Blog que reúne las entrevistas que realicé para el servicio español de la Agencia Alemana de Prensa (dpa) en los últimos 20 años.
Desde Carlos Monsiváis a Jorge Edwards, pasando por Ricardo Piglia, Siri Hustvedt, Sergio Ramírez, Elena Poniatowska, Margo Glantz, Almudena Grandes, Luisa Valenzuela, Alan Pauls, Claudia Piñeiro, Juan Villoro y Fernando Vallejo, así como el traductor del "boom" Gregory Rabassa y el poderoso agente literario Andrew Wylie.

También compila otras notas sobre vida y obra de diferentes escritores y sobre las últimas ediciones de actividades culturales como los Congresos Internacionales de la Lengua Española, la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires y la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

viernes, 2 de marzo de 2007

DE LA PLUMA DE GABO, LAS HISTORIAS DE A. LATINA RECORRIERON EL MUNDO


Buenos Aires, 2 mar (dpa) - "Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo". La frase inicial de la célebre novela "Cien años de soledad" y los centenares de páginas que le siguen ya dieron la vuelta al mundo mientras su autor, Gabriel García Márquez, está a punto de festejar sus 80 años.

"Las novelas no empiezan como uno quiere sino como ellas quieren", admitió el propio escritor colombiano, nacido un domingo 6 de marzo de 1927, con una extensa carrera literaria y una profesión que tampoco abandonó jamás: el periodismo. Y el destino también quiso que la saga de la familia Buendía en el pueblo de Macondo le diera reconocimiento internacional y se convirtiera en una obra paradigmática del realismo mágico.

Pero esto no fue un hecho aislado: mientras el acontecer político del continente atraía las miradas desde los rincones más remotos, la segunda mitad del siglo veinte fue testigo privilegiado de la salida de la novela latinoamericana a la palestra mundial.

A partir de la década del sesenta, las creaciones de García Márquez -Premio Nobel de Literatura 1982- y también las del mexicano Carlos Fuentes y el peruano Mario Vargas Llosa recorrieron latitudes lejanas, que descubrían así las historias del continente. A la vez este fenómeno permitió que otros escritores latinoamericanos, con obra anterior, se incorporaran a la notoriedad internacional.

Uno de los exponentes ya fallecido del llamado "boom de la literatura latinoamericana", el argentino Julio Cortázar, aseguraba: "Cuando los editores se despertaron a mis libros, a los de Fuentes, a los de García Márquez, a los de Vargas Llosa, se despertaron porque las primeras precarias y difíciles ediciones habían sido bruscamente leídas por un montón de gente que se las pasó de mano en mano y los editores, que no son tontos para ganar dinero, comprendieron perfectamente que esos escritores había que editarlos. Ellos no nos inventaron a nosotros".

"Cien años de soledad", convertida en engranaje ineludible del "boom", fue publicada por primera vez en Buenos Aires a mediados de 1967, por lo que 2007 celebrará asimismo los 40 años de su lanzamiento editorial.

La obra inspirada en los habitantes de la Aracataca natal de Gabo, con presencia de lo maravilloso y lo sobrenatural, se convirtió rápidamente en un éxito de ventas y fue traducida a unos 35 idiomas. Entre las interpretaciones propuestas para la novela se apuntó a una gran metáfora en la cual se esconden Colombia y América Latina.

La narrativa del Premio Nobel 1982, que ha transitado entre la crónica y la ficción, constituye en sí misma un fenómeno de masividad inusitado. El autor de "El otoño del patriarca", "Crónica de una muerte anunciada" y "El amor en los tiempos del cólera" despertó la admiración por su personalísima mezcla de realidad y fantasía y su estilo solventado por los ricos aportes de la tradición oral.

Gabo, que se confiesa esclavo de un rigor perfeccionista, ha contado que estuvo varias veces a punto de prescindir del apellido Buendía "por su rima ineludible con los pretéritos imperfectos. Sin embargo, el apellido acabó imponiéndose porque había logrado para él una identidad convincente".

"Cien años de soledad", escrita en México entre 1965 y 1966, también transformó la vida del autor, quien llegó a decir en una vieja entrevista que le hubiera gustado que sus libros "hubieran sido reconocidos póstumamente, al menos en los países capitalistas, en los que uno se convierte en una especie de mercancía".

El escritor de característico bigote y pobladas cejas, reacio a las entrevistas, considera que éstas son invaluables pero no para publicar, sino como material de base para el reportaje, al que considera "género estelar del mejor oficio del mundo".

Al recibir el Nobel en 1982, Gabo manifestó: "Me atrevo a pensar, que es esta realidad descomunal, y no sólo su expresión literaria, la que este año ha merecido la atención de la Academia Sueca de las Letras. Una realidad que no es la del papel, sino que vive con nosotros y determina cada instante de nuestras incontables muertes cotidianas, y que sustenta un manantial de creación insaciable, pleno de desdicha y de belleza, del cual este colombiano errante y nostálgico no es más que una cifra más señalada por la suerte".

En los últimos años, vio la luz su esperada autobiografía "Vivir para contarla" (2002), donde García Márquez ofrece la memoria de sus épocas de infancia y juventud. Su último libro fue la novela "Memoria de mis putas tristes", con la que retomó en 2004 el relato de ficción.

En el año en que se cumplen asimismo 25 años de su obtención del Nobel, el escritor colombiano más célebre de todos los tiempos será centro de un homenaje a fines de mes durante el IV Congreso Internacional de la Lengua Española en Cartagena de Indias. Y la Real Academia Española (RAE) presentará allí una edición especial de "Cien años de soledad" con revisión del propio autor, ratificando la vigencia de la mítica Macondo.

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