Buenos Aires, 26 abr (dpa) - "Creo que escribo con el cuerpo al igual que con la cabeza", afirma el estadounidense Paul Auster, uno de los más prominentes invitados a la 28 Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, que se desarrolla pese a todos los avatares de la crisis económica en Argentina.
"Y pienso que quienes leen libros con seriedad también leen con el cuerpo", aseguró ayer en conferencia de prensa el recién arribado autor de "La trilogía de Nueva York" y "El país de las últimas cosas".
"El significado está incrustado en el ritmo y en la música de las palabras. El lenguaje va creando significados mucho más allá de las definiciones de diccionario, y supongo que esto es lo que separa lo que se podría llamar literatura del periodismo", opinó.
"El trabajo de un periodista es ser absolutamente claro y nada ambiguo, la oración que escribe debe tener un significado, y eso es lo que definimos como un buen periodismo. Pero una novela, o la narrativa creativa, por decirlo de alguna forma, es justamente lo contrario: debe haber una polisemia de significados que emanan de la palabra", señaló.
"The Book of Illusions" -su más reciente libro, que ya está terminado- llegará a los lectores en Estados Unidos y otros lugares del mundo en septiembre. En este sentido, señaló que concluir una obra es "que llegó el punto en que no se puede ya pensar qué otra cosa hacer".
"Uno de los personajes del libro nació en Argentina en 1900, en una familia judía inmigrante que vivía en Buenos Aires. A los 19 años, justo después de lo que se conoce como la Semana Trágica, el padre insta al hijo a que se vaya al norte y el personaje termina en Hollywood, escribiendo, dirigiendo y actuando en películas mudas", anticipó.
El escritor nacido en 1947 en Nueva Jersey acusó el cansancio de un largo viaje aéreo que lo condujo niebla mediante hasta Buenos Aires, caminando con la ayuda de un bastón, por "un cóagulo, una vena hinchada" en la pierna, y en lo que calificó en broma como "un síntoma de la vejez".
Además de estar presente en la Feria del Libro, Auster desarrollará una intensa serie de actividades en Buenos Aires, entre ellas firma de ejemplares en librerías y el dictado de un seminario sobre cine y literatura titulado "Objetos inanimados, emociones vívidas. Observaciones sobre la narración cinematográfica".
En el diálogo con el escritor no estuvo ausente la fecha que marcó un antes y un después en la historia de su país, el 11 de septiembre de 2001. "Debo decir que ese día posiblemente haya sido uno de los peores días de mi vida y uno de los peores días para todos los que vivimos en Nueva York", apuntó.
"No hablo de política, ni de guerras globales, ni de terrorismo. Hablo de 3.000 personas que son muertas en un solo día y en el lugar donde ellos viven". En este sentido, indicó que Nueva York, pese a ser una gran ciudad, es un lugar mucho más privado e íntimo de lo que se podría pensar.
"No creo que haya una sola persona de los ocho millones que vivimos allí que no haya conocido a alguien que trabajaba en las torres o en su defecto a alguien que conocía a alguien que trabajaba en las torres". Por eso, apuntó, "este asesinato masivo fue personal, fue muy íntimo para todos los que vivimos en la ciudad".
Auster relató que durante los meses que sucedieron a los atentados no pudo hacer nada, ni pensar, ni escribir, una sensación que perduró aproximadamente hasta la Navidad, cuando anheló comenzar a trabajar nuevamente. "Comencé a tener deseos de pensar en algo que no fuera el 11 de septiembre", explicó.
Otro de los temas abordados fue su vinculación con el cine, que comenzó cuando su novela "La música del azar" fue llevada a la pantalla grande bajo la dirección de Philip Haas. Más tarde escribió el guión para "Smoke", dirigida por Wayne Wang, con quien codirigió luego "Blue in the face". Posteriormente, Auster realizó la primera película que lo tiene como autor y director, "Lulu on the Bridge".
Consultado por dpa acerca de esta incursión en el séptimo arte, señaló que se divirtió muchísimo con las tres cintas, que durante cinco años ocuparon la mayor parte de su vida. "Estoy tan feliz de haberlo podido hacer y de haberme involucrado en este tipo de trabajo y aprender algo nuevo. La mayoría de la gente a los 50 ya no tiene oportunidad de aprender algo", recalcó.
Sin embargo, explicó que al mismo tiempo comprendió "que es un trabajo a tiempo completo, no se pueden escribir novelas y al mismo tiempo filmar películas. Ahora estoy escribiendo novelas nuevamente, quería hacer eso, ése es mi principal trabajo, pero nunca se sabe, quizás más adelante. ..", dejó abierta la posibilidad.
Auster, quien supo que quería ser escritor desde los 15 o 16 años, relató un episodio que le enseñó muchísimo sobre la arbitrariedad de la vida. "Cuando tenía 14 años, estaba en una colonia de verano para niños y estuve en una tormenta eléctrica de rayos en el bosque. El niño que estaba justo al lado mío murió por un rayo. Si una experiencia como ésa no te enseña algo, creo que nunca en tu vida entenderías nada", concluyó.
En estos días también estarán participando en la Feria del Libro, que se extiende hasta el 6 de mayo en el predio de la Rural, la chilena Marcela Serrano y el mexicano Carlos Monsiváis.
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