Rosario, 17 nov (dpa) - El escritor mexicano Carlos Fuentes afirmó hoy en su discurso en la sesión inaugural del III Congreso Internacional de la Lengua Española en Rosario, bajo el lema "Globalización e identidad lingüística", que "la globalización es multirracial, multicultural y multilingüe".
El III Congreso quedó inaugurado en la ciudad argentina con la presencia asimismo de los reyes de España, Juan Carlos y Sofía, y el presidente de Argentina, Néstor Kirchner, y convocará al mundo hispanohablante a debatir sobre los retos del español hasta el próximo sábado.
"Que la lengua española ocupe el segundo lugar entre las de Occidente da crédito no de una amenaza, sino de una oportunidad. No de una maldición, sino de una bendición. El español ofrece al mundo globalizado el espejo de hospitalidades lingüísticas creativas, jamás excluyentes, abarcantes, nunca desdeñosas. Lengua española igual a lengua receptiva, habla hospitalaria".
La predominancia del castellano en el continente "no determinó el exterminio de las lenguas amerindias", aseveró el autor de "La región más transparente" y "La muerte de Artemio Cruz" en su discurso en el colmado Teatro El Círculo. "El castellano nos comunica, nos recuerda, nos rememora, nos obliga a transmitir los desafíos que el aislamiento sofocaría en su lengua maya o quechua", apuntó.
"Todos nuestros mundos americanos, indígenas, criollos, mestizos, son desde siempre portadores de una riqueza multicultural, mediterránea, que sólo podemos desdeñar por intolerable voluntad de empobrecimiento", dijo Fuentes.
"Poseemos una tradición que le dio a la lengua castellana en las Américas un relieve distinto, nacido en la necesidad de esclavos, privados de sus lenguas nativas y obligados a aprender las lenguas coloniales para entenderse entre sí, para amarse y procrearse".
"Formamos parte de una civilización inmensamente rica, plural, cósmica, como diría el mexicano José Vasconcelos. Las pruebas están en todas partes, y el edificio no ofrece fisura alguna. La continuidad es asombrosa, el origen enriquece al presente, el presente alimenta el porvenir, y cada una de nuestras raíces antiguas tiene sus manifestaciones modernas".
Sin embargo, Fuentes se encargó de aclarar que no todo es celebración. "La continuidad cultural de Iberoamérica aún no encuentra continuidad económica y política comparable", recalcó.
"Tenemos corona de laureles, pero andamos con los pies descalzos. El hambre, el desempleo, la ignorancia, la inseguridad, la corrupción, la violencia, la discriminación son todavía desiertos ásperos y pantanos insalubres de la vida iberoamericana", alertó.
"La lengua y la imaginación literarias son valores individuales del escritor, sí, pero también son valores compartidos de la comunidad. No en balde lo primero que hace un régimen dictatorial es expulsar, encarcelar o asesinar a sus escritores. ¿Por qué? Porque el escritor ofrece un lenguaje y una imaginación contrarios a los del poder autoritario", dijo.
En este sentido, apuntó que la lengua nos permite pensar y actuar fuera de los espacios cerrados de las ideologías políticas. "Sin lenguaje, no hay progreso, progreso en un sentido profundo, el progreso socializante del quehacer humano, el progreso solidario del simple hecho de estar en el mundo y de saber que no estamos solos sino acompañados".
"El lenguaje, nos recordó en su día Francisco Romero, es un acervo patrimonial donde nada se pierde, constantemente la palabra vence la ausencia de nuestro pasado para crear la presencia de nuestra historia. Esta historia nuestra, nacida de la ilusión de una nueva Edad de Oro en las Américas, subyugada por la pérdida de la utopía pero renacida nuestra historia como vitalidad de la palabra que asume el pasado de nuestros pueblos, transmite los hechos históricos horizontalmente entre los de hoy, pero también verticalmente entre los de ayer, entre las generaciones".
En relación a las otras lenguas, Fuentes apuntó que "posiblemente el inglés sea más práctico que el castellano, y tiene a Shakespeare, el alemán más profundo, y tiene a Goethe, el francés más elegante, y tiene a Racine, el italiano más gracioso, y tiene a Leopardi, y el ruso más angustioso y tiene la gracia de Pushkin también".
El escritor se mostró convencido de que "es la lengua española la que con mayor elocuencia y belleza nos da el repertorio más amplio del alma humana, de la personalidad individual y de su proyección social. No hay lengua más consonante y más vocal. Escribimos como decimos y decimos como escribimos. Qué hablamos, qué escribimos, nada menos que el diccionario universal de las pasiones, las aspiraciones, que nos comunica con nosotros mismos, con los otros hombres y mujeres".
"En español le devolvemos las palabras a la tribu manchadas, manchegas, mestizadas, a fin de unir dos tradiciones que se subsumen en una sola, al filo del cuarto centenario del Quijote", señaló Fuentes.
En tanto, su colega argentino Héctor Tizón, quien tomó la palabra en representación de la Argentina en la sesión inaugural, afirmó que "el idioma, la palabra, sirve para salvar las cosas del caos".
"Porque la palabra es una elección entre la vida y la muerte. La literatura defiende la individualidad, lo concreto de las cosas, los colores, los sentimientos, lo sensible contra lo falsamente universal", indicó el autor de "Fuego en Casabindo".
"El mayor don de la literatura o de la lengua literaria es crear palabras, volviendo cada vez al origen de la vida, la libertad es su mayor don", destacó.
Mientras, el Premio Cervantes Francisco Ayala, nacido en Granada en 1906, participó con un mensaje en video, difundido antes de los otros discursos. "Mi larga vida está embalada por el uso del idioma, de este idioma español, que he tenido la suerte de poder conocer y practicar", aseveró el escritor español.
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