Buenos Aires, 10 jun (dpa) - Mario Vargas Llosa, eterno candidato al Premio Nobel de Literatura, pudo romper el año pasado la larga espera y atribuirse el galardón que la Academia Sueca le negó sistemáticamente a Jorge Luis Borges. En sus primeras reacciones, el escritor peruano dijo sin rodeos: "Pues me da un poco de vergüenza recibir yo el Premio Nobel, no habiéndolo recibido Borges".
Y es que a 25 años de la muerte del autor de "El Aleph", sus méritos para acceder al máximo galardón de las letras "son tan universales y actuales, que para siempre el Nobel será el premio que se deslució al ignorar a Borges", analiza el estudioso y testigo de la literatura latinoamericana contemporánea Julio Ortega.
"He sido, lo puedo contar ahora que dejé de serlo, uno de los críticos consultados por el premio. Y aunque el acuerdo era generalizado a favor de Borges, una y otra vez le fue denegado. Más ha perdido el Nobel que Borges", afirma el peruano Ortega a dpa.
María Kodama, viuda del escritor, sostuvo que su marido no inscribió su nombre en la lista de ganadores por "cuestiones políticas", pese a haber sido uno de los mejores autores del siglo XX. "Su forma de pensar no caía bien", dijo Kodama hace un tiempo en España. "Era un hombre íntegro y no se dejaba llevar por la corriente, aunque esto le supusiera perder muchas cosas".
Las razones para que Borges se quedara sin el galardón de la Academia Sueca fueron triviales, observa Ortega. "Porque habían premiado recientemente a otros escritores de lengua española, porque Borges había recibido una medalla de Pinochet, porque para algunos lectores Borges seguía siendo más europeo que latinoamericano, porque la diplomacia argentina ha solido ser muy poco borgiana, y, no hay que descartarlo, por mera ignorancia".
También el escritor argentino Pablo de Santis estima que Borges perdió el Nobel al aceptar una condecoración del dictador chileno y por el discurso que entonces pronunció. "El escritor chileno Miguel Rojas Mix, autor de grandes ensayos sobre América Latina, me recordó en una ocasión la frase que Borges dijo en esa oportunidad: 'Prefiero la clara espada a la furtiva dinamita'", indica De Santis, ávido lector de Borges, a dpa.
Y coincide: "Le quitó más prestigio al premio que a Borges. La fama de Borges está fundada en dos géneros casi olvidados por el siglo XX: el cuento y el ensayo breve. Si su obra alcanzó trascendencia sin haber escrito novelas, bien podía tenerla sin haber ganado el Nobel".
Tras el anuncio de que sería el undécimo hispanohablante en quedarse con la máxima distinción a la que puede aspirar un literato, Vargas Llosa reflexionó en medio de su alegría: "Creo que es una ausencia (Borges) que ha sido muy justamente criticada. También la Academia Sueca se equivoca a veces".
Y antes de llevarse el Nobel, el colombiano Gabriel García Márquez comentaba en una nota periodística la infructuosa espera del asiduo candidato: "Borges es el escritor de más altos méritos artísticos en lengua castellana, y no pueden pretender que le excluyan, sólo por piedad, de los pronósticos anuales". "Lo malo es que el resultado final no depende del derecho propio del candidato, y ni siquiera de la justicia de los dioses, sino de la voluntad inescrutable de los miembros de la Academia Sueca".
"Yo siempre seré el futuro Premio Nobel. Debe ser una tradición escandinava", se resignaba el autor fallecido el 14 de junio de 1986 en Ginebra, cuyas opiniones políticas escandalizaron a la Academia Sueca. El argentino Roberto Alifano, quien fuera secretario de Borges, cuenta a dpa cómo vivía el escritor el anuncio del esquivo Nobel: "La noticia, cada año, cuando no se lo otorgaban, la recibía con una sonrisa y con una broma. Decía: 'Está bien que no me lo den; no me lo merezco. Pero eso hace que muchos se sientan culpables y me otorguen otros premios'".
Borges obtuvo todas las distinciones posibles a excepción del Nobel, subraya el biógrafo y coleccionista argentino Alejandro Vaccaro. "Las razones por las cuales no le han concedido el Nobel son sin dudas de orden político. Fue candidato durante 25 años y en ese lapso lo obtuvieron muchos escritores notablemente inferiores a Borges desde el punto de vista literario. Esa negativa constante ha desprestigiado el premio".
Mientras, el español Agustín Fernández Mallo, quien publicó recientemente "El hacedor (de Borges), Remake", homenaje y reelaboración del libro original, explica a dpa: "Si lo comparamos con el alcance de la obra de otros escritores, sí debería haber recibido el Nobel, ya que Borges es uno de los autores que más ha influido a partir de la primera mitad del siglo XX, y no sólo en habla hispana, sino también en el ámbito anglosajón. Lo que el 'caso Borges' ha demostrado es que ese premio no es el territorio, sino un sesgado mapa del territorio".
Los criterios de la Academia Sueca para decidir el galardón cambian según los jurados, indica Ortega. "En una época favorecían a los escritores de izquierda, porque representaban la resistencia de las sociedades sometidas por la violencia. O a escritores del bloque soviético, censurados y mal traducidos. En otra, favorecieron las voces del Tercer Mundo, para ensayar la inclusividad. Más recientemente, han optado por premiar a escritores de lenguas que no han tenido aún un Premio Nobel de Literatura. Es un premio, qué duda cabe, político hasta cuando no quiere serlo".
El profesor del Departamento de Estudios Hispánicos de la Universidad de Brown (Providence, Rhode Island) considera que el Nobel es más importante en español que en otras lenguas. "Es, como dijo Borges, un mito nórdico. Es remoto, más bien imprevisible, y tiende al patetismo", concluye Ortega.
Entretanto, hasta que la Academia Sueca abra en unos cuantos años los archivos que arrojen luz sobre qué sucedió con la candidatura del escritor argentino, la única certeza es que Borges quedará para siempre como el Nobel que no fue.
Blog que reúne las entrevistas que realicé para el servicio español de la Agencia Alemana de Prensa (dpa) en los últimos 20 años.
Desde Carlos Monsiváis a Jorge Edwards, pasando por Ricardo Piglia, Siri Hustvedt, Sergio Ramírez, Elena Poniatowska, Margo Glantz, Almudena Grandes, Luisa Valenzuela, Alan Pauls, Claudia Piñeiro, Juan Villoro y Fernando Vallejo, así como el traductor del "boom" Gregory Rabassa y el poderoso agente literario Andrew Wylie.
También compila otras notas sobre vida y obra de diferentes escritores y sobre las últimas ediciones de actividades culturales como los Congresos Internacionales de la Lengua Española, la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires y la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
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