En su próxima novela, "Inocencia", Monge volverá a sumergirse en otro ciclo de la violencia, la inmigración ilegal. "La violencia es una manera de resolver el conflicto. Y la manera en la que resolvemos ese conflicto habla del grado de civilización que tenemos", afirma a dpa.
"En el mundo rural de México, como sucede en muchos lugares de América Latina, la primera reacción sigue siendo violenta, porque se carece de otras herramientas. O porque se cree que es la herramienta más a la mano", dice el invitado del festival literario Filba Internacional, que culmina hoy en Buenos Aires y sigue en Santiago de Chile hasta el miércoles.
La novela distinguida con el XXVIII Premio Jaén traza la historiografía de la violencia a través de un personaje, Germán Alcántara Carnero, nacido en los albores del siglo XX y que muere a las puertas del inicio del conflicto del narcotráfico.
El autor que vive en Barcelona pero proyecta volver pronto a su país se muestra totalmente en desacuerdo con la creencia según la cual "el problema del narcotráfico es una cosa que nos llegó a los mexicanos de repente". La violencia del narcotráfico es la misma que muchas otras violencias del siglo XX mexicano, en cuyas fluctuaciones aparecen los mismos personajes, apunta.
Monge sostiene que lo que México necesita es educación. "Ese es el gran asunto. La violencia se erradica única y exclusivamente con educación y cultura, no hay otra manera para romper el ciclo, porque sino el ciclo se sigue renovando".
"Yo siempre digo de broma que hay que prohibir la educación privada. A la gente que legisla y lleva las políticas públicas no le interesa la educación pública, porque sus hijos van a escuelas privadas. Como tampoco les interesa la sanidad pública, porque todos tienen seguros privados y van a hospitales privados. Parece que no, pero eso explica en buena parte la decadencia en que están la educación y sanidad públicas".
"Y en el mundo rural esto es mucho más grave. No llega la educación, no llega la salud, pero llega la Coca-Cola. No llegan los libros, pero llega la televisión con Laura Bozzo. ¿Cómo puedes aspirar a cambiar como país cuando lo básico está tan lastimado?", cuestiona Monge, seleccionado como uno de los 25 escritores secretos más importantes de América Latina por la Feria Internacional de Guadalajara en 2011.
Si bien cree que la distancia, sea geográfica o temporal, lo ayudó a trabajar "El cielo árido", para sus nuevos proyectos le está resultando difícil la lejanía de México, su universo literario.
"En cinco años no he tenido una sola vez el impulso para escribir algo que suceda o que tenga que ver con personajes de España. Es el gran motivo por el que tengo que volver a México ya. Tengo proyectado volver de manera definitiva pronto", adelanta el autor del libro de relatos "Arrastrar esa sombra" y la novela "Morirse de memoria".
Por estos días, Monge (Ciudad de México, 1978) se encuentra finalizando "Inocencia". "Una historia de lo que creo yo que es el Holocausto del siglo XXI, que es el tráfico de personas y la inmigración ilegal". Su nueva novela gira en torno a la historia de amor desde la infancia hasta la adultez de Estela y Epitafio, jefes de secuestradores.
Respecto del auge de la "narcoliteratura", considera que "el 80 por ciento son novela de pistoleros y se va a perder. Lo que va a quedar es la novela que entendió que en el narcotráfico pasan cosas. En ese sentido me interesaba mucho contar una historia de amor, en un lugar donde pareciera imposible contarla".
Monge critica además con vehemencia "la necesidad de tantos escritores de matar o de desaparecer" a los colegas que los precedieron, entre ellos a los del "boom". "La tradición no se puede negar y uno forma parte de ella".
"Me interesa muchísimo más (Juan) Rulfo que el 'boom', me interesa mucho más Julio Ramón Ribeyro que (Mario) Vargas Llosa. Pero eso no quiere decir que no haya leído Vargas Llosa y que aunque los últimos libros me parezcan de poco interés, los primeros no me hayan parecido brutales. Yo no le creo a un escritor latinoamericano cuando me dice que 'Conversación en la Catedral' es un mal libro, o lo que pienso es que no lo ha leído".
Durante su estancia porteña, Monge aprovechó para visitar la biblioteca personal de Jorge Luis Borges y revisar ejemplares con anotaciones del autor argentino, a quien sitúa en el selecto grupo de escritores cuya calidad "difícilmente genere polémica".
A Monge, quien viajará el lunes a Santiago para continuar participando del Filba, le quedó rondando una frase sobre la violencia. "Trabajé un libro que es de un ex sicario de uno de los cárteles de México para una editorial. Hay un momento en que le preguntan cómo puede matar de esa manera, y él con toda la tranquilidad del mundo dice: 'yo sé hacer dos cosas. Matar y lavar coches. Y lavar coches no me gusta'. Es brutal".
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