Blog que reúne las entrevistas que realicé para el servicio español de la Agencia Alemana de Prensa (dpa) en los últimos 20 años.
Desde Carlos Monsiváis a Jorge Edwards, pasando por Ricardo Piglia, Siri Hustvedt, Sergio Ramírez, Elena Poniatowska, Margo Glantz, Almudena Grandes, Luisa Valenzuela, Alan Pauls, Claudia Piñeiro, Juan Villoro y Fernando Vallejo, así como el traductor del "boom" Gregory Rabassa y el poderoso agente literario Andrew Wylie.

También compila otras notas sobre vida y obra de diferentes escritores y sobre las últimas ediciones de actividades culturales como los Congresos Internacionales de la Lengua Española, la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires y la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

miércoles, 30 de noviembre de 2016

SERGIO RAMÍREZ: LA LITERATURA LATINOAMERICANA ES "UN FENÓMENO INCESANTE"

Cortesía FIL Guadalajara/Nabil Quintero
"Es un fenómeno incesante el de la literatura latinoamericana", sostiene el laureado narrador nicaragüense Sergio Ramírez, que considera que los autores del "boom" ya se han convertido en "escritores clásicos".
"'Rayuela' es un clásico, 'La casa verde' es un clásico, 'La muerte de Artemio Cruz', ya no se diga 'Cien años de soledad'", afirma a dpa Ramírez, en el marco de la trigésima edición de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, que justamente tiene a América Latina como invitada de honor.
"Estas son referencias en el camino de una literatura que sigue cambiando, pero yo no diría que los escritores del 'boom' ejercen influencia literaria sobre los escritores nuevos. La literatura es una búsqueda constante de estilos y formas de escribir diferentes, y que es lo que los autores de los años 80 están haciendo ahora”, señala el autor de "Adiós muchachos" y "Margarita, está linda la mar".
Ramírez (Masatepe, 1942) afirma que dentro de cuatro o cinco años "vamos a tener ya una literatura del siglo XXI, escritores nacidos en el siglo XXI. Esto hace que el fenómeno del 'boom', como fenómeno editorial, comercial, gran éxito de la literatura latinoamericana en todas las lenguas, pues pase a tener el lugar que merece, pero en esta consideración de clásico que yo le doy".
El nicaragüense cree que hay una gran diversidad de autores "y se multiplica la calidad. Tenemos una generación nueva que va de Juan Villoro a Santiago Roncagliolo, a Juan Gabriel Vásquez, que son escritores que ya tienen un nombre hecho, que tienen un público, y hay otros muchos más jóvenes que se están abriendo paso", indica.
En el marco de la feria que se desarrolla en la ciudad mexicana hasta el 4 de diciembre, adelanta que el año que viene publicará un nuevo libro, secuela de la novela policial "El cielo llora por mí". Se llamará "Ya nadie llora por mí", y "es la historia siempre del inspector Dolores Morales, pero en la Managua de hoy día, en la Managua absolutamente contemporánea".
El ganador del Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria y del Alfaguara, entre muchas otras distinciones, está convencido de que en el caso de América Latina "la identidad es la diversidad. Somos idénticos porque somos diversos y dependemos de una misma lengua, que es la base común de la identidad".
Cortesía FIL Guadalajara/Nabil Quintero
Y Ramírez pone como ejemplo: "Puedo ser leído en el Río de la Plata igual que en San Antonio, Texas, habiendo nacido en Centroamérica. ¿Qué otra literatura tiene esa ventaja?"
"Si fuera húngaro o polaco tendría la frontera por cárcel, tendría que ser traducido a otros idiomas para poder ser conocido. Si mis libros alguna vez llegaran a ser prohibidos en Nicaragua, y simplemente estoy poniendo un ejemplo, pues seré leído en El Salvador, en Costa Rica, en Argentina o en Chile".
Cuando Milan Kundera fue prohibido en Checoslovaquia o Sándor Márai corrió la misma suerte en Hungría, "ahí murió su literatura, es como que le hubieran cortado la lengua. Porque no podían abandonar esas fronteras", sostiene.
Ramírez no se imagina vivir sin escribir. "Escribo porque es mi oficio, mi vocación, escribo porque necesito hacerlo, porque me gusta hacerlo, me gusta hasta el disgusto", confiesa el autor de una vasta obra que se despliega entre el cuento, la novela y el ensayo.
Sin embargo, asegura que la tarea de la corrección le resulta muy engorrosa, incluso más que antes. "Uno corrige cada vez más. Escribir de corrido es cada vez más difícil, uno se fija más en las palabras, en las frases. Es un martirio la corrección, pero el martirio es parte del placer".
A la pregunta de qué opina de la actual situación política en su país tras los cuestionados comicios presidenciales en los que se impuso nuevamente Daniel Ortega a comienzos de mes, el ex vicepresidente de Nicaragua entre 1985 y 1990 no anda con rodeos: "Hay momentos difíciles, acaba de pasar una elección falsa, tenemos un gobierno que se va a prolongar con la misma persona por cinco años más, pero vendrán cambios necesariamente". 
"En América Latina ya no hay posibilidad de vivir sin democracia. Si los regímenes dinásticos, de familia, eternos, son cosa ya obsoleta, del pasado, no pueden sobrevivir. En Nicaragua serán los propios nicaragüenses los que se encargarán de hacer los cambios pacíficos necesarios", analiza.
"Nicaragua es un país que sigue en manos de viejos, eso me parece también obsoleto, y ya las nuevas generaciones deberían estar hechas cargo del destino del país", agrega Ramírez.
Mientras tanto, se muestra entusiasmado con la actual edición de la FIL: "Es uno de los grandes acontecimientos culturales de la lengua. Ha crecido muchísimo, se ha multiplicado, y yo veo que ya es un espacio de referencia de la cultura latinoamericana. En estos 30 años haber declarado a América Latina como huésped de honor, pues le da una enorme relevancia. Aquí está prácticamente todo el mundo que escribe en el continente".
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martes, 29 de noviembre de 2016

VIUDA DE BOLAÑO: CAMBIO DE EDITORIAL BUSCÓ QUE LA OBRA TUVIERA MÁS LECTORES

La viuda de Roberto Bolaño, Carolina López, dio hoy sus razones para el traspaso de Anagrama a Alfaguara de la obra completa de su marido, al presentar hoy en rueda de prensa la novela póstuma del escritor chileno "El espíritu de la ciencia-ficción".
"Lo que me enamoró de Alfaguara es su proyecto editorial y la capacidad que vislumbré de que la obra pudiera crecer en cuanto a número de lectores", señaló la heredera y albacea literaria en el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.
La española López se mostró entusiasmada "por el proyecto editorial, por el entusiasmo, por las facilidades que tiene la editorial para que la obra sea muchísimo más asequible a los lectores. Sobre todo a los nuevos lectores, que es la gente joven", señaló.
Todos los títulos de Bolaño se irán reeditando paulatinamente durante 2016 y 2017, y por primera vez también estarán disponibles en ediciones digitales, explicó por su parte Pilar Reyes, directora editorial de Alfaguara.
En marzo pasado se anunció que  Alfaguara publicaría la totalidad de la obra de Bolaño, tras un acuerdo alcanzado con la agencia Wylie, en representación de los herederos del autor.
A la pregunta de si se la podía comparar por su labor para resguardar el legado de su marido con María Kodama, viuda de Jorge Luis Borges, López replicó: "Con toda franqueza es un orgullo que me comparen con ella, porque es una señora que ha hecho un trabajo excelente con la obra de Borges. No hay más que ver cómo y dónde está la obra de Borges".
Asimismo consideró que "el tema de las viudas es un estereotipo bastante machista. Yo no me asumo como viuda, soy una mujer trabajadora, sigo manteniendo mi profesión, y paralelamente llevo todo un trabajo de mantener el legado de Roberto. Es un estereotipo que vende, pero no es real".
"He dedicado muchísimo de estos años a convertir lo que eran las pilas de papeles de Roberto, de libretas, notas, pilas tanto en su estudio como en casa en lo que ahora es el Archivo Bolaño", sostuvo. 
Mientras tanto, esta noche los mexicanos Guillermo Arriaga y Christopher Domínguez Michael presentarán en la FIL "El espíritu de la ciencia-ficción", el último de una serie de inéditos publicados tras la muerte de una de las figuras más importantes de la literatura contemporánea en español.
La novela integra la Biblioteca Roberto Bolaño, iniciada por Alfaguara en septiembre con la reedición de sus dos obras cumbre: "Los detectives salvajes" (Premio Herralde y Premio Rómulo Gallegos) y "2666".
"El espíritu de la ciencia-ficción", escrita a comienzos de la década del 80, se enmarca en Ciudad de México durante los años 70 y narra la vida de dos jóvenes escritores, Remo Morán y Jan Schrella, que viven en una buhardilla. 
López explicó por qué existen tantos inéditos del reconocido autor: "El tema de Roberto es primero triste, en la medida de que la vida editorial de Roberto fue muy corta". Bolaño "empezó a publicar cuando tenía 43 años y murió cuando tenía 50. Esa razón tan humana es la que justifica el por qué hay tanto material inédito".
Recordó que Bolaño (1953-2003) decidió ser escritor en México, cuando tenía 17 años, y empezó a publicar en Barcelona a los 43. "Evidentemente de los 17 a los 43 escribió mucho y lo puedo documentar", indicó ante los periodistas.
También explicó que "cuando un inédito se publica, una editorial toma esa decisión, hay muchísimo trabajo detrás, no es una decisión que se tome a la ligera. Y evidentemente es completamente constatable que cualquier publicación de Roberto sale prácticamente igual que la dejó él".
A la consulta de si Bolaño estaría conforme de ver el libro editado, afirmó: "Creo que sí, que Roberto estaría contentísimo de que este libro estuviera ahora aquí". Entre los asistentes a la rueda de prensa estuvieron el agente literario estadounidense Andrew Wylie, así como Lautaro Bolaño, hijo mayor de López y el escritor.
López consideró sobre "El espíritu de la ciencia-ficción", terminada en Blanes (Gerona) en 1984: "Para mí es un libro muy gozoso. Me hizo reír muchísimo, la correspondencia de esta novela es muy divertida, es lo que a mí me llamó más la atención".
Mientras tanto, en el prólogo de la obra, el crítico literario Domínguez Michael sostiene: "No queda duda de que el gran narrador hispanoamericano del tránsito entre los siglos XX y XXI fue Bolaño, y la progresiva aparición de sus inéditos no hace sino confirmarlo".
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"¿QUÉ RAYOS ES AMÉRICA LATINA?": CUATRO ESCRITORES BUSCAN RESPUESTAS

Cortesía FIL Guadalajara/Bernardo De Niz
Cuatro laureados escritores latinoamericanos, la colombiana Laura Restrepo, la brasileña Nélida Piñón, el venezolano Alberto Barrera Tyszka y el peruano Alonso Cueto, intercambiaron anoche puntos de vista sobre la heterogénea identidad del continente y las resonancias en su literatura.
Inicialmente estaba prevista la participación de Leonardo Padura en la mesa "¿Qué rayos es América Latina?" en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, que tiene a la región como invitada de honor en su actual edición hasta el 4 de diciembre. Pero el autor cubano debió cancelar su viaje "por razones de fuerza mayor", explicó el moderador, Miguel Díaz Reynoso.
Restrepo le puso actualidad política a su intervención: "La pregunta de si existe América Latina o de qué diablos es nos la estamos haciendo hoy en unas circunstancias muy específicas que nos exigen repensarla".
Cortesía FIL Guadalajara/Bernardo De Niz
"Porque estamos en un momento donde los astros se han colocado de una forma muy extraña", entre el ascenso del estadounidense Donald Trump y la muerte del cubano Fidel Castro. "Eso traza una coordenada distinta, que nos exige respuestas que quizás hasta ahora no teníamos", afirmó.
"¿Existe América Latina? Hoy en día el señor gobernante del país más poderoso de la tierra opina que no, nos ha negado sistemáticamente, quitándonos dignidad, quitándonos legitimidad, quitándonos existencia", consideró la ganadora del Premio Alfaguara con "Delirio".
Respecto de su país, la autora colombiana señaló: "Colombia más que influir te traga y estamos siempre como en esa disyuntiva. No te deja en paz, no hay manera, es tan fascinante y a la vez tan terrible que estás agarrado ahí de pies y manos".
"Siempre he tenido la sensación de que en América Latina y en particular en Colombia los hechos son tan avasalladores que no nos permiten desarrollar una literatura más interior", apuntó.
Restrepo explicó: "Colombia te enmarca profundamente, en la medida que hemos experimentado la violencia en unos niveles casi insoportables, la violencia ha sido una constante en la vida colombiana".
Piñón también se refirió a la violencia en Brasil: "Es un país fascinante, amable, pero a la vez violento. Fuimos educados para creer que la violencia no es nuestra, es de los otros".
Cortesía FIL Guadalajara/Bernardo De Niz
"Me parece muy fascinante un país que tiene y tendrá que tener como temas el mestizaje, es un país negro, es un país blanco, es un país indio. El más importante escritor de Brasil y quizás el primer gran escritor urbano de nuestro continente iberoamericano era mulato, Machado de Assis", apuntó la ganadora del Premio Príncipe Asturias de las Letras.
Barrera Tyska complementó en base a su propia experiencia de escritura de la novela "Patria o muerte", que le valió el Premio Tusquets: "La identidad es inevitable, pasamos años preguntando quiénes somos y eso siempre tarde o temprano aparece, aunque uno no quiera".
"La novela empieza el día que Hugo Chávez le anuncia al país que tiene cáncer y termina el día que muere y en ese ciclo entran una cantidad de historias", comentó. "Yo no quería escribir eso, había empezado a escribir una novela sobre una niña que queda encerrada en una casa. Y poco a poco, como pasa con la identidad, el país fue apareciendo en mi escritura. Y no podía evitarlo".
El peruano Cueto consideró respecto del interrogante planteado en la mesa: "Nos hacemos esta pregunta porque todavía tenemos estas identidades mezcladas y se refleja por ejemplo en el hecho de que no tenemos un solo nombre. Algunos decimos América Latina, otros decimos Hispanoamérica, otros decimos Iberoamérica".
Cortesía FIL Guadalajara/Bernardo De Niz
Y manifestó: “Es un privilegio ser un escritor latinoamericano, es un privilegio ser un escritor del Perú, por el hecho de que América Latina es un continente esencialmente conflictivo, está lleno de conflictos”, en medio de “un mosaico de culturas”.
Pero eso también es “su riqueza, su potencia, su maravilla, su extraordinario poder”. “La narrativa viene del conflicto, a nadie se le ocurre una novela donde todos se llevan bien”, analizó el autor de “La hora azul”.
América Latina “no es una abstracción, no es una quimera, es una realidad”, trazó su balance Piñón. ”Somos muy diferentes entre nosotros, pero a la vez hay elementos muy similares, y por eso somos capaces por ejemplo de estar aquí reunidos, buscando nuestras similitudes”.
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lunes, 28 de noviembre de 2016

SACHERI: "EN MI LITERATURA APARECE ESE MUNDO BASTANTE PEQUEÑO QUE HABITO"

"En mi literatura termina apareciendo ese mundo bastante pequeño que habito, cierto tipo de personas, de afectos, de geografías y de identidades", considera Eduardo Sacheri, el escritor argentino que este año se alzó con el Premio Alfaguara por su novela "La noche de la Usina", que presentará en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.
"Pero tampoco quiero que todo lo que escribo tenga una huella demasiado definida de las mismas cosa", apunta en entrevista con dpa el autor de la novela "La pregunta de sus ojos", llevada al cine como "El secreto de sus ojos" por el director argentino Juan José Campanella, con guión de ambos y ganadora del Oscar a la mejor película extranjera.
"Me gusta en mis autores preferidos detectar ciertas señales de identidad, pero al mismo tiempo verlos moverse, arriesgarse levemente hacia lugares nuevos o cosas nuevas. Y siento que como escritor también debo intentarlo, como ponerme a prueba en mi flexibilidad, en mi capacidad de tomar riesgos y de aceptar un eventual fracaso", señala Sacheri (Buenos Aires, 1967).
El fanático del club Independiente y licenciado en historia, que comenzó a escribir cuentos en la década de los 90, principalmente relatos futboleros que se difundieron por la radio, explica: "El fútbol aparece a veces en lo que escribo y a veces no, casi como un desafío de no quedarme en un lugar cómodo y repetitivo".
El autor de los volúmenes de cuentos "Esperándolo a Tito" y "Te conozco, Mendizábal", quien se considera un escritor "bastante disciplinado", dice que siempre tiene presente una frase de Ernest Hemingway, quien sostenía "que siempre había que escribir sobre algo que uno conociera".
"Creo que es un buen consejo ese, precisamente porque ahí hay como una firmeza en las bases dentro de la cual uno puede moverse y el lector puede asomarse a ese pequeño mundo. Y si lo encuentra sólido es más fácil que lo pueda traspolar a su propio universo", sostiene Sacheri, quien presentará mañana su libro en la feria que se extiende hasta el 4 de diciembre con América Latina como invitada de honor.
Entre los escritores que más lo marcaron, menciona a un quinteto integrado por sus compatriotas Julio Cortázar, Jorge Luis Borges y Osvaldo Soriano, el colombiano Gabriel García Márquez y el peruano Mario Vargas Llosa, el invitado estelar de la FIL.
Sacheri adelanta que "hay algunas conversaciones interesantes" para que la novela premiada llegue al cine: "Hay algunos productores de cine interesados, pero también es verdad que soy bastante prudente, no creo ser un tipo ansioso en ese sentido, y en cambio sí quiero que las cosas sean de cierto modo". 
Sacheri junto a Campanella
También cuenta que está en "una fase muy inicial" de un proyecto con Campanella, con quien colaboró también en la exitosa película de animación "Metegol" ("Futbolín" en España).
"Estamos trabajando lentamente una idea juntos, que en este caso sería guión original, es decir no basado en un libro mío. Tenemos muchas ganas de trabajar juntos, estamos desarrollando algunas ideas, pero estamos lento", afirma.
"La noche de la Usina" le significó "un boom de exposición, de viajes, de reportajes", con visitas a más de un decena de países, como España, Estados Unidos, Costa Rica, Perú, Ecuador, Chile, Uruguay, Guatemala y Colombia, entre otros. 
En un hotel de Guadalajara, la ciudad donde terminará su extensa gira, reflexiona sobre la intensa exposición que implicó: "en general los escritores por algo tal vez elegimos escribir y no hablar y uno se ve obligado a desempeñar roles que no le quedan tan cómodos".
E inmediatamente aclara: "Parece un acto ingratitud quejarse de que las cosas marchen bien. No me quejo, pero sí es difícil la exposición básicamente". Y adelanta entre risas sus planes a su regreso a Argentina: "Me paso todo el verano en Buenos Aires sin mover los pies del pasto de mi jardín y en silencio".
Asimismo confía en que el premio "ojalá signifique tomar contacto con más lectores, que ese creo que es el mejor atractivo que podría tener". Sacheri cuenta que le atraía mucho la posibilidad de que el libro se publicara en toda América Latina y España al mismo tiempo, y por eso se presentó tres veces al galardón, hasta que lo ganó.
"A nivel de satisfacción personal, ganar un premio estrictamente literario como el Premio Alfaguara es una gran alegría. El Oscar fue súper placentero, pero siento que es un premio que me toca levemente de costado, porque es un premio de cine, y donde yo me siento más cómodo es en el mundo de la escritura", señala.
"El Oscar a mí me enseñó que también debe pasar un tiempo después para evaluar el impacto de las cosas. En su momento fue como una explosión de exposición, pero en el mediano plazo se transformó en oportunidades de trabajo en el mundo del cine como guionista, que fue lo más atractivo finalmente".
Mientras disfruta del éxito de sus libros, Sacheri sigue dando clases de historia. "Me gusta mucho, es parte de mi vida. Más allá de que en determinado momento mi vida haya virado hacia esta zona de la literatura de ficción. Porque me gusta la historia, porque me gusta enseñarla. Y desde el punto de vista emocional es un lindo complemento a esta actividad tan ensimismada, tan silenciosa, tan vuelta hacia adentro que es la escritura", concluye. 
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domingo, 27 de noviembre de 2016

VARGAS LLOSA, EL "ÚLTIMO SOBREVIVIENTE" DEL BOOM QUE CAUTIVÓ A LA FIL

Cortesía FIL Guadalajara/Bernardo De Niz
"El 'boom' pues ya no existe. Yo soy en cierta forma el último sobreviviente de lo que se llamó el 'boom'", señaló el Nobel de Literatura peruano Mario Vargas Llosa en una multitudinaria conferencia de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, durante la cual desgranó causas e hitos del fenómeno que paseó a las letras latinoamericanas por el mundo.

"A mí me toca el triste privilegio de tener que apagar la luz y cerrar la puerta", bromeó, para luego replicar con rapidez ante la ruidosa reacción del auditorio: "son unos aplausos que confirman esta triste verdad. Pero no me arrepiento para nada de haber formado parte de ese movimiento, del que surgieron buenas novelas que hicieron pasar buenos ratos a muchos lectores".

Cortesía FIL Guadalajara/Bernardo De Niz
A lo largo del acto que homenajeó sus 80 años y que dio inicio anoche al programa literario de América Latina como invitada de honor de la FIL, Vargas Llosa dejó fluir los recuerdos de aquella época y atrapó al público con su oratoria.

Evocó a un Jorge Luis Borges que deslumbró con sus conferencias a París, al Julio Cortázar que vivía en la capital francesa con su esposa Aurora Bernárdez y la exitosísima irrupción de "Cien años de soledad" de Gabriel García Márquez.

Tras ser presentado por el colombiano Héctor Abad Faciolince, el narrador peruano rememoró "esos años en los que no solo el entusiasmo por la literatura, sino también la amistad nos acercaba, nos unía, nos hacía sentir miembros de una colectividad que estaba enriqueciendo su entorno. Luego la fraternidad y la cercanía de los escritores que vivimos todo aquello se fue rompiendo como siempre por la malhadada política".

"Pero creo que en el recuerdo de todos quedó siempre lo que fue descubrirse latinoamericanos, descubrir que formábamos parte de una comunidad en la que los denominadores comunes eran muchos más importantes, profundos, que todas las diferencias", trazó su balance ante un auditorio colmado y con numerosa gente de pie.

El autor de "La ciudad y los perros", protagonista estelar de la 30 edición de la feria, 
manifestó que ni él ni nadie sabe con certeza qué fue el "boom": "Creo que es más fácil definirlo negativa que positivamente. No fue un movimiento estético, no fue un movimiento de valores estéticos compartidos".

Tampoco se trató de una generación de literatos: "Había escritores que eran muchísimo mayores que otros, si es que yo formaba parte de ese movimiento, yo fui el benjamín de esa agrupación".

Consideró como la cuestión más discutible quiénes formaban parte del "boom". "Para algunos tres escritores, para otros cuatro, para otros cinco. Algunos críticos de una manera mucho más generosa dicen que tuvo unas cabezas visibles en un principio, pero el 'boom' sirvió justamente para presentar escritores que estaban ya en el retiro o muertos junto con escritores vivos, porque hubo un reconocimiento de pronto a la literatura latinoamericana".

Asimismo relató que, por ejemplo, el chileno José Donoso vivía muy angustiado porque los críticos no consideraban que formara parte del "boom". A lo que un día él le consultó, "pero Pepe, ¿por qué te preocupa tanto?" A lo que este le respondió: "porque si tú no eres miembro del 'boom', los editores te dan un tratamiento de segunda clase".

Rememoró que cuando trabajaba como periodista en París en 1963 tuvo la suerte de ver a un deslumbrante Borges en un homenaje de la Unesco a Shakespeare. "De pronto empezó a hablar mirando al vacío, en un francés que era perfecto y anacrónico, parecía un personaje del siglo XVIII. Y que además solo decía cosas inteligentes, no había una sola frase de lugares comunes, convencionales o banales".

Vargas Llosa (Arequipa, 1936) analizó que, a la par de la expectativa y curiosidad que generó en Europa la Revolución cubana, en América Latina empezaron a aparecer novelas muy ambiciosas, que conciliaron la aventura de la novela tradicional decimonónica con una búsqueda de innovación formal tanto a nivel de lenguaje como de estructura.

Ese interés se tradujo inmediatamente en traducciones de novelas latinoamericanas. "Yo creo que esto comienza en Francia y se va extendiendo rápidamente por Europa, Italia, Inglaterra y finalmente España”.

"En esos años empecé a sentirme latinoamericano", comentó Vargas Llosa. "Y creo que fue el caso de muchos escritores, entre ellos Cortázar, a quien traté mucho, sobre todo en mis primeros años en París". También recordó el impacto que generó en la Unesco que el autor argentino y su esposa Aurora rechazaran un contrato permanente tras ganar un concurso como traductores, para poder dedicarse a leer y escribir.

Asimismo calificó como un hecho absolutamente fundamental por aquellos años la exitosísima aparición de "Cien años de soledad". “Nadie se lo esperó, ni el propio García Márquez sospechó jamás que la novela que había escrito tendría una irradiación como la que tuvo. Paco Porrúa compró esa novela por 500 dólares y creo que la primera edición eran 2.000 ejemplares y se agotaron en pocos días”.

"Fue un momento esplendoroso, creo, en la vida de todos nosotros", sintetizó con un dejo de nostalgia y luego concluyó con picardía: “Ahora que veo que ya me pasé del tiempo, pues nada, apago la luz, cierro la puerta y les agradezco mucho su atención”.

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"OCHENTEROS": LA FIL PONE EL FOCO EN LAS NUEVAS VOCES DE LA LITERATURA LATINOAMERICANA

Nuevos valores literarios del continente resuenan en el programa "Ochenteros" de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, que seleccionó a 20 escritores latinoamericanos de 13 países, nacidos entre 1980 y 1989, en la misma década que la FIL.
Se trata de "plumas a tomar en cuenta en el mapa de la nueva literatura latinoamericana", sostienen los organizadores sobre estos autores, que participan desde hoy y hasta el 1 de diciembre, haciendo escuchar sus voces y debatiendo en diversas mesas durante esta 30 edición de la FIL, que tiene a América Latina como invitada de honor.
"Es una apuesta por nuevas voces, por autores que en los demás países prácticamente son desconocidos. La intención es darlos a conocer, apoyar sus carreras", comentó a dpa la directora de la FIL, Marisol Schulz.
Mauro Libertella
¿Existen temas en común entre escritores de esta generación? Antes de participar en las actividades de Guadalajara, uno de los seleccionados, el argentino Mauro Libertella, contestó a dpa: "La juventud, el viaje, las parejas, la familia, la vida en las ciudades, la tecnología, el duelo, la cultura pop. Muchos de esos tópicos, por lo demás, ya estaban en la generación anterior y en la anterior y van a estar, supongo, en todas las que vienen".  
En tanto, la boliviana Liliana Colanzi, quien reside en Estados Unidos y presentará en la FIL su libro de cuentos "Nuestro mundo muerto", comentó: "Aquí y allá veo un interés muy pronunciado por escribir sobre los padres, ya sea a manera de duelo o ajuste de cuentas, que es un rito de pasaje casi inevitable del primer libro, pero que me hace preguntarme hasta qué punto la obsesión por los viejos no deja ver el bosque, lo que está allá afuera".
También el mexicano Pedro J. Acuña dijo a dpa en la antesala de su participación que muchos escritores de su generación tienen una obsesión con los padres. "Bueno, quien no. Pero parece que sí hay una tendencia a escribir la historia de la madre ausente o la reconstrucción de la vida de los abuelos. Esto desde una perspectiva tanto ficcional como ensayística. Lo cual no tiene que ver con que la generación nacida en los 80 esté descastada. O sí, pero desde una perspectiva de referentes".
A la pregunta de si se produjo una suerte de descompresión en el campo literario latinoamericano tras los años marcados por el "boom", para varios autores la figura del chileno Roberto Bolaño emerge como clave.
Liliana Colanzi
Colanzi apuntó que el autor de "2666" desplazó al "boom" y fue también "una suerte de 'boom' en sí mismo, una resignificación de aquello que se entendía como literatura latinoamericana en Estados Unidos".
"Su aparición reavivó el interés por la literatura latinoamericana en Estados Unidos, pero este interés sigue siendo a fin de cuentas bastante marginal. Son las editoriales independientes las que están tomando riesgos y apostando por renovar el escenario con autores tan diferentes entre sí como Yuri Herrera, Carlos Fonseca, Valeria Luiselli, César Aira, Laia Jufresa o Diego Zúñiga", explicó Colanzi a dpa.
Libertella complementó respecto del lugar que ocupa el escritor chileno: "En nuestra lengua, creo que el autor que funcionó un poco como punto de quiebre entre el 'boom' y mi época es Bolaño. Es el gran escritor de cambio de siglo, y creo que lo es porque reescribe muchas de las líneas centrales de la narrativa latinoamericana del 'boom' y las depura, las moderniza y abre líneas nuevas, posibilidades narrativas para el futuro".
El autor de "Mi libro enterrado" sostuvo que el chileno inventa un nuevo modo de "ser escritor". "Ya no interesa darle la mano a los presidentes, sino que tu pandilla son los escritores que te interesan, los amigos. Hay otros: César Aira y Mario Bellatin, por ejemplo, son escritores de cambio de siglo, cada uno con su estilo, porque cierran algo y abren algo. Funcionan como correas de transmisión".
Acuña opinó que después del "boom" dejó de existir una centralidad de referentes. "No creo que mi generación tenga 'maestros' en lo general, sino que cada uno, junto con los pares ultracercanos que tiene, comparte ciertos pilares bien personales".
Pedro J. Acuña
"En una beca que tuve, algunos compañeros se sentían cercanos entre ellos por ser 'bolañistas'. Yo sólo he leído algunos cuentos de Bolaño y por más que el mercado editorial me lo ha querido embuchar, nada más no me dan ganas de abrir 'Los detectives salvajes'", indicó el ganador del XV Concurso Nacional de Cuento Juan José Arreola.
Los otros escritores nacidos en los 80 que integran el programa son los mexicanos Ave Barrera, Joel Flores y Óscar Guillermo Solano, los chilenos Paulina Flores, Francisco Ovando y Camila Gutiérrez, la argentina Camila Fabbri y las brasileñas Carol Bensimon y Carol Rodrigues.
Completan la lista de autores a tomar en cuenta el cubano Carlos Manuel Álvarez, el costarricense-puertorriqueño Carlos Fonseca, el guatemalteco Arnoldo Gálvez, la venezolana Enza García Arreaza, el uruguayo Damián González Bertolino, el nicaragüense José Adiak Montoya, la ecuatoriana Marcela Ribadeneira y la peruana Jennifer Thorndike. 
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sábado, 26 de noviembre de 2016

FERIA DE GUADALAJARA ABRE MARCADA POR MUERTE DE FIDEL Y PREMIO FIL A MANEA

Cortesía FIL Guadalajara/Paula Islas
La Feria Internacional del Libro de Guadalajara levantó hoy el telón bajo la impronta de la muerte del líder cubano Fidel Castro y con la entrega del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances al rumano Norman Manea, en una 30 edición que tiene a América Latina como invitada de honor.

La presencia del Premio Nobel de Literatura peruano Mario Vargas Llosa cosechó numerosos aplausos durante la inauguración en el auditorio Juan Rulfo de la Expo Guadalajara. El autor de "La ciudad y los perros" compartió el estrado con escritores como el argentino Alberto Manguel, autoridades gubernamentales mexicanas y de la mayor feria del libro en español, que se extiende hasta el 4 de diciembre.

Un manifestante se hace escuchar ante la FIL
El presidente de la FIL, Raúl Padilla, sostuvo durante la inauguración que se extendió durante unas dos horas que el fallecimiento de Castro "es un acontecimiento que marca el fin de una época que le dio a América Latina una proyección mundial".

"En el mundo se generó una gran expectativa de lo que en el Caribe se estaba gestando. Y sin duda su personalidad tuvo una influencia determinante en América Latina", señaló.
"La historia juzgará el derrotero de la Revolución cubana y la impronta de Castro, pero el futuro de Cuba es de interés para todos los latinoamericanos. Nunca las ideas pueden florecer en el totalitarismo, sin libertad no hay creación", afirmó Padilla.

Momentos antes de la apertura, el escritor nicaragüense Sergio Ramírez consideró incluso sobre la muerte del líder de la Revolución cubana: "No se puede explicar el siglo XX sin Fidel Castro, yo diría que el siglo XX termina con él".

"Es el fin de una era. Es una figura histórica que marcó el siglo XX, sin ninguna duda, en América Latina. Los juicios sobre su vida y su política van a ser muy contrarios durante mucho tiempo, despierta todavía muchas polarizaciones", dijo Ramírez a dpa. "Pero me parece que en la medida que el tiempo pase estos juicios van a enfriarse, y se lo va a valorar en su justa medida", apuntó.

Por su parte, Itzcóatl Tonatiuh Bravo Padilla, rector de la Universidad de la Guadalajara, organizadora de la feria desde 1987, manifestó a su turno un "sentimiento de solidaridad y afecto" hacia Cuba.

Cortesía FIL Guadalajara/Bernardo De Niz
Manguel, en tanto, se encargó de leer una semblanza del ganador del premio FIL de Literatura Manea (Suceava, 1936), al que definió como "la encarnación del escritor exiliado" en una multiplicidad de formas.

"Mi página tiene la cicatriz de los traumas pero también la firmeza de la resistencia a ellos", apuntó el primer rumano en recibir esta distinción, quien fue deportado a un campo de concentración nazi durante su infancia y que vivió luego los rigores de la Rumania comunista y el exilio.

Manea, que reside desde hace casi tres décadas en Estados Unidos, habló en rumano, mientras una enorme pantalla mostraba sus palabras traducidas al español, que despertaron aplausos del auditorio en varios pasajes.

El autor de "El regreso del húligan" sostuvo en su discurso de aceptación: "El destino me legitimó al fin y al cabo como escritor de la actualidad, entendida como exilio planetario, que viví por etapas en el exilio fascista de mi infancia, después en el exilio interior de la dictadura comunista y al final en el exilio global del libre mercado, con la doctrina mercantil de compraventa de cualquier cosa, en cualquier lado y en cualquier momento".
Cortesía FIL Guadalajara/Paula Islas

Y luego advirtió: "Creo que podemos decir que, a pesar de la crisis de valores en la que estamos inmersos, son preferibles la imperfección y la inestabilidad de la libertad a una autocracia perfecta, opaca y glacial".

Por su parte, al caer la tarde Vargas Llosa será homenajeado por sus 80 años durante la apertura del programa literario de América Latina. Posteriormente se realizará una mesa en su tributo con participación de Ramírez, el mexicano Enrique Krauze, la brasileña Nélida Piñón, el peruano Alonso Cueto y el colombiano Héctor Abad Faciolince, entre otros.

El programa de América Latina promoverá en la FIL la reflexión sobre la identidad y actualidad de las letras del continente, con la presencia de 120 autores de diversas generaciones.

"La Chunga". Cortesía Teatro Diana/Yorch Gómez
Vargas Llosa mostrará además en la feria su más reciente novela, "Cinco esquinas", mientras que en el Teatro Diana de Guadalajara se presentará el lunes su obra de teatro "La Chunga".

Esta 30 edición tendrá también entre sus invitados estelares al ganador del Premio Formentor Roberto Calasso, el nicaragüense Ernesto Cardenal, así como a los argentinos Eduardo Sacheri, Andrés Neuman y Luisa Valenzuela.

Entre los más de 650 autores provenientes de 44 países se cuentan asimismo los mexicanos Elena Poniatowska y Margo Glantz, los españoles Rosa Montero y Arturo Pérez-Reverte, el cubano Leonardo Padura y el boliviano Edmundo Paz Soldán. 

Y durante nueve intensas jornadas, unas 2.000 casas editoriales de 44 países, con unos 400.000 títulos en exhibición en un espacio de 34.000 metros cuadrados, convierten a la feria en un gigantesca vitrina de la literatura universal, mientras América Latina se hermana con Guadalajara.

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PREMIO FIL MANEA: "LA LITERATURA AÚN PUEDE IR MÁS ALLÁ DE LAS FRONTERAS"

El escritor rumano Norman Manea, quien recibirá hoy el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances al inicio de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, dijo a dpa que este galardón es "un gran honor y una importante confirmación de que la literatura aún puede ir más allá de las fronteras".

"Es especialmente emocionante para mí, porque soy un viejo admirador de los escritores latinoamericanos y de la originalidad e irradiación espiritual de su rica literatura", señaló en inglés el autor de "El regreso del húligan", quien fue deportado a un campo de concentración nazi durante su infancia y vivió luego los rigores de la Rumania comunista y el exilio.

El varias veces candidato al Nobel, de 80 años, obtendrá su reconocimiento durante la apertura este sábado de la Feria de Guadalajara, que celebra su trigésima edición hasta el 4 de diciembre, con América Latina como invitada de honor.

Manea, nacido el 19 de julio de 1936 en el seno de una familia judía en Suceava y que reside desde hace casi tres décadas en Estados Unidos, quedó fascinado por la obra de sus colegas argentinos Jorge Luis Borges y Ernesto Sabato.

"Ambos grandes escritores encontraron en mí un inmediato y ardiente admirador. Con Sabato incluso tuvimos un intercambio de cartas amigables, muy importante para mi estado de ánimo en ese sombrío momento de la dictadura rumana", afirmó antes de recibir el galardón.

"Hace unos pocos años tuve finalmente el gran y largamente deseado placer de visitar su casa en Argentina y mantener una conversación con su viuda", añadió el primer rumano en ganar el premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, dotado con 150.000 dólares y que se entrega como reconocimiento al conjunto de una obra.

Manea fue deportado a los cinco años con su familia al campo de concentración ucraniano de Transnistria y regresó cuatro años después a Rumania, en 1945.

Por entonces le regalaron para su cumpleaños un libro de leyendas populares rumanas y allí probablemente empezó para él "la enfermedad y la terapia de las palabras", escribe en su autobiografía novelada "El regreso del húligan". "Al iniciar de repente un diálogo con amigos invisibles, la literatura iba a salvarme de la mutilación que imponía la autoridad".

En su adolescencia vivió la ilusión de la utopía comunista, pero pronto tomó distancia. Más adelante se convertiría en un duro crítico del régimen, lo que le valdría la censura. 

Manea publicó sus primeros textos en Rumania hacia finales de los 60 y no se volcó de lleno al oficio de la escritura hasta en 1974, tras haber ejercido como ingeniero.

¿Si no le hubieran tocado las experiencias dolorosas que marcaron su vida, habría elegido de todas maneras ser escritor? "Es difícil analizar algo que no ocurrió. Definitivamente habría sido otro tipo de escritor, sin Transnistria, Periprava (la cárcel donde estuvo su padre), el comunismo en Rumania y el exilio en Estados Unidos probablemente habría estado más cerca de (Marcel) Proust que de (Franz) Kafka".

A la pregunta de si se siente como un "húligan" en el sentido rumano de la palabra, aseveró que sí, "siguiendo la definición literaria del término de Mihail Sebastian, como un pensador y artista solitario, un observador solitario y un no miembro de una asociación político-ideológica de combatientes".

Otros títulos traducidos al español de su extensa obra son las novelas "La guarida" y "El sobre negro", los ensayos "Payasos: El dictador y el artista" y "La quinta imposibilidad. Judaísmo y escritura" y los relatos de "Felicidad obligatoria" y "El té de Proust. Cuentos reunidos".

El autor obtuvo en 1986 una beca para estudiar en Berlín Oeste, que le permitió abandonar la Rumania de Nicolae Ceausescu y residió un año en la ciudad alemana. Posteriormente se estableció en Nueva York, donde vive actualmente y ejerce como profesor en Bard College. 

Interrogado sobre la crisis de los refugiados vista desde su experiencia, opinó: "Es un fenómeno social actual y doloroso, no necesariamente un 'honor' ser expulsado, como solía decir nuestro encantador nihilista Emil Cioran".

"Ser forzado a abandonar el domicilio, la tierra, el lenguaje y la familia y deambular también puede aportar algunos efectos positivos, pero hasta entonces el sufrimiento es enorme", aclaró.

Respecto de la discutida concesión del Premio Nobel de Literatura al cantante estadounidense Bob Dylan, Manea matizó: "Cualquier elección humana, incluyendo los premios, contiene en sí misma una relatividad. En este caso estamos frente a, creo yo, una reveladora marca de nuestro tiempo".

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