Buenos Aires, 28 abr (dpa) - "Yo no tengo un gran entusiasmo por la literatura. Lo perdí hace mucho", confiesa sin rodeos el irreverente escritor colombiano Fernando Vallejo. Y afirma sentirse a gusto en Buenos Aires, por donde pasea su crudo escepticismo de la mano de su último libro, "El don de la vida".
"Me interesan la música, los músicos. Te puedo hablar con gran admiración de los músicos que quiero. De Mozart, de Schubert, de Mahler, de Debussy. No te puedo hablar con el mismo entusiasmo de los escritores", apunta el autor de "La Virgen de los sicarios".
"La literatura ya a mí no me interesa. En realidad escribo por molestar y por llenar un tiempo vacío", revela a dpa el escritor antioqueño, de paso por la capital argentina para presentar su nueva novela en la 36 Feria Internacional del Libro.
En sus páginas, un hombre viejo conversa en forma descarnada sobre una diversidad de temas con su compadre. Hablan de recuerdos y de muertos, de sus conocidos y de Colombia, mientras que también filosofan sobre el hombre y el idioma español. A puro diálogo, "El don de la vida" (Alfaguara) arremete contra los escritores Jorge Luis Borges, Federico García Lorca, Octavio Paz y Shakespeare, y también contra los presidentes Álvaro Uribe y Hugo Chávez.
Vallejo, nacido en 1942 en Medellín, expresa sobre el autor de "El Aleph": "Yo no siento una pasión por Borges y pienso que es indebido que estemos haciendo de él el gran escritor de la lengua española. Esa es una decisión que se tomó en idiomas extranjeros, es de los ingleses, de los franceses, de los alemanes, de los italianos, no de nosotros. Ellos no tienen por qué decidir sobre la lengua española".
Por otra parte, Vallejo vuelve a reivindicar en su libro y en sus dichos a la primera persona como la única posible en la literatura, rechazando entrar en la mente de sus personajes. "Yo me niego a escribir novelas en tercera persona, no me interesa, siento un rechazo muy grande por el narrador omnisciente. A duras penas sé lo que pienso yo".
"Simplemente no quiero escribir novelas en tercera persona, me niego a hacerlo. Son las más fáciles de escribir, porque son fórmulas que todos conocemos, son muy fáciles de enseñar y de aprender. Y son las de los bestseller", sostiene el ganador del Premio Rómulo Gallegos con "El desbarrancadero".
Al igual que sus otras novelas, su más reciente obra también transcurre en Colombia, más precisamente en el banco de un parque de Medellín, y asimismo combina autobiografía y ficción. "La verdad es que de Colombia yo no me puedo liberar, pues Colombia fue mi país, mi niñez y mi juventud", dice. Incluso cuando "los 17 libros que he escrito y las tres películas que he dirigido los escribí y las filmé en México", cuenta.
Vallejo, quien lleva viviendo 40 años en el país azteca, se muestra totalmente desencantado del cine y confiesa que hace 15 años que no pisa una sala como espectador. "Me desilusioné del cine, pienso que es un lenguaje muy menor al lado de la literatura. No creo que ni siquiera sea un arte. Es un embeleco del siglo XX que está durando más de la cuenta", sostiene con su habitual lengua filosa.
En su más reciente libro, el narrador lleva minuciosamente una libreta de muertos. "Esa libreta existe en la realidad, era muy fácil que simplemente recurriera a ella en el libro. En unos años para acá me puse en la ociosa tarea, por desocupación, de anotar las personas a las que recordaba que había visto al menos una vez y que sé que se murieron. Y ya voy llenando las 700".
Vallejo afirma que le divierte mucho hacer la libreta. "Cada vez me alegro cuando tengo un muerto más que poner en ella, aunque lo haya querido. Me da gusto poner a los que he querido y a los enemigos ni te diga, ya no los veo más".
Por estos días Vallejo no está solo en Buenos Aires: lo acompaña el hispanista Jacques Joset, que acaba de publicar "La muerte y la gramática. Los derroteros de Fernando Vallejo" (Taurus). "Es un halago para mí que él se ocupara de mis cosas, y es una generosidad de su parte", afirma sobre la obra crítica del belga Joset. Ambos viajarán también a Rosario para presentar sus libros.
El escritor que ha publicado "La puta de Babilonia", sumario de los crímenes del cristianismo y el Islam, aclara que no tiene interés en provocar a nadie ni en causar discusiones. "Simplemente hablo de las cosas y de la vida como la veo. La pelea mía es contra el narrador omnisciente y últimamente también contra la Iglesia católica y en general contra el cristianismo y más en general contra el Islam y las religiones políticas".
Vallejo, traducido a una veintena de idiomas, cuenta que una causa que abraza es la defensa de los animales. En tanto, las elecciones presidenciales de mayo en Colombia no despiertan su expectativa, sino mas bien su indignación. "Los políticos son todos iguales. Se las dan de servidores públicos, pero en realidad lo que son es aprovechadores públicos".
Y dispara todavía: "Si tú le pasas revista a los jefes de Estado del planeta hoy en día son todos ignorantes, no hay uno que tenga una mediana cultura".
"Me interesan la música, los músicos. Te puedo hablar con gran admiración de los músicos que quiero. De Mozart, de Schubert, de Mahler, de Debussy. No te puedo hablar con el mismo entusiasmo de los escritores", apunta el autor de "La Virgen de los sicarios".
"La literatura ya a mí no me interesa. En realidad escribo por molestar y por llenar un tiempo vacío", revela a dpa el escritor antioqueño, de paso por la capital argentina para presentar su nueva novela en la 36 Feria Internacional del Libro.
En sus páginas, un hombre viejo conversa en forma descarnada sobre una diversidad de temas con su compadre. Hablan de recuerdos y de muertos, de sus conocidos y de Colombia, mientras que también filosofan sobre el hombre y el idioma español. A puro diálogo, "El don de la vida" (Alfaguara) arremete contra los escritores Jorge Luis Borges, Federico García Lorca, Octavio Paz y Shakespeare, y también contra los presidentes Álvaro Uribe y Hugo Chávez.
Vallejo, nacido en 1942 en Medellín, expresa sobre el autor de "El Aleph": "Yo no siento una pasión por Borges y pienso que es indebido que estemos haciendo de él el gran escritor de la lengua española. Esa es una decisión que se tomó en idiomas extranjeros, es de los ingleses, de los franceses, de los alemanes, de los italianos, no de nosotros. Ellos no tienen por qué decidir sobre la lengua española".
Por otra parte, Vallejo vuelve a reivindicar en su libro y en sus dichos a la primera persona como la única posible en la literatura, rechazando entrar en la mente de sus personajes. "Yo me niego a escribir novelas en tercera persona, no me interesa, siento un rechazo muy grande por el narrador omnisciente. A duras penas sé lo que pienso yo".
"Simplemente no quiero escribir novelas en tercera persona, me niego a hacerlo. Son las más fáciles de escribir, porque son fórmulas que todos conocemos, son muy fáciles de enseñar y de aprender. Y son las de los bestseller", sostiene el ganador del Premio Rómulo Gallegos con "El desbarrancadero".
Al igual que sus otras novelas, su más reciente obra también transcurre en Colombia, más precisamente en el banco de un parque de Medellín, y asimismo combina autobiografía y ficción. "La verdad es que de Colombia yo no me puedo liberar, pues Colombia fue mi país, mi niñez y mi juventud", dice. Incluso cuando "los 17 libros que he escrito y las tres películas que he dirigido los escribí y las filmé en México", cuenta.
Vallejo, quien lleva viviendo 40 años en el país azteca, se muestra totalmente desencantado del cine y confiesa que hace 15 años que no pisa una sala como espectador. "Me desilusioné del cine, pienso que es un lenguaje muy menor al lado de la literatura. No creo que ni siquiera sea un arte. Es un embeleco del siglo XX que está durando más de la cuenta", sostiene con su habitual lengua filosa.
En su más reciente libro, el narrador lleva minuciosamente una libreta de muertos. "Esa libreta existe en la realidad, era muy fácil que simplemente recurriera a ella en el libro. En unos años para acá me puse en la ociosa tarea, por desocupación, de anotar las personas a las que recordaba que había visto al menos una vez y que sé que se murieron. Y ya voy llenando las 700".
Vallejo afirma que le divierte mucho hacer la libreta. "Cada vez me alegro cuando tengo un muerto más que poner en ella, aunque lo haya querido. Me da gusto poner a los que he querido y a los enemigos ni te diga, ya no los veo más".
Por estos días Vallejo no está solo en Buenos Aires: lo acompaña el hispanista Jacques Joset, que acaba de publicar "La muerte y la gramática. Los derroteros de Fernando Vallejo" (Taurus). "Es un halago para mí que él se ocupara de mis cosas, y es una generosidad de su parte", afirma sobre la obra crítica del belga Joset. Ambos viajarán también a Rosario para presentar sus libros.
El escritor que ha publicado "La puta de Babilonia", sumario de los crímenes del cristianismo y el Islam, aclara que no tiene interés en provocar a nadie ni en causar discusiones. "Simplemente hablo de las cosas y de la vida como la veo. La pelea mía es contra el narrador omnisciente y últimamente también contra la Iglesia católica y en general contra el cristianismo y más en general contra el Islam y las religiones políticas".
Vallejo, traducido a una veintena de idiomas, cuenta que una causa que abraza es la defensa de los animales. En tanto, las elecciones presidenciales de mayo en Colombia no despiertan su expectativa, sino mas bien su indignación. "Los políticos son todos iguales. Se las dan de servidores públicos, pero en realidad lo que son es aprovechadores públicos".
Y dispara todavía: "Si tú le pasas revista a los jefes de Estado del planeta hoy en día son todos ignorantes, no hay uno que tenga una mediana cultura".
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