El espíritu de Gabriel García Márquez rondó en la noche del sábado la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, la cita editorial con la que el padre del realismo mágico mantuvo un vínculo entrañable.
Amigos, colegas y editores del Premio Nobel de Literatura colombiano lo evocaron en sus diversas facetas, como escritor, periodista y compinche, durante un emotivo homenaje al cierre de la primera jornada del evento.
“Con él abrimos el Salón Literario en 1993 y estuvo presente en la mayoría de las ediciones de esta feria desde hace 27 años”, recordó el presidente de la FIL, Raúl Padilla López, al introducir el panel con la escritora mexicana Angeles Mastretta, la periodista española y viuda de José Saramago Pilar del Río y el periodista colombiano Jaime Abello Banfi.
Mastretta recordó cuando compartió una mesa con su amigo en un restaurante de Cartagena de Indias y el autor fue descubierto por sus admiradores, que armaron “una peregrinación que no cesó hasta la madrugada”.
La extensa velada concluyó con Gabo, de por entonces 80 años y recién homenajeado por el IV Congreso Internacional de la Lengua Española, bailando el vallenato “La gota fría” en plena calle.
“Leer a Gabo era volverse su amigo, estaba cerca con sus palabras, con sus historias. Imposible no querer a Gabo”. Y la autora de “Mal de amores” advirtió: “Morirse para él va a ser más difícil de lo que fue para Aureliano Buendía. Por eso estamos aquí. ¡Viva Gabo!”.
Gabo junto a Saramago |
En tanto, Pilar del Río señaló que fue en Guadalajara donde Saramago y García Márquez consolidaron su amistad.
“No siempre estaban de acuerdo. Y una característica de los hombres grandes es que no tienen que estar usando medias palabras para entenderse, dicen las palabras enteras y de forma rotunda porque se respetan y se valoran. Entonces, las discusiones que tuvieron a veces eran extraordinariamente interesantes”, señaló.
El escritor colombiano más célebre de todos los tiempos falleció a los 87 años en abril pasado en Ciudad de México. Desde la década de 1960, el premio Nobel de Literatura 1982 pasó muchos años en México, donde escribió la obra paradigmática del realismo mágico, “Cien años de soledad".
Por su parte, el escritor y guionista de cine cubano Senel Paz trabajó con Gabo en la escuela de cine de San Antonio de los Baños, donde el autor de “El amor en los tiempos del cólera” impartía sus talleres sobre cómo escribir un cuento.
Recordó “la alegría casi infantil con que García Márquez marchaba a la escuela, su euforia durante el trayecto. Llegaba a la escuela exultante, vestido de blanco”. Y “era feliz en cada sesión, rodeado de muchachos y muchachas que llegaban de todas partes”.
En tanto, Abello Banfi, cofundador de la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), destacó que para Gabo “el periodismo era una forma de hacer política, de ejercer ciudadanía, de divertirse, de gozar la vida”.
La secretaria general iberoamericana Rebeca Grynspan Mayufis consideró a su turno que el novelista y narrador nacido en Aracataca en 1927 representa “un tesoro para toda Iberoamérica”.
El director de la división literaria de Penguin Random House, Claudio López de Lamadrid, editor del escritor desde 1996, se encargó de coordinar el homenaje en el que también intervinieronla directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes de México, María Cristina García, el escritor colombiano Jorge Francoy la editora Doris Bravo.
Durante el concurrido acto se proyectó un video sobre vida y obra del escritor, que probablemente sintetizó en una de sus afirmaciones la atmósfera en la sala: “García Márquez se queda con nosotros, porque sus libros son parte de nuestra biografía”.
La actual edición de la FIL, que abrió sus puertas el sábado, se extenderá hasta el próximo 7 de diciembre con Argentina como invitada de honor, la nación donde justamente vio la luz por primera vez "Cien años de soledad" en 1967, antes de dar la vuelta al mundo.
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