Montevideo, 23 oct (dpa) - "Yo soy un escritor de ficciones, así que en una reunión sobre el valor económico del español tiendo a sentirme como el inútil de la reunión", confesó entre risas en Montevideo el chileno Jorge Edwards, parafraseando el título de su novela "El inútil de la familia".
En el marco del seminario "El valor económico del español: una empresa multinacional", el autor de "Los convidados de piedra" explicó, dejando el humor de lado, que su tesis es que el español en su unidad, su extensión y su dominio en muchos sectores del mundo "es un enorme hecho cultural".
"Y es un hecho cultural que ya tiene algunos siglos, pero que quizá está en un momento de gran esplendor hoy. Pero yo creo que este hecho no lo podemos considerar como una parte del paisaje, o como una naturaleza, es un hecho cultural y por lo tanto un hecho que hay que cultivar, que hay que mantener, que hay que cuidar".
"En cierto modo soy un escritor en estado puro, y el estado puro del escritor es un estado de inocencia y de marginalidad. Pero yo creo que la inutilidad de la persona que usa el lenguaje en función no de la producción o del comercio, sino en una función puramente estética, gratuita, tiene a lo mejor, si uno es optimista, y si uno mira las cosas a largo plazo, su forma de utilidad", consideró el Premio Cervantes 1999.
"Creo que en el fondo no hay incompatibilidad entre la posición del artista del lenguaje y la posición del hombre que usa el lenguaje de una manera más instrumental, menos gratuita. Vamos viendo que en el fondo hay una compatibilidad muy interesante para el futuro nuestro", aseveró.
Durante la mesa "El condominio lingüístico del español" junto al ministro argentino de Educación Daniel Filmus, Edwards se refirió a algunos momentos literarios de encuentro del español, como por ejemplo el español de América con el de España, o el español de América dentro del continente.
Edwards citó un encuentro de la primera mitad del siglo XIX, a partir del viaje del por entonces joven chileno Vicente Pérez Rosales. Este escribió al final de su vida las memorias "Recuerdos del pasado", que Edwards consideró "un gran clásico latinoamericano" y que "de paso demuestran que nos conocemos bastante mal entre americanos y entre españoles".
"Otro gran encuentro del español nuestro con el español de España es el que representa el modernismo de Rubén Darío", apuntó. "Estos son los encuentros que realmente forman un tejido cultural y verbal, que es el tejido en que nosotros nos estamos moviendo y queremos movernos más, llegando al mundo de la economía, del comercio, de la política", expresó.
Un tercer gran encuentro, que Edwards conoció por testimonios personales, es el del poeta Pablo Neruda con España en 1935. "Neruda en Madrid descubre sobre todo a Góngora. Había descubierto hasta cierto punto a Quevedo. Y su poesía se llena de esa especie de riqueza verbal gongorina que es muy notoria en 'Alturas de Machu Picchu'".
"Pero al mismo tiempo los poetas españoles se sienten profundamente tocados por esta extraña poesía con que llega este joven temucano, pasado por el Extremo Oriente, que era Pablo Neruda", relató.
El autor -que recientemente acaba de presentar una edición revisada de "Persona non grata", fruto de su experiencia en Cuba en los setenta- sostuvo que la idea de que la influencia es mala es una idea romántica, anticuada. "Yo creo que la influencia tiene relación en el fondo con este tema, con el lenguaje como un tejido, que se comunica, que interactúa, que cambia", manifestó.
A la vez, el escritor nacido en Santiago de Chile en 1931 confesó que cuando era muy joven pensó "con gran ingenuidad" que para poder escribir novelas, cuentos y poemas lo mejor era hacerse diplomático.
"Yo les confieso que no tenía ninguna vocación diplomática. Yo pensé: los diplomáticos no hacen nada, y entonces yo voy a poder escribir largas novelas. En lo cual me equivoqué, porque los diplomáticos además de su hacer trabajo de oficina van a los aeropuertos y se dedican a darse condecoraciones, hacen cócteles, así que hacen infinidad de cosas", ironizó.
El seminario en Montevideo es organizado por la Fundación Telefónica en colaboración con la Secretaría General Iberoamericana, y se desarrollará hasta mañana en la capital uruguaya. La cita que analiza la importancia internacional del español como activo económico sigue a una primera reunión académica celebrada en Sevilla en junio pasado.
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