Blog que reúne las entrevistas que realicé para el servicio español de la Agencia Alemana de Prensa (dpa) en los últimos 20 años.
Desde Carlos Monsiváis a Jorge Edwards, pasando por Ricardo Piglia, Siri Hustvedt, Sergio Ramírez, Elena Poniatowska, Margo Glantz, Almudena Grandes, Luisa Valenzuela, Alan Pauls, Claudia Piñeiro, Juan Villoro y Fernando Vallejo, así como el traductor del "boom" Gregory Rabassa y el poderoso agente literario Andrew Wylie.

También compila otras notas sobre vida y obra de diferentes escritores y sobre las últimas ediciones de actividades culturales como los Congresos Internacionales de la Lengua Española, la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires y la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

miércoles, 26 de octubre de 2011

UN VIAJE EN TREN POR LAS LETRAS, DE BORGES A WALSH Y DE PIGLIA A VIÑAS

El ferrocarril Borges confluye con el Martínez Estrada en la estación "Martín Fierro". Y el "Facundo" es uno de varios cruces de la línea Viñas con Piglia. 

   Estas singulares intersecciones férreas habitan la muestra "200 años, 200 libros". Vías imaginarias por las que el visitante emprende su travesía por las letras argentinas de los dos últimos siglos.

   Junto a Jorge Luis Borges, Ezequiel Martínez Estrada, David Viñas y Ricardo Piglia, también Raúl Scalabrini Ortiz, Néstor Perlongher y Rodolfo Walsh prestan sus apellidos para bautizar siete ferrocarriles, junto al río Conti. 

   El espacio elegido para "200 años, 200 libros" estremece y no es arbitrario: el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, en el predio que perteneció a la ex Escuela de Mécanica de la Armada (ESMA). 

   "Haroldo Conti, novelista del río, desaparecido y salvajemente torturado, da su nombre a nuestro centro cultural. Rodolfo Walsh, gran cronista de nuestra época, fue visto sin vida en este predio. Nuestro recorrido por la cultura argentina –uno entre los muchos posibles- es también un modo de rendirles homenaje. Esta muestra bien pudo llamarse Literatura y Memoria", apunta Eduardo Jozami, director del centro cultural.

   Para definir las 200 obras fundamentales de la exposición conmemorativa del bicentenario, organizada conjuntamente con la Biblioteca Nacional, se convocó a 23 intelectuales, escritores y artistas. 

   Entre los selectores se contaron escritores como Viñas, Noé Jitrik, Alan Pauls y Andrés Rivera, el poeta Arturo Carrera, los filósofos José Pablo Feinmann y León Rozitchner, el historiador Norberto Galasso y la dramaturga Griselda Gambaro. Tanto Viñas como Rozitchner fallecieron este año antes de la apertura de la muestra subtitulada "Recorridos por la cultura argentina".

   La propuesta se rige por el concepto de múltiples trayectos, bifurcaciones y cruces. Cada línea luce un color característico y diferentes ramales, donde se enlazan libros afines por sus temas o formas de experimentación. 

   Borges, además de poseer su propia línea férrea con los ramales "La lengua en cuestión" y "Artificios", es el escritor que más libros exhibe, con nada menos que siete, entre los que figuran "Cuaderno San Martín", "El Aleph" y "Ficciones".

   Cada uno de los 200 libros representa una estación, inmersa en el simbolismo de las vías del ferrocarril. Algunas obras se exhiben junto a elementos pertenecientes a su universo, como fotografías, películas, traducciones y obras producidas especialmente para la lúdica muestra.

   Resulta especialmente llamativa la estación dedicada a "En la masmédula" (primera del ramal "Artificios" de Borges), que presenta el poema "La mezcla" en voz de su autor, Oliverio Girondo. 

   En el ramal "Juegos" del Piglia puede encontrarse por ejemplo, además de su obra "La ciudad ausente", a Julio Cortázar con "Final del juego", "Las armas secretas" y "Rayuela", así como a Adolfo Bioy Casares con "La invención de Morel". 

   Mientras, "Gotán" de Juan Gelman es la estación que abre el recorrido de "La lengua en cuestión" de Borges, en la que también se inscriben entre otras "Boquitas pintadas" de Manuel Puig, "Los pichiciegos" de Rodolfo Fogwill y "El lenguaje de Buenos Aires", de Borges y José Clemente.

   Por su parte, el ferrocarril Walsh inicia su recorrido con su sobresaliente investigación periodística "Operación Masacre", y en el ramal "Poder, resistencia y tragedia" se ubican las estaciones "Ciencias morales" de Martín Kohan, "La casa y el viento" de Héctor Tizón y "Nadie nada nunca" de Juan José Saer, así como el informe "Nunca Más" de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP).

   La correspondencia entre Juan Domingo Perón y el militante peronista John William Cooke forma parte del otro ramal, "El peronismo como drama personal", al igual que "Mi mensaje" de Eva Perón. 

   Mientras, la investigación "La Patagonia rebelde" de Osvaldo Bayer nutre el ramal "Conspiradores y rebeldes" del Perlongher, junto al libro más antiguo de la muestra, "Plan de operaciones", de Mariano Moreno (1810).

   El otro ramal del Perlongher, "Pasiones", nuclea dos obras de Puig, "Boquitas pintadas" y "La traición de Rita Hayworth", así como "El pasado" de Pauls.

   En forma paralela a la exposición, en octubre se ofrece un ciclo de cine y literatura, mientras que en noviembre se presentarán escritores como Piglia, Kohan y Pauls, que leerán sus obras acompañados por músicos en vivo.

   La muestra, que comenzó a principios de octubre y se extenderá hasta fines de enero de 2012, dedica su primera planta a los ferrocarriles Viñas, Martínez Estrada, Piglia, Borges, Perlongher y Walsh, en tanto que la segunda planta es atravesada por la línea del pensador Scalabrini Ortiz y el río Conti. 

   El Scalabrini Ortiz es el más extenso de la exposición, con más de 40 estaciones, tres ramales y un apeadero por un amplio espectro de textos históricos y políticos, como "Historia de la República Argentina" de Vicente Fidel López, "La República imposible" de Tulio Halperín Donghi o el "Manual de zonceras argentinas" de Arturo Jauretche. 

   El río Conti, en tanto, despliega el más breve de los recorridos, con cinco estaciones, entre ellas "Sudeste" del escritor desaparecido. Y también se ofrece como un epílogo posible del itinerario por el territorio de la cultura argentina. 


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miércoles, 12 de octubre de 2011

DE COLÓN A "RAYUELA", LA LENGUA Y EL LIBRO PROTAGONIZAN NUEVO MUSEO

El cuaderno de bitácora de "Rayuela", diversas obras cruciales de la literatura argentina, la historia del idioma español antes de la llegada de Cristóbal Colón a América y murales de Juan Carlos Castagnino y Lino Enea Spilimbergo conviven en Buenos Aires bajo el techo del nuevo Museo del Libro y de la Lengua, considerado el primero del ámbito hispanohablante.

   El edificio de colorida fachada bajo la órbita de la Biblioteca Nacional abrió el martes sus puertas al público en el barrio porteño de Recoleta. Diseñado por los arquitectos Clorindo Testa y Francisco Bullrich, costó más de 14 millones de pesos (unos 3,3 millones de dólares) y cuenta con una superficie total de 1.500 metros cuadrados.

   No existe un museo similar "en ningún país hispanohablante", se enorgulleció su directora, María Pía López. "De todos modos nosotros decidimos no convertirlo en un museo de la lengua española, sino en un museo de la lengua. Porque el objetivo más a largo plazo es que estén presentes todas las lenguas que se hablan en el territorio
argentino", explicó a dpa.
Sólo sobreviven 13 lenguas originarias.

   "Nos interesa cómo en América se fue produciendo una serie de mezclas, de contaminaciones, de roces con las lenguas originarias, con las lenguas de las distintas colectividades migrantes, que fueron produciendo esta singularidad", señaló López. "Tenemos ganas de que en los próximos años podamos ir avanzando con los mismos criterios, pero sobre América Latina. Con la idea de que la riqueza que tenemos, al pertenecer a un continente donde se hablan distintas variedades del español, es enorme", analizó.

   En la planta baja una vitrina refleja el debate acerca de un idioma nacional. "Desde Echeverría hasta Borges pasando por Sarmiento, los escritores argentinos sintieron que el lenguaje era su patria más profunda, y la construcción de un lenguaje que nos
identificara, una misión ineludible", apunta un texto de la lingüista
Ivonne Bordelois. También se reproduce el ya mítico llamamiento del
escritor Roberto Fontanarrosa a amnistiar las malas palabras:
"Integrémoslas al lenguaje".

   El visitante es recibido a la entrada por un audiovisual sobre la historia del castellano hasta 1492. Posteriormente puede seguir en paneles expositivos la historia de la lengua hasta la actualidad, con unos 450 millones de hablantes. Allí se realza que a la llegada de
los españoles al territorio argentino se hablaban más de 35 lenguas originarias, de las que actualmente sólo sobreviven 13.

Los murales, a la vista del público.
   El museo también recuperará cuatro murales. Se trata de lunetas realizadas por los artistas Castagnino, Spilimbergo, Demetrio Urruchúa y Manuel Colmeiro, que pertenecieron a las Galerías Pacífico antes de su remodelación y reapertura en 1992 y que desde hoy serán restauradas a la vista del público.

   "El de Castagnino es un mural que está muy mal, sufrió un incendio en las Pacífico, va a ser el que más tiempo va a llevar. En términos de patrimonio cultural es muy relevante la recuperación de estos murales", destacó López.

   En la vitrina de manuscritos del primer piso se luce el cuaderno de bitácora de "Rayuela" de Julio Cortázar. "Fue comprado hace unos 20 años y es uno de los manuscritos valiosos que tenemos en la Biblioteca Nacional", explicó López. "La idea es que esa vitrina la
vayamos rotando cada dos meses, que siempre tengamos un manuscrito del tesoro de la biblioteca en exhibición. Probablemente el próximo
sea algo de Borges, o de Lugones", adelantó.
Cuaderno de bitácora de Rayuela

   Justamente en este piso el objeto expositivo es el libro, pensado a partir de núcleos como las prohibiciones de las que fue víctima, la pedagogía política, el surgimiento de nuevos públicos y las
escrituras de emergencia. Junto a la vitrina "El Martín Fierro y su crítica", pueden encontrarse en otros sectores de la muestra libros como "Civilización y barbarie" (Domingo Faustino Sarmiento), "Operación Masacre" (Rodolfo Walsh), "Boquitas pintadas" (Manuel
Puig) o el "Nunca Más" de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP).

   Asimismo se ofrecen en planta baja puestos de navegación interactiva para acceder a relatos, poesías, videos y música por provincias, que dan cuenta de las variedades lingüísticas regionales. Idéntico objetivo persigue un mapa parlante de la Argentina, donde puede escucharse una misma frase con divergentes entonaciones.

   Adentrándose en el aspecto más lúdico, el juego "La palabra desconocida" permite elegir un término en una pantalla interactiva, para recibir por ejemplo la explicación del significado de "chafalonía", "frangollo" o "mistongo". También es posible probar
conocimientos con las preguntas sobre la lengua de los "cerebros mágicos", así como jugar a un bingo de voces o a una sopa de letras.

   En tanto, el segundo piso albergará la sala de exposiciones temporarias, donde el público podrá ver desde hoy una instalación artística de Roberto Jacoby. En los techos inclinados, visibles desde todo el museo, se proyectará un mural de letras interactivas que irán
componiendo textos.
El libro, objeto expositivo.

   En la inauguración completa prevista para noviembre se presentará además un espacio de proyecciones, en el que funcionará una
videoinstalación dirigida por la cineasta Albertina Carri, y una sala de recorrido por la lengua en la radio argentina, curada por el periodista Carlos Ulanovsky.

   Mientras, Jorge Luis Borges manifiesta su opinión desde un texto en una de las vitrinas: "¿Qué zanja insuperable hay entre el español de los españoles y el de nuestra conversación argentina? Yo les respondo que ninguna, venturosamente para la entendibilidad general de nuestro decir. Un matiz de diferenciación sí lo hay: matiz que es lo bastante discreto para no entorpecer la circulación total del idioma y lo bastante nítido para que en él oigamos la patria".

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