El escritor uruguayo Eduardo Galeano recreó una singular caminata literaria por el tiempo durante la presentación de "Los hijos de los días" en la 38 Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.
Galeano hilvanó en la noche del sábado una cincuentena de textos de su último libro, donde denuncia el "mundo al revés", "en guerra contra los pobres y no contra la pobreza". De pulóver verde y chaleco marrón, y presentado por Carlos Díaz, director de Siglo XXI Editores Argentina se acomodó en un sillón en el escenario de la sala José Hernández antes de tomar la palabra.
"Y los días se echaron a caminar. Y ellos nos hicieron a nosotros, que así fuimos nacidos nosotros, los hijos de los días, los averiguadores, los buscadores de la vida", comenzó su alocución.
"Los hijos de los días" (Siglo XXI Editores) es un almanaque literario que reúne 366 relatos breves. Cada día, entre el 1 de enero y el 31 de diciembre, se devela una historia con alusiones al pasado y al presente. Para inaugurar la lectura, el autor de "Las venas abiertas de América Latina" eligió el texto dedicado al 11 de enero, "El placer de ir", sobre el músico salteño Juan Carlos Dávalos.
Sin embargo, la técnica le jugó al comienzo una mala pasada, por lo que le tuvieron que acercar otro micrófono. "Éste es el que yo quería, porque es el que mejora las palabras y la calidad del texto", ironizó.
Tras varios años de ausencia en la Feria del Libro porteña, la convocatoria fue multitudinaria: alrededor de 1.000 personas dentro de la sala y unas 800 más siguieron la charla desde las pantallas gigantes colocadas en el predio de la Rural.
Durante casi una hora y media, el público alternó un respetuoso silencio con estruendosos aplausos. Por la inconfundible voz de Galeano desfilaron personalidades como Rosa Luxemburgo, el Che Guevara, Emiliano Zapata, Augusto César Sandino y acontecimientos históricos como la primera reforma agraria de América Latina en Uruguay en 1815 y el plebiscito popular en Bolivia que dijo sí en 2009 a una nueva Constitución.
El escritor aprovechó la lectura para enviarle “un abrazo de muchos brazos” a los pobladores de localidades argentinas como Famatina, Sanagasta, Andalgalá “y otros que no se dejan engañar con esos cuentos de las sanguijuelas modernas, que te venden buena salud mientras te acompañan al cementerio”, dijo en relación a proyectos de minería contaminantes.
Asimismo quiso homenajear a tres amigos: la boliviana Domitila Barrios, recientemente fallecida (“mujer valiente de las muchas que hemos tenido y tenemos en América Latina”), el poeta salvadoreño Roque Dalton (asesinado en 1975 y cuya historia se narra en el relato “El imperdonable”) y el historiador argentino Osvaldo Bayer ("ha trabajado mucho por los derechos de las mujeres y por todos los que no tienen derechos en este país").
También recordó que en 2008 Estados Unidos decidió borrar al sudafricano Nelson Mandela de la lista de terroristas peligrosos. Para celebrar seriamente el Día contra el Terrorismo, Galeano propuso llenar el mundo entero de carteles que digan “se busca a los secuestradores de países, se busca a los estranguladores de salarios y a los exterminadores de empleos, se busca a los violadores de la tierra, a los envenenadores del agua y a los ladrones del aire, se busca a los traficantes del miedo”.
El autor de “El libro de los abrazos” y “Bocas del tiempo” despertó risas del público al referirse al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial como “los hermanos gemelos que la humanidad necesitaba” y a los banqueros como “los más peligrosos asaltantes de bancos”.
También hubo espacio para que lanzara críticas contra los medios de comunicación y la Iglesia católica y conmoviera con sus textos sobre niños robados durante las dictaduras latinoamericanas y por la democracia australiana (“Yo no lo sabía, y muchos de los que están acá tampoco”), los desaparecidos y los torturados en el Cono Sur.
Los lectores argentinos, que agotaron en apenas diez días la primera edición de 25.000 ejemplares de “Los hijos de los días”, hicieron fila muchas horas antes de la presentación para intentar conseguir un lugar en la sala.
“Es difícil entender o explicar las razones del enorme interés y fanatismo que Galeano despierta entre los lectores. Ahora sí, uno puede observar que la gente respeta y admira su compromiso inalterable con los desposeídos, con los pobres y olvidados, no sólo de América Latina, sino del mundo entero. Es decir, desde hace muchos años le ha dado voz a los que no la tienen”, afirmó a dpa el gerente de Prensa y Comunicación de Siglo XXI Editores Argentina, Ezequiel Mario Martínez.
Próximamente Galeano (Montevideo, 1940) viajará con “Los hijos de los días” a España. El 9 de mayo iniciará en Barcelona una intensa gira que lo conducirá asimismo a Córdoba, Granada, Sevilla, Madrid, Bilbao, San Sebastián, Santiago de Compostela y Ourense.
A medida que avanzaba la noche, las lecturas arrancaban ovaciones en la sala, que se replicaban afuera. "Alguna vez tengo que terminar", se excusó Galeano ante el ávido auditorio, que rompió su silencio para gritarle "ídolo” y “gracias”. Cerró con el relato correspondiente al 31 de diciembre y todavía regaló un bis de esa misma fecha, pero de “Bocas del tiempo”.
Galeano no pudo quedarse a la firma de libros y partió. Pero en la sala quedaba flotando un saber de los mayas que inspiraron el título de su última obra: "Ellos saben que el tiempo, como la araña, teje despacio".
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