Buenos Aires, 29 abr (dpa) - La española Almudena Grandes anda por Buenos Aires con un ambicioso proyecto literario bajo el brazo, nuevamente vinculado con la historia reciente de su país, y pocos días antes de cumplir los cincuenta años asegura sentirse mejor que nunca como narradora.
Almudena Grandes, una de las invitadas centrales a la 36 Feria Internacional del Libro que culmina el 10 de mayo en la capital argentina, revela que publicará una serie de seis novelas, y la primera de ellas, "Inés y la alegría", se editará en septiembre próximo.
Serán "como unos episodios nacionales del siglo XX, de la posguerra y de la dictadura, siguiendo el modelo de (Benito Pérez) Galdós, con historias de ficción que pasan en momentos históricos reales, con personajes de ficción, pero historias en las que intervienen los personajes reales, interactuando con los de ficción", anticipa a dpa. "Y estoy muy contenta, porque tengo trabajo hasta 2016 o 2017", acota con humor.
"Inés y la alegría" (Tusquets) transcurre durante la invasión del Valle de Arán en 1944. "Es la historia de una mujer republicana que cuando se entera de que se ha producido la invasión roba un caballo y se va con los guerrilleros con cinco kilos de rosquillas y tres mil pesetas", cuenta la autora que se dio a conocer a los 29 años con su primera novela, "Las edades de Lulú", XI Premio La Sonrisa Vertical.
Su próximo libro tiene dos niveles, explica. "Tiene el nivel del poder, los centros donde se tomaban las decisiones, que es la primera vez que meto no ficción en una novela, y luego está la historia de los peones, de la gente que hizo el trabajo, que esa es la historia de ficción".
Almudena Grandes cultiva una posición política progresista y de izquierda y no titubea al explicar su obsesión por la memoria: "Yo creo que por un lado hay un factor personal, que tiene que ver con que los españoles de mi generación realmente hemos tenido que aprender todo esto por nuestra cuenta porque nadie nos lo ha enseñado. La versión oficial de la historia de España del siglo XX es muy incompleta y muy ambigua".
"Y hay otra cosa que tiene que ver más con la literatura, y es que yo descubrí que si haces el esfuerzo por ponerte de puntillas y mirar sólo dos centímetros por encima de la versión oficial, lo que hay detrás es un filón tan extraordinario para un narrador, hay una cantidad tan descomunal de historias, de personajes, de situaciones desmesuradas y desconocidas, que es muy difícil resistirse", señala la escritora nacida en Madrid el 7 de mayo de 1960.
Asimismo opina que se ha escrito mucho sobre la Guerra Civil española y "que nunca se escribirá demasiado, porque es un tema sobre el que se podrá seguir escribiendo eternamente". Sin embargo, apunta, "se ha escrito mucho pero desde muy pocos puntos de vista".
"La literatura que ha recreado la Guerra Civil en tiempos más recientes normalmente ha escrito siempre desde el mismo punto de vista, un punto de vista muy contemporizador, de repartir las culpas y los méritos. Hay muchos puntos de vista que no se han tocado y todavía hay mucho territorio virgen", aclara la autora dispuesta a explorarlos.
"Éste ha sido el gran asunto pendiente de mi generación, que es la generación de los nietos. Entonces mi literatura tiene que ver con eso, no es un fenómeno aislado, ni es un fenómeno singular. Se inserta en una preocupación general, y esa obsesión en mi caso va a proseguir vayan las cosas mejor o peor", apunta.
Almudena Grandes confiesa que tras finalizar "El corazón helado", que le llevó casi cuatro años y le deparó el VII Premio de Novela Fundación José Manuel Lara y el Premio al Libro del Año 2007 del Gremio de Libreros de Madrid, se sintió "bastante perdida". "Y cuando yo estoy perdida hago cosas raras siempre".
"Había una serie de historias que se me habían quedado colgando cuando escribí 'El corazón'. Y con una de ellas, la que me gustaba más, la que me obsesionaba más, decidí hacer un guión de cine", relata. "En algún periodo de este fracaso que tuve con el guión comprendí que lo que tenía que hacer era escribir novelas, que era mi trabajo".
"Para mí en general desprenderme de las novelas es muy complicado", admite la autora de "Malena es un nombre de tango", "Los aires difíciles" y "Castillos de cartón".
Próxima a cumplir 50 años la semana que viene, afirma con convicción: "La literatura me ha dado mucho, pero sobre todo lo que me ha dado mucho es la vida. Como narradora me siento muy bien, mejor que nunca, más segura de mí misma y de mis posibilidades, creo que me conozco mejor".
"Siempre he dicho que madurar como escritor es ir encontrando fórmulas que permitan que tus virtudes brillen y tus limitaciones no se noten", manifiesta.
La autora visita estos días Buenos Aires junto a su marido, el poeta Luis García Montero, otro participante en la Feria del Libro porteña.
Consultada acerca de cómo es la convivencia de dos escritores, responde: "A mí me resulta muy fácil. Una de las principales ventajas de vivir con una persona que escribe es tener un lector calificado al lado. Luis es mi primer lector, aunque yo no dejo que nadie lea nada hasta que termino un libro. Ni él, ni nadie".
Almudena Grandes considera que el género de la novela requiere mucha disciplina. Cuenta que normalmente trabaja unas seis horas todos los días, que pueden llegar a extenderse a diez u once cuando está finalizando un libro.
"A mí me gusta escribir. Siempre digo que escribir para mí es una necesidad, y las necesidades no se miden por el grado de placer o de sufrimiento que deparan. Es la vida que me gusta vivir: estar escribiendo", reflexiona.
Almudena Grandes, una de las invitadas centrales a la 36 Feria Internacional del Libro que culmina el 10 de mayo en la capital argentina, revela que publicará una serie de seis novelas, y la primera de ellas, "Inés y la alegría", se editará en septiembre próximo.
Serán "como unos episodios nacionales del siglo XX, de la posguerra y de la dictadura, siguiendo el modelo de (Benito Pérez) Galdós, con historias de ficción que pasan en momentos históricos reales, con personajes de ficción, pero historias en las que intervienen los personajes reales, interactuando con los de ficción", anticipa a dpa. "Y estoy muy contenta, porque tengo trabajo hasta 2016 o 2017", acota con humor.
"Inés y la alegría" (Tusquets) transcurre durante la invasión del Valle de Arán en 1944. "Es la historia de una mujer republicana que cuando se entera de que se ha producido la invasión roba un caballo y se va con los guerrilleros con cinco kilos de rosquillas y tres mil pesetas", cuenta la autora que se dio a conocer a los 29 años con su primera novela, "Las edades de Lulú", XI Premio La Sonrisa Vertical.
Su próximo libro tiene dos niveles, explica. "Tiene el nivel del poder, los centros donde se tomaban las decisiones, que es la primera vez que meto no ficción en una novela, y luego está la historia de los peones, de la gente que hizo el trabajo, que esa es la historia de ficción".
Almudena Grandes cultiva una posición política progresista y de izquierda y no titubea al explicar su obsesión por la memoria: "Yo creo que por un lado hay un factor personal, que tiene que ver con que los españoles de mi generación realmente hemos tenido que aprender todo esto por nuestra cuenta porque nadie nos lo ha enseñado. La versión oficial de la historia de España del siglo XX es muy incompleta y muy ambigua".
"Y hay otra cosa que tiene que ver más con la literatura, y es que yo descubrí que si haces el esfuerzo por ponerte de puntillas y mirar sólo dos centímetros por encima de la versión oficial, lo que hay detrás es un filón tan extraordinario para un narrador, hay una cantidad tan descomunal de historias, de personajes, de situaciones desmesuradas y desconocidas, que es muy difícil resistirse", señala la escritora nacida en Madrid el 7 de mayo de 1960.
Asimismo opina que se ha escrito mucho sobre la Guerra Civil española y "que nunca se escribirá demasiado, porque es un tema sobre el que se podrá seguir escribiendo eternamente". Sin embargo, apunta, "se ha escrito mucho pero desde muy pocos puntos de vista".
"La literatura que ha recreado la Guerra Civil en tiempos más recientes normalmente ha escrito siempre desde el mismo punto de vista, un punto de vista muy contemporizador, de repartir las culpas y los méritos. Hay muchos puntos de vista que no se han tocado y todavía hay mucho territorio virgen", aclara la autora dispuesta a explorarlos.
"Éste ha sido el gran asunto pendiente de mi generación, que es la generación de los nietos. Entonces mi literatura tiene que ver con eso, no es un fenómeno aislado, ni es un fenómeno singular. Se inserta en una preocupación general, y esa obsesión en mi caso va a proseguir vayan las cosas mejor o peor", apunta.
Almudena Grandes confiesa que tras finalizar "El corazón helado", que le llevó casi cuatro años y le deparó el VII Premio de Novela Fundación José Manuel Lara y el Premio al Libro del Año 2007 del Gremio de Libreros de Madrid, se sintió "bastante perdida". "Y cuando yo estoy perdida hago cosas raras siempre".
"Había una serie de historias que se me habían quedado colgando cuando escribí 'El corazón'. Y con una de ellas, la que me gustaba más, la que me obsesionaba más, decidí hacer un guión de cine", relata. "En algún periodo de este fracaso que tuve con el guión comprendí que lo que tenía que hacer era escribir novelas, que era mi trabajo".
"Para mí en general desprenderme de las novelas es muy complicado", admite la autora de "Malena es un nombre de tango", "Los aires difíciles" y "Castillos de cartón".
Próxima a cumplir 50 años la semana que viene, afirma con convicción: "La literatura me ha dado mucho, pero sobre todo lo que me ha dado mucho es la vida. Como narradora me siento muy bien, mejor que nunca, más segura de mí misma y de mis posibilidades, creo que me conozco mejor".
"Siempre he dicho que madurar como escritor es ir encontrando fórmulas que permitan que tus virtudes brillen y tus limitaciones no se noten", manifiesta.
La autora visita estos días Buenos Aires junto a su marido, el poeta Luis García Montero, otro participante en la Feria del Libro porteña.
Consultada acerca de cómo es la convivencia de dos escritores, responde: "A mí me resulta muy fácil. Una de las principales ventajas de vivir con una persona que escribe es tener un lector calificado al lado. Luis es mi primer lector, aunque yo no dejo que nadie lea nada hasta que termino un libro. Ni él, ni nadie".
Almudena Grandes considera que el género de la novela requiere mucha disciplina. Cuenta que normalmente trabaja unas seis horas todos los días, que pueden llegar a extenderse a diez u once cuando está finalizando un libro.
"A mí me gusta escribir. Siempre digo que escribir para mí es una necesidad, y las necesidades no se miden por el grado de placer o de sufrimiento que deparan. Es la vida que me gusta vivir: estar escribiendo", reflexiona.