El autor de "Dublinesca" leyó un texto el miércoles por la noche sobre su fascinación por narrar viajes antes de concretarlos y la aparente disyuntiva entre escibir y vivir.
Su afición a escribir los periplos antes de hacerlos nació en un viaje hace tiempo al barrio de Boavista, en la portuguesa Oporto, evocó en su conferencia "Intensa sed de venganza", realizada en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba).
"Como no tenía entonces ordenador portátil y no sabía cómo hacerlo para poder narrar desde la ciudad portuguesa lo que allí estuviera viviendo –cada domingo, en forma de diario personal, publicaba una crónica en el periódico 'El País'-, decidí adelantarme y contar lo que allí me ocurría antes de que me ocurriera", contó el escritor, una de las voces más representativas de la literatura contemporánea española.
"Lo describí todo previamente y luego, tras enviar el artículo, salí hacia Oporto para vivir lo que, cuando llegara el domingo, podría leer perfectamente expuesto en mi crónica del periódico". Sin embargo, no todo sucedió como había previsto, lo que le llevó a experimentar una "inesperada y furiosa sed de venganza".
"En realidad yo no era nada sin aquella profunda y radical sed de venganza contra la imperfección del mundo, la misma sed que precisamente me había llevado a escribir", apuntó Vila-Matas (Barcelona, 1948) ante un auditorio colmado que lo escuchó con atención y entusiasmo.
"Desde aquel viaje fundacional a Oporto he seguido haciendo lo mismo a lo largo de casi todos mis viajes. Los escribo previamente, consciente de que tratar de vivir lo escrito puede ayudarme a modificar mi destino, a tratar de gobernarlo, al menos ligeramente, a través de mi propia escritura".
Vila-Matas, quien llega por estos días al Filba con su nuevo libro "Kassel no invita a la lógica" bajo el brazo, se preguntó de dónde viene el mito de que "la muerte de la literatura significa desembarcar en la vida, acceder a lo real. ¿Acaso al escribir no vivimos?"
El ganador del Premio Formentor de las Letras 2014 también aseguró que entiende el arte no como una producción, "sino como una actitud, como una forma de estar en el mundo, como una forma de vivir. El futbolista (Javier) Mascherano lo dijo hace poco a su manera: 'En definitiva, juego como vivo'".
"Le busqué ayer a Mascherano en el aeropuerto de Ezeiza, pero seguro que él estaba ya en Barcelona, preparándose para el partido con el Málaga. La ciudad de Barcelona que he dejado para venir aquí, a Buenos Aires, con el viaje escrito", añadió.
Vila-Matas, una de las grandes figuras de esta nueva edición del festival literario, inaugurará el viernes oficialmente también Filba Montevideo, en una charla sobre su trayectoria, su obra y los temas que lo siguen inquietando. Y el lunes será entrevistado por Rodrigo Pinto en Santiago de Chile.
El evento nacido en la capital argentina en 2008 rinde homenaje este año a las letras bolivianas, con la asistencia de autores destacados de nuevas generaciones como Edmundo Paz Soldán, Maximiliano Barrientos, Wilmer Urrelo, Christian Vera y Liliana Colanzi.
Asimismo integran la lista de invitados los escritores franceses Philippe Claudel y Marie Darrieussecq, los argentinos Juan Sasturain y Hebe Uhart, el chileno Alberto Fuguet, el mexicano Antonio Ortuño y el peruano Jeremías Gamboa, entre otros.
El sexto Filba dedica además un espacio destacado al cómic, con el canadiense Guy Delisle, el maltés Joe Sacco y la ecuatoriano-colombiana Powerpaola.
La programación se desplegará en los próximos días simultáneamente en el trío de ciudades sudamericanas: en Buenos Aires prosigue hasta el domingo, en Montevideo se realizará del viernes al sábado y en Santiago de Chile, del sábado al miércoles próximo.
El director del Filba, Pablo Braun, destacó anoche en el Malba que esta celebración de las letras se desarrolle por primera vez en tres países, lo que consideró "una oportunidad para pensar una identidad literaria latinoamericana".
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