue fundado en septiembre de 1912 por el inmigrante español Pedro García, perteneciente a una familia de libreros. Hasta el mes de noviembre, la librería y editorial que comparten nombre e historia festeja su nacimiento con una serie de actividades como ciclos, talleres y exposiciones. 

   Su primera sede estuvo en la calle Victoria (actualmente Hipólito Yrigoyen) al 600, en pleno centro de Buenos Aires. Cinco años más tarde se trasladó a Florida 371 y en 1938 se mudó al edificio art noveau de Florida 340, donde continúa funcionando actualmente.

   En 1998 fue adquirido por el Grupo Ilhsa, de capitales nacionales y dueño de la cadena Yenny. Dos años más tarde se inauguró El Ateneo Grand Splendid, elegido como la segunda librería más bella del mundo por el diario británico "The Guardian".

   También considerada la librería más grande de Sudamérica, funciona en un bello edificio construido como teatro en 1903 sobre la elegante avenida Santa Fe. Cuenta con una superficie de 2.000 metros cuadrados en cuatro niveles, en los que no se alteraron las estructuras.

   "Retuvo su antiguo esplendor, con su cúpula pintada, los balcones originales y la ornamentación intacta. Hasta el telón de terciopelo es parte del show", destacó en su momento "The Guardian". De tono arquitectónico ecléctico, cuenta con una cúpula realizada por el artista italiano Nazareno Orlandi, quien compuso una pintura alegórica de la paz.
El Ateneo Grand Splendid, la
segunda librería más bella del mundo

   El escenario dio paso a un café para los clientes, mientras que algunos palcos mutaron a agradables salas de lectura. Convertida en un punto turístico en el barrio de Recoleta, recibe unas 3.000 visitas diarias. Los lectores pueden encontrar unos 80.000 títulos en El Ateneo Grand Splendid, cuyas ventas anuales ascienden a más de 400.000 ejemplares, señalaron fuentes de la empresa a dpa.

   Corrió mucha tinta desde que El Ateneo fuera fundado en 1912 por Pedro García, oriundo de Logroño. El ferviente republicano llegó a implementar un sistema de cuentas corrientes por el cual los clientes podían llevarse libros y pagarlos a medida que su economía se los permitía. Aunque hubo varios que no honraran sus deudas. 

   Luego El Ateneo fue acompañando la pujanza de la industria editorial, cuando la Argentina se convirtió en el primer polo editorial en lengua hispana, durante la censura franquista.

   La editorial tiene publicados más de 5.000 títulos, lanza actualmente unas 60 novedades por año y su red comercial cubre los países de lengua española. 

   Entre sus libros más vendidos está "Mi planta de naranja lima" del brasileño José Mauro de Vasconcelos, que desde 1971 lleva más de cien reimpresiones. Otro clásico -pero en el catálogo de ciencias médicas- es "Fisiología humana" del Premio Nobel de Medicina argentino Bernardo Houssay, que desde 1945 se actualiza periódicamente con nuevas ediciones. 
La impactante cúpula realizada por Orlandi.

   En los últimos años el sello puso énfasis en la publicación de autores argentinos y, a través la convocatoria anual del Premio Internacional de Novela Letra Sur, que va por su quinta edición, abre puertas a nuevos autores.

   Y si de convocar escritores se trata, Francisco Gil, quien trabajó durante 50 años en la librería, organizó a fines de los 60 la "Primavera de las Letras" en El Ateneo de Florida. El evento en el que los escritores dialogaban con el público y firmaban ejemplares de sus obras es considerado precursor de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.

   Leopoldo Marechal, un entusiasta participante de la "Primavera de las Letras", recordaba entre risas el reto de una lectora por lo que consideraba un error de ortografía en el título de su novela "Adán Buenosayres".

   La calle Florida cuenta desde 2004 con otro local, más cerca de la Plaza San Martín, que ofrece una exposición permanente dedicada a la vida y obra del escritor Julio Cortázar. El Ateneo actualmente tiene presencia también en el barrio porteño de Belgrano y en las ciudades de La Plata, Rosario, Córdoba y San Miguel de Tucumán.


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domingo, 16 de septiembre de 2012

FIESTA DE LAS LETRAS MEXICANAS SE VOLCÓ A LAS CALLES DE BUENOS AIRES


Las letras de México brillaron en el marco del Festival Internacional de Literatura en Buenos Aires, en una celebración entre libros, autores, canciones y mezcales, que fue seguida por un homenaje a Octavio Paz, José Emilio Pacheco y Sergio Pitol. 

   No casualmente el Filba Internacional dedica su cuarta edición a la literatura mexicana, con una nutrida delegación de escritores que incluye a Margo Glantz, Fabio Morábito y Álvaro Enrigue. 

   La actividad "México en Buenos Aires", en el marco de la sección "Viva México", invitó a encontrarse este sábado con autores mexicanos y conocer las novedades de editoriales independientes.

   El epicentro de la jornada que coincidió con la celebración del Grito de Independencia fue la librería "Eterna Cadencia", aunque las actividades también se volcaron a la calle en el barrio porteño de Palermo.

   Se trató de un evento con ambiente distendido, que asimismo dio su improvisado Grito con numerosos neófitos. Al comienzo, cinco escritores y un editor se prestaron a leer obras ante el público, dentro de la librería y también en la acera.
Fabio Morábito

   Los primeros en situarse ante el micrófono fueron Morábito, con algunas de sus columnas para la prensa, y el chileno Álvaro Bisama, quien se disculpó de entrada: "Leo muy mal y no soy mexicano". 

   El director de la Editorial Almadía y de la Feria Internacional del Libro de Oaxaca Guillermo Quijas también participó de la lectura, luego de definirse como "un feliz colado". Asimismo narraron fragmentos de su obra la argen-mex Sandra Lorenzano, Valeria Luiselli y Enrigue. 

   El frente de la librería "Eterna Cadencia" fue decorado con papel picado, mientras que en la calle sendos puestos ofrecían la comida típica mexicana y los libros de Editorial Almadía, el Fondo de Cultura Económica (FCE) y el sello Eterna Cadencia.

   "Almadía surge de una librería que fundó mi abuelo hace más de 60 años en la ciudad de Oaxaca", contó Quijas a dpa. "Si bien nosotros publicamos a muchos autores jóvenes, ya muchos de los autores consolidados en México están publicando con nosotros como Fadanelli, Servín, Villoro, Pitol y Glantz, y la única forma de conseguir eso es trabajando bien con cada uno de los libros", analizó.

   "Cada vez más ha habido un surgimiento de nuevas editoriales. Yo creo que hay una cosa muy importante de diez, 15 editoriales nuevas que han salido en México en los últimos diez años: que tratan de personalizar cada una de las relaciones que conlleva el proceso editorial y creo que eso está dando resultados”, opinó.

   Glantz, quien fue entrevistada el sábado por la noche en el Museo Malba, señaló previamente a dpa que se ha descentralizado la literatura en México. "Eso mismo ha permitido que haya una cantidad de autores que vienen de provincia, que antes tenían que estar en la capital, porque es un país muy centralista". 


Tres amigos: Pacheco, Pitol y Monsiváis.
   Quijas coincidió con la autora de "Saña" en que hay un proceso de descentralización. "Es una cosa muy curiosa, cada vez hay más escritores de la parte norte, pero donde están surgiendo más editoriales es en la parte centro y sur, es muy extraño. Pero la creación de la literatura ya no está sólo en el DF, sobre todo la parte norte está sacando muchos escritores de muy buena calidad y en el sur están surgiendo cada vez más".

   Tampoco faltó un homenaje a los grandes escritores Paz, Pitol y Pacheco, con participación de Morábito y Enrigue y moderación de Lorenzano. 

   "A Paz le ha tocado ser el patriarca literario de México y lo ha pagado muy caro, estuvo muy solo", apuntó Morábito. "Fue una soledad finalmente muy triste". "Fue muy valiente en momentos que fue muy difícil serlo", destacó Enrigue.

   En cuanto a los vínculos entre Paz, Pacheco y Pitol, "uno de los elementos que quizás los reúne de manera más clara sea el de la traducción. Los tres son traductores importantes que teorizan sobre la traducción", analizó Lorenzano.
Paz, el "patriarca literario"

   "De todos nuestros escritores, Pitol es el más joven", consideró Morábito. "Tiene esa adolescencia perpetua que me parece tan saludable en un país tan solemne como México", aseguró, para luego valorar que Pitol siempre pudo entusiasmarse por nuevos autores. 

   El tributo cerró en la librería con la lectura del poema de Pacheco "Alta traición", y luego la acera fue territorio tomado por los mariachis.

   Y antes de que finalice hoy la cuarta edición del Filba con una lectura a cargo del colombiano Fernando Vallejo, continuará el protagonismo mexicano: Glantz, Enrigue y Morábito conversarán en el panel "México por México". Además habrá diálogos entre Guillermo Fadanelli y Leonardo da Jandra, así como con el reconocido compositor Mario Lavista.

   El director del Filba, Pablo Braun, calificó la participación mexicana de "excelente": "Están haciendo un barullo (ruido) importante". "El evento convocó a un montón de gente", señaló Braun a dpa. "Por unos días se habla más de los mexicanos, y eso está buenísimo", concluyó.


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sábado, 15 de septiembre de 2012

MARGO GLANTZ REUNIRÁ MEDIO SIGLO DE VOCACIÓN VIAJERA EN NUEVO LIBRO


Glantz, twittera y trotamundos
  La escritora mexicana Margo Glantz trabaja en un libro de viajes que buscará compilar medio siglo de sus periplos, mientras la incansable trotamundos recala por estos días en Buenos Aires para participar del festival literario Filba Internacional.

   "Soy muy vieja, quién sabe qué me depara la vida. Ahorita lo que quiero es armar un libro de viajes muy largo que tengo, que ya está escrito, que son viajes a lo largo de 50 años y por muchos territorios del mundo, de los cuales aislé la India", cuenta la autora de 82 años, usuaria entusiasta de la red social twitter.

   "Como viajo continuamente va creciendo el libro, es interminable", y podría requerir varios tomos, apunta a dpa la vital Glantz, que acaba de ir a China con su hija y sus nietos y siempre dedica una parte del año a recorrer el mundo con su familia.

   La autora de "Las genealogías" y "Saña" lanzó recientemente en México "Coronada de moscas" (Sexto Piso), donde describe sus experiencias en la India, país que le impactó muchísimo. "Como dice (Pier Paolo) Pasolini, en la India la vida está en el límite de la soportabilidad. Es algo impresionante el hambre, la miseria, las condiciones de vida, el amontonamiento, la mutilación". 

   Glantz -una de las principales invitadas del Festival Internacional de Literatura en Buenos Aires (Filba) que culmina mañana- presentará en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara "Coronada de moscas", que se editará próximamente en España y Argentina.

   Por otra parte, la escritora, ensayista y académica describe a Nora García –que habita las páginas de su novela "El rastro" y de los cuentos de "Historia de una mujer que caminó por la vida con zapatos de diseñador"- como una especie de alter ego, que podría retornar, tal vez, en una nueva novela.

   "Creo que la mato ahí, pero como no he acabado la novela y no me funciona, creo que ya me maté yo a mí misma", bromea. "Tiene ya como 100 páginas, pero es una novela de estructura muy difícil y no he sabido cómo resolverla. Si la vida me es leve y amable, la resuelvo, y sino me muero", dice entre risas.

   "Me pareció un personaje muy divertido, como esas patrañas psicoanalíticas donde uno proyecta", señala.

   "Yo soy incapaz de producir un libro de 500 páginas. Escribo textos breves, pero escribo mucho", afirma Glantz, de antepasados ucranianos y cuya obra se caracteriza por el hábil manejo del lenguaje y la erudición.

    La ganadora de numerosos premios como el FIL de Literatura en Lenguas Romances 2010 y de amplia trayectoria docente, que la condujo entre otros a las universidades de Yale, Princeton y Harvard, no cree que en su obra haya un límite muy claro entre los géneros.


Glantz, premiada en la FIL
   "No soy muy canónica en mi forma de enfrentar la literatura", manifiesta. Sus libros también están surcados por "una indefinición entre realidad y ficción, una cercanía entre lo autobiográfico y lo falso, partir de lo autobiográfico pero irlo destruyendo, o manejar la autobiografía desde niveles absolutamente deleznables".

   "Trabajo a partir de fragmentos casi siempre, que luego voy armando", explica. "Por eso me interesa twitter, porque es la capacidad de resumir en 140 caracteres o menos algo que en un momento dado parece interesante o banal y que uno quiere consignar".

   "Es un ejercicio mental que exige doblegar el idioma y doblegarse uno a sí mismo para que uno pueda rendir en tan poco espacio. Es divertido, es como un juego también", opina la narradora y columnista del diario "La Jornada". 

   El cuerpo es un tema recurrente en su literatura, en especial el femenino: "Está muy sepultado por las miradas extranjeras, sobre todo la mirada masculina. Lo veo a través de la literatura fundamentalmente o del cine. Si uno lee las grandes novelas del siglo XIX, los personajes femeninos son muy importantes, Madame Bovary o Ana Karenina, pero están modelados por la sociedad y por el autor que las creó". 

   "Generalmente es un cuerpo que manipulan los otros. La mujer casi siempre ha sido objeto y no sujeto", sostiene Glantz, quien trabaja mucho sobre la moda en sus textos.

   La escritora se muestra a gusto en Buenos Aires, ciudad que visitó innumerables veces y en la que esta tarde se prestará a una entrevista en el Museo Malba. "Me gusta la gente, las librerías, las pilchas (la ropa), el tango". Mientras, el domingo participará junto a Álvaro Enrigue y Fabio Morábito en el panel "México por México", también en el marco de la cuarta edición del Filba, que homenajea a las letras mexicanas. 
Una joven Margo Glantz

   Si de influencias literarias se trata, Glantz rememora: "En esta larguísima vida mía he leído muchísimo y ya muchísimos autores se volvieron parte mía; ya no sé si soy yo o ellos. En la época del 'boom', mi generación leyó muchísimo a (Julio) Cortázar, como leyó a (Juan Carlos) Onetti y a (Gabriel) García Márquez”.

   Y traza su balance, jocosa: "Mis amigos muy queridos, Sergio Pitol, Monsiváis, Elena Poniatowska, Juan García Ponce, que son de la misma generación que yo, de los años 30, pues casi todos publicaron a los 20, 23, 24 años, y yo empecé a publicar a los 47, así que soy más joven que ellos”.

   "Me siento parte de una generación de escritores, pero escribí mucho tiempo después que ellos. Mientras ellos ya habían publicado sus mejores libros, yo era una joven promesa con arrugas". 


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jueves, 13 de septiembre de 2012

PIGLIA LEVANTA TELÓN DE UN FILBA QUE HOMENAJEA LETRAS DE MÉXICO


Piglia en el auditorio del Malba
   Con una apertura protagonizada por el escritor argentino Ricardo Piglia, el cuarto Festival Internacional de Literatura en Buenos Aires inauguró anoche una edición que rendirá tributo a las letras de México a lo largo de cinco intensas jornadas.

   El autor de "Plata quemada" y "Respiración artificial" ofreció la conferencia "Sobre la interpretación" desde el escenario del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA), en una velada que también evocó al fallecido autor de "Los pichiciegos" Rodolfo Fogwill.

   Piglia saludó especialmente a la mexicana Margo Glantz, "una querida amiga, una escritora extraordinaria", y al colombiano Fernando Vallejo, "al que todos admiramos". "Es una alegría saber que están en Buenos Aires", apuntó hacia el auditorio, donde se encontraban los dos invitados estelares del Filba Internacional.

   Una de las secciones del evento será "Concordancias: música y literatura", que explorará los cruces entre ambas disciplinas. "Una partitura es simplemente un indicio de música potencial", citó Piglia, para luego continuar: "Me pareció que esa idea de la música potencial estaba muy relacionada con las poéticas actuales de la narración, que tienden a ver siempre la lectura como la puesta en acción de un relato potencial".

   "La lectura actualizaría esa potencialidad, haría aparecer ese relato. Para interpretar una narración en realidad hay que volver a contarla", explicó.
Gombrowicz, evocado por Piglia

   La traducción, consideró, es un ejemplo para pensar esta situación. Virginia Woolf recordaba que sus amigos escritores decían que la mejor novela que se había escrito era "La guerra y la paz" de Leon Tolstoi, pero todos la habían leído en traducción, porque no sabían ruso.

   "Ese juicio parece querer decir que la calidad de una novela no depende exclusivamente del estilo del original, como si en la narración hubiera algo más allá de la lengua, que nos diera siempre una suerte de contenido que va más allá de la pura eficacia lingüística. Esto quiere decir en un sentido que la novela puede soportar las traducciones", indicó el autor de "Blanco nocturno". 

   Es como si la novela hubiera nacido íntimamente ligada a la traducción y a la posibilidad de expandirse en lenguas distintas, apuntó Piglia. "La novela sería la primera forma narrativa que surge ligada a la lectura y a la traducción".

   La poesía, en cambio, resiste la traducción: "Sólo funciona plenamente en la lengua materna del que lee. Por eso los poetas consideran a la traducción de poesía como parte de su obra".

   Piglia también señaló el particular caso del polaco Witold Gombrowicz, quien tradujo su novela "Ferdydurke" al español con sus camaradas del café "Rex" en Buenos Aires, ya que él casi no conocía el idioma. "Lo que surge es un libro extraordinario, que podríamos considerar una interpretación nueva del original", destacó.
Un recuerdo para Fogwill

   Poco antes, el coordinador general del Filba, Patricio Zunini, recordó: "Dos años atrás se murió un gran escritor, Fogwill. Esta edición del Filba va a hacer un recorrido homenaje especial a su figura y para ello en la inauguración queríamos tenerlo presente". 

   El reconocido actor argentino Lito Cruz subió al escenario para interpretar una selección de la nouvelle de Fogwill "Help a él", basada en "El Aleph" de Jorge Luis Borges.

   Hasta el domingo, el festival que organiza anualmente la Fundación Filba contará con la participación de alrededor de una veintena de invitados internacionales, entre los que se destacan el francés Laurent Binet, el chileno Álvaro Bisama, el boliviano Rodrigo Hasbún, la española Mercedes Cebrián y el noruego Kjartan Fløgstad.

   Diez autores mexicanos desembarcan por estos días en la capital argentina; algunos de renombre, como Glantz, y otros prometedores, como la joven Valeria Luiselli, que animarán la sección titulada "¡Viva México!".

   La delegación azteca está integrada además por Fabio Morábito –nacido en Egipto y residente en México-, Álvaro Enrigue, Leonardo Da Jandra, Guillermo Fadanelli, Julián Herbert, la argentina radicada en México Sandra Lorenzano, el compositor Mario Lavista y el editor y director de la Feria Internacional del Libro de Oaxaca Guillermo Quijas.


   El director del Filba, Pablo Braun, explicó durante la apertura: "En todas las ediciones hemos homenajeado las letras de algún país. Este año, y sentimos que por fin saldamos una deuda, la literatura homenajeada será la de México, considerada una de las más influyentes del continente, no sólo por la gran importancia de sus escritores consagrados y sus nuevas voces, sino por su poderosa industria editorial".

   Y también se desplegarán las secciones "clásicas" del festival como "Tinta activa", que se ocupa de la actualidad literaria, y "En primera persona", escenificación de las letras a través de lecturas, recitales, performances y entrevistas. 

   "Tinta activa" propicia hoy un diálogo entre las escritoras argentinas Angélica Gorodischer y Liliana Heker, en tanto que "En primera persona" presenta esta noche una entrevista a Vallejo, asimismo encargado de cerrar el encuentro el domingo con una lectura de comienzos y finales de sus libros.


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miércoles, 12 de septiembre de 2012

DE RUFINO CUERVO A "EL DESASTRE", VALLEJO DESAFÍA LOS GÉNEROS


Vallejo, apasionado por Rufino Cuervo
"Los géneros son muy limitados para dar cuenta de la realidad", proclama Fernando Vallejo tras su particular biografía sobre Rufino José Cuervo "El cuervo blanco", mientras anticipa que su nueva obra se llamará "El desastre" y no se amoldará a ninguna categoría literaria.

   En "El cuervo blanco", recientemente publicado por Alfaguara, el controvertido ganador del Premio Rómulo Gallegos y del FIL de Literatura en Lenguas Romances "canoniza" al filólogo en base a una enorme cantidad de datos, mientras desgrana diversas anécdotas. Y también se refiere a los caprichos del idioma, la situación del español y critica a Colombia, los políticos y la Iglesia. 

   Vallejo -nacido en 1942 en Medellín y residente en México- asegura en diálogo con dpa que ambas partes del libro son claramente separables. "Es un experimento de ampliar los géneros, porque son muy estrechos para lo amplia que es la realidad, la vida".

   "He escrito tres biografías, más que por escribirlas y para que supieran otros de mis tres biografiados, es porque quería yo saber de ellos", sostiene Vallejo, uno de los principales invitados del Festival Internacional de Literatura en Buenos Aires que se inicia hoy. El autor colombiano publicó previamente "Almas en pena, chapolas negras" y "El mensajero", sobre los poetas de su país José Asunción Silva y Porfirio Barba Jacob.


   En "El cuervo blanco", Vallejo elogia a Rufino Cuervo (1844-1911) como el "primer filólogo de este idioma: el primero en el tiempo y el más grande". "Siempre tuve curiosidad de saber de él. Pensé que no estaba a mi alcance esa investigación, nunca soñé en llegar a saber lo que sé en este momento de él", se enorgullece.

   "Y la veía muy difícil porque los últimos 29 años de su vida los vivió en París, y pensé yo que la clave estaba en París. En realidad la clave estaba en Colombia en el Instituto Caro y Cuervo. Entonces fue muy fácil, fue una investigación muy rápida. Él había guardado infinidad de papeles y a su muerte los trajeron de Francia. Un milagro, porque lo usual es que todas estas cosas desaparezcan", cuenta.

   Vallejo confirma que carece de entusiasmo por la literatura. "A veces leo algún periódico, pero cada vez menos". Consultado acerca de si lee a sus colegas, replica: "No tengo interés, no tienen qué decirme, y si tienen algo que decirme, no me importa que me lo digan".

   A la pregunta de por qué la literatura actualmente no lo seduce, señala que responderá con "El desastre". "A lo mejor ahora que regrese de Argentina por fin lo empiezo. No es un ensayo, no tiene género, es un libro de infinidad de cosas. Y de la vida mía y de mi percepción del desastre, de la vida humana y del planeta y de su presente miserable y su futuro incierto".
Rufino Cuervo

   "Para mí salir de un libro es como ya cerrar y no volver a escribir otro. Que es lo que quisiera siempre hacer, decir 'éste que sea el último, no escribo más'. Siempre me queda faltando uno, ahora me queda faltando éste, donde voy a mezclar los géneros en mayor medida de lo que ya lo he hecho". Y desliza con su voz suave: "A lo mejor será el último".

"Nunca me hice ese propósito de ser escritor, aunque de niño probablemente quisiera haber sido escritor. Pero después me dediqué a estudiar cine, hice unas películas, otras cosas, y nunca me he tomado este papel en serio", asevera el autor de "La virgen de los sicarios", que llevó a la pantalla grande Barbet Schroeder con guión del propio Vallejo. 


   Y también dirige sus dardos contra el séptimo arte: "El cine es miserable, no tiene razón de ser ya, ojalá se acabe pronto esa tontería. Duró demasiado, un siglo largo".

   Asimismo, Vallejo observa una colonización del mundo hispánico por parte del mundo anglosajón, "que se da con toda claridad en la música, pues también en el lenguaje, que es más profundo, porque son las estructuras del pensamiento las que están detrás de las palabras".

   Pero el español también "se está absorbiendo palabras del inglés todo el tiempo. Y es explicable que absorba palabras del inglés para lo que inventaron los anglosajones", como por ejemplo Internet, indica. "Nos han anglizado el alma", anota.

   "Lo curioso es que ahora España es una provincia del idioma nada más. Antes fue la metrópoli, ella dictaba la norma, hasta la independencia. Después de eso se empezó a relajar y a deshacer esa predominancia de la Real Academia, se fundaron las academias nuestras. Es muy importante que las academias se hayan unido y estén trabajando juntas", considera Vallejo, cuyo primer libro es "Logoi, una gramática del lenguaje literario".

   "Un idioma no es regulable, es un río salido de cauce que hace lo que quiere", afirma el autor de la serie de novelas autobiográficas "El río del tiempo", un apasionado por la lingüística, la lexicografía y la gramática.


Vallejo, defensor de los animales
   Vallejo se muestra complacido de estar de visita en Argentina. "Me gusta que quiera los libros todavía, es uno de los últimos reductos. Aquí todavía sigo viendo librerías por todas partes, pese a una crisis inmensa". Pero el escritor que abraza la causa de la defensa de los animales también deplora: "No me gusta que se coman a los animales ni que tengan una ganadería inmensa. No me gusta que les guste el fútbol, porque lo detesto".

   El cierre de la cuarta edición del festival literario Filba Internacional lo tendrá como gran protagonista el domingo, con una lectura de comienzos y finales de sus obras. "Voy a leer un rato y eso es todo", desmitifica Vallejo.

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lunes, 10 de septiembre de 2012

FILBA BUSCA "CONTAGIAR LITERATURA" CON HOMENAJE A LETRAS DE MÉXICO


El cuarto Festival Internacional de Literatura en Buenos Aires tendrá como protagonista estelar a las letras de México y convocará del miércoles al domingo a autores como el colombiano Fernando Vallejo, la mexicana Margo Glantz y el francés Laurent Binet, galardonado con el Premio Goncourt de primera novela.

   "El Filba Internacional tiene como programa fomentar la relación entre el público porteño con escritores noveles y consagrados, y el intercambio con distintas disciplinas artísticas como la música, el teatro, el cine, la fotografía", explica a dpa Patricio Zunini, coordinador general del festival.

   "El objetivo es contagiar el virus de la literatura. En las diferentes ediciones, el festival ha funcionado como una puerta de acceso a nuevos escritores o a algunos que tenían obra profusa pero que no habían desembarcado con fuerza en la Argentina", analiza.


Glantz, Pacheco y Monsiváis.
   La sección "¡Viva México!" busca trazar un recorrido por la obra de las voces más significativas del siglo XX mexicano como Octavio Paz, Sergio Pitol, José Emilio Pacheco y Carlos Monsiváis, así como acercar las expresiones contemporáneas de su narrativa, poesía y música.

   Desde la primera edición, el Filba Internacional se propuso funcionar como un agente de la literatura latinoamericana, apunta el coordinador general del festival. El primer año se realizó un tributo al chileno Roberto Bolaño y las dos siguientes ediciones dedicaron itinerarios a las letras uruguayas y brasileñas. 

   "Para continuar este camino, las letras homenajeadas en 2012 son las de México, consideradas tal vez como las más influyentes del continente, no sólo por la gran importancia de sus escritores consagrados y de sus nuevas voces, sino también por su poderosa industria editorial", destaca. 

   Zunini señala que diez autores mexicanos desembarcarán en la capital argentina; algunos de renombre, como Glantz, y otros prometedores, como la joven Valeria Luiselli.
Fabio Morábito

   La delegación azteca estará integrada además por Fabio Morábito –nacido en Egipto y residente en México-, Álvaro Enrigue, Leonardo Da Jandra, Guillermo Fadanelli, Julián Herbert, la argentina radicada en México Sandra Lorenzano, el compositor Mario Lavista y el editor y director de la Feria Internacional del Libro de Oaxaca Guillermo Quijas.

   También participarán del evento organizado anualmente por la Fundación Filba el chileno Álvaro Bisama, el boliviano Rodrigo Hasbún, el brasileño Ronaldo Correia de Brito, la española Mercedes Cebrián y el noruego Kjartan Fløgstad.

   La apertura correrá el miércoles por cuenta de Ricardo Piglia con la conferencia "Sobre la interpretación" en el MALBA. Vallejo, en tanto, será el encargado de cerrar el encuentro el domingo sobre el mismo escenario, en una lectura con una selección especial de comienzos y finales de sus libros.

   Al igual que en ediciones anteriores, el Filba contará con una nutrida participación de autores consagrados del ámbito local, como Luis Chitarroni, Marcelo Cohen, Tamara Kamenszain, Angélica Gorodischer, Liliana Heker, Carlos Gamerro, Pedro Mairal y Marcelo Figueras.

   Este año, además de las secciones "clásicas" como "Tinta activa", que se ocupa de la actualidad literaria, y "En primera persona", escenificación de las letras a través de lecturas, recitales, performances y entrevistas, se propician dos recorridos especiales: "Viva México" y "Concordancias", cruce entre música y literatura.

   Entre las actividades de "Viva México", "México en Buenos Aires" invita a encontrarse con escritores destacados de ese país en formato de fiesta diurna y conocer las últimas novedades de editoriales independientes. Y Glantz, Enrigue y Morábito dialogarán en el panel "México por México" sobre las expresiones y desafíos del escenario cultural local y su panorama literario.


Fogwill, recordado por el Filba.
   Mientras, la mesa "La larga risa de todos esos Fogwill" recordará al autor argentino a dos años de su muerte, con los sociólogos y ensayistas Horacio González y María Pía López.

   El encuentro fue precedido por el filbita, dedicado a la literatura infantil y juvenil, que culminó ayer. Ahora, desde el miércoles, le llega el turno al Filba de desplegarse en diez sedes -entre ellas la Biblioteca Nacional, el Centro Cultural de España en Buenos Aires (CCEBA), la Fundación Tomás Eloy Martínez, la librería Eterna Cadencia y el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA)- y ofrecer sus actividades con ingreso gratuito.


   "El objetivo es conseguir una multiplicidad de miradas acerca del hecho literario", resume Zunini. La invitación a acercarse a la diversidad narrativa con autores de diferentes estilos e idiomas ya está lanzada.

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