Blog que reúne las entrevistas que realicé para el servicio español de la Agencia Alemana de Prensa (dpa) en los últimos 20 años.
Desde Carlos Monsiváis a Jorge Edwards, pasando por Ricardo Piglia, Siri Hustvedt, Sergio Ramírez, Elena Poniatowska, Margo Glantz, Almudena Grandes, Luisa Valenzuela, Alan Pauls, Claudia Piñeiro, Juan Villoro y Fernando Vallejo, así como el traductor del "boom" Gregory Rabassa y el poderoso agente literario Andrew Wylie.

También compila otras notas sobre vida y obra de diferentes escritores y sobre las últimas ediciones de actividades culturales como los Congresos Internacionales de la Lengua Española, la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires y la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

miércoles, 25 de enero de 2017

"LA CONDICIÓN ANIMAL" DE CORREA FIZ: RASTREOS DEL MAL Y LA FRAGILIDAD

Cortesía Isabel Wagemann
"La condición animal" reúne 12 cuentos de la escritora argentina Valeria Correa Fiz, que escarban hasta dejar al descubierto las aristas más oscuras e inquietantes del ser humano. "Intenté retratar ciertos aspectos del hombre frente al mal, sus modos de comportarse cuando se encuentra ante situaciones límite como la enfermedad, la locura, la muerte", dice la autora a dpa.

Hace algunas semanas, el debut literario de Correa Fiz fue elegido por la española Cristina Fernández Cubas entre sus lecturas de 2016 para el prestigioso suplemento cultural "Babelia". "La condición animal" (Páginas de Espuma), que impacta por su prosa descarnada, intensa y visceral, se publicó en septiembre en España y circula entretanto por librerías de Argentina, Perú, Ecuador, Colombia, Chile y Uruguay, mientras que próximamente llegará a México. 

Los personajes del libro son muy diferentes entre sí, al igual que las historias que los ponen en movimiento. Sin embargo, "La condición animal" busca "sumergirse y bucear en los temblores, miedos e inseguridades de cada uno de ellos. En ese sentido, diría que el tema que los vincula es que son exhibidos desde su costado más frágil, en sus debilidades", afirma la escritora desde Madrid.

El volumen -dividido en las secciones Tierra, Aire, Fuego y Agua- se abre con "Una casa en las afueras", relato en el que un grupo de jóvenes toman la vivienda de una mujer y practican rituales con su gato preferido, y cierra con "Criaturas", sobre una pareja en espera de un bebé en un país asolado por una plaga de anfibios.

"La condición animal" es el fruto de una pregunta que Correa Fiz se formula desde que comenzó a estudiar abogacía: "La 'mala conducta' -la ética o socialmente reprochable y también aquella que nos parece inhumana- ¿es un recurso a la naturaleza, es un desvío, el resultado de una zoología errada, o es simplemente una ruptura del código ético-normativo con el que nos regulamos a nosotros mismos?"

Correa Fiz, quien nació y creció en Rosario pero vive hace más de diez años en el extranjero, apunta que el otro interrogante que la obsesiona "tiene que ver con saber qué es verdaderamente lo que nos hace diferentes como especie, en qué consiste la condición humana. Un día me di cuenta de que muchos de los cuentos que tenía en los cajones orbitaban en torno a estas dos preguntas. El título 'La condición animal' surgió inmediatamente".

Por las páginas del primer libro de la escritora argentina se suceden fragilidades como la de una niña angustiada por la muerte de un gorrión durante un verano en el campo ("Lo que queda en el aire") y la de un hombre solo que recuerda a sus seres queridos mientras aguarda su cita con la muerte ("Aún a la intemperie").

Asimismo aparecen personajes disímiles como un joven obsesionado que limpia en una tienda y acosa a una clienta ("La vida interior de los probadores") y una mujer que evoca a sus abuelos, migrantes japoneses a la Argentina, mientras la atiende su manicura ("Las invasiones").

Cortesía Isabel Wagemann
Correa Fiz, quien dicta talleres de escritura creativa en el Instituto Cervantes de Milán, manifiesta estar "particularmente feliz" con el cuento más largo del libro, "Nostalgia de la morgue". "Creo que me ha permitido mostrar la idea de que el amor y la ternura pueden ser antídotos contra la adversidad, la violencia, las turbulencias de la vida", indica.

Además apunta que el tema del desamor -pasional, fraternal, filial, entre amigos- se encuentra presente a lo largo de "La condición animal". "Puede que la atmósfera oscura en la que se desarrollan la mayoría de los cuentos enturbie un poco esta idea, pero creo que está allí, por debajo de la superficie dura de lo que se cuenta".

La autora vivió en Miami, Milán y actualmente reside en Madrid. "Vivir afuera hizo que me volcara a la escritura de un modo más sistemático. La nostalgia es un sentimiento que me impulsa siempre a escribir. Creo que porque la escritura es sanadora en tanto te permite habitar dos o más territorios contemporáneamente, permitiéndote integrar lo empírico a lo imaginario", analiza.

Sin embargo, "pocos allegados sabían que yo escribía, y me decía a mí misma que escribía para mí, sin ningún proyecto literario", revela Correa Fiz. Hasta que hace unos tres años la escritora argentina Clara Obligado, a quien conoció en el Cervantes de Milán, le hizo un comentario que la sacudió e inspiró. "Me movió a armar este primer libro y a buscar su publicación", añade.

A la pregunta de si se modifica el lugar que ocupa la escritura en su vida a partir de "La condición animal", responde: "La escritura es mi modo de pensar el mundo y de interrogarme. Mi actitud frente a la escritura no ha cambiado porque yo hace unos diez años que escribo casi a diario, aunque sea una idea pequeña en una libreta. Lo que posiblemente haya cambiado es que ahora escribo menos desordenadamente, con miras a un proyecto concreto". 

Actualmente trabaja en la corrección del poemario "El invierno a deshoras", con el que se adjudicó el XI Premio Internacional de Poesía "Claudio Rodríguez" y que publicará este año editorial Hiperión. 

Mientras tanto, Correa Fiz disfruta de su prometedor debut en las letras: "'La condición animal' ha encontrado muchos más lectores de los que imaginaba que podía tener un primer libro de relatos, y me siento muy feliz y muy afortunada por ello".

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viernes, 6 de enero de 2017

PIGLIA,EL ESCRITOR QUE ABRIÓ LOS HORIZONTES DE LA NARRATIVA

El escritor argentino Ricardo Piglia plasmó a lo largo de su vida una obra lúcida e innovadora que abrió los horizontes de la narrativa y lo convirtió en un referente ineludible de la literatura latinoamericana.
Su obra se sitúa "por encima del proceso de desliteraturización que padece la novelística actual y vuelca en el poso de un ferviente lector la mirada de un crítico literario perspicaz y el conocimiento de un teórico de la literatura", explicó en 2015 el jurado del Premio Formentor al galardonar al autor de "Respiración artificial" y "Plata quemada".
Piglia, fallecido hoy a los 76 años a causa de las complicaciones generadas por la esclerosis lateral amiotrófica que padecía desde hace más de dos años, sostenía: "No creo que existan escritores sin teoría: en todo caso la ingenuidad, la espontaneidad, el antiintelectualismo son una teoría, bastante compleja y sofisticada, por lo demás, que ha servido para arruinar a muchos escritores".
El arte de narrar, escribió en su ensayo "Formas breves", "es un arte de la duplicación; es el arte de presentir lo inesperado; de saber esperar lo que viene, nítido, invisible, como la silueta de una mariposa contra la tela vacía".
En el último tiempo el intelectual y profesor universitario estuvo recluido en su casa en Buenos Aires por razones de salud, donde trabajó en sus míticos diarios privados que desde siempre nutrieron sus ficciones.
La esclerosis lateral amiotrófica (ELA) que padeció le impidió asistir entre otros en 2015 a la presentación de "Años de formación", el primer volumen de "Los diarios de Emilio Renzi". Renzi es nada menos que el álter ego del autor, que aparece y reaparece en sus ficciones.
Nacido en 1940 en Adrogué, la familia de Piglia resolvió irse de ese suburbio de Buenos Aires a Mar del Plata, ya que su padre era perseguido por su ideología peronista. Por entonces, a sus 16 años y "en medio de la desbandada, en una de las habitaciones desmanteladas de la casa”, empezó a escribir un diario.
"Viví ese viaje como un destierro, no quería irme del lugar donde había nacido. No podía concebir que se pudiera vivir en otro lado, y de hecho después no me ha importado nunca el lugar donde he vivido", recordaba Piglia, que enseñó en diversas universidades como Harvard y Princeton.
Se licenció en Historia por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), aunque dedicó su vida a las letras. En 1965 se mudó a Buenos Aires, donde el prestigioso editor Jorge Álvarez le ofreció trabajo.
Dos años más tarde ganó una mención especial del Premio Casa de las Américas por su libro de cuentos "Jaulario" (luego publicado como "La invasión"). Allí aparece su álter ego Renzi, en un juego de espejos a partir del nombre completo del propio autor: Ricardo Emilio Piglia Renzi.
En 1975 se editó "Nombre falso", su segundo libro de cuentos. Cinco años después, durante la dictadura militar, Piglia alcanzó trascendencia internacional con su primera novela, "Respiración artificial", que puede leerse como una indagación sobre los enigmas de épocas convulsas y con la que marcó un hito en la literatura argentina.
En 1988 publicó "Prisión perpetua", que incluye dos novelas cortas, y cuatro años más tarde fue el turno de su segunda novela, "La ciudad ausente", a la que Gerardo Gandini convirtió en ópera con libreto del propio Piglia.
Posteriormente vieron la luz la antología "Cuentos morales" (1995) y su tercera novela, "Plata quemada" (1997), llevada luego al cine por el director argentino Marcelo Piñeyro. Este policial rioplatense, inspirado en un hecho real, le valió el Premio Planeta de Argentina, acompañado de polémica. Tras un juicio impulsado por otro concursante, la Justicia determinó que Piglia no debió postularse porque se encontraba vinculado contractualmente con la empresa editora.
Junto a su obra de ficción, se desempeñó como crítico y ensayista y escribió sobre Ricardo Arlt, Jorge Luis Borges y Macedonio Fernández. Sus ensayos, conferencias y conversaciones fueron reunidos entre otros en "Crítica y ficción", "Formas breves" y "El último lector".
Volvió a consagrarse en 2010 con "Blanco nocturno", policial -para Piglia uno de los géneros fundamentales de la literatura contemporánea- que parte del crimen de un extraño forastero y donde también aparece Renzi. La obra cosechó entre otros el Premio Rómulo Gallegos, el Premio de la Crítica en España y el Premio Internacional de Novela Dashiell Hammett.
Respecto de los múltiples galardones de los últimos años, Piglia decía a dpa en 2013: "Creo que me dan premios porque ya soy un escritor viejo. Ojalá me los hubieran dado a los 25 años. En realidad lo que están reconociendo es que yo empecé a publicar hace 50 años, en 1963, son muchísimos años de trabajo”.
En su quinta novela, "El camino de Ida" (2013), Renzi llega como profesor a un campus en Estados Unidos -experiencia que el propio autor cultivó durante años- y desde allí arroja una cruda mirada sobre algunos rasgos de la sociedad estadounidense.
En "Años de formación", Piglia se pregunta cómo se convierte alguien en escritor. "No es una vocación, a quién se le ocurre, no es una decisión tampoco, se parece más bien a una manía, un hábito, una adicción, si uno deja de hacerlo se siente peor, pero tener que hacerlo es ridículo, y al final se convierte en un modo de vivir (como cualquier otro)".
En 2016 se publicó el segundo tomo de su trilogía autobiográfica, "Los años felices", y este año se editará el último volumen, "Un día en la vida", luego de que Piglia revisara sus míticos diarios, transformados en el impactante registro de una vida literaria.
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