Buenos Aires, 4 may (dpa) - "Las novelas te eligen", admitió el español Arturo Pérez-Reverte en Buenos Aires. "Las novelas son como jugar al siete y medio con las cartas. Si la escribes demasiado pronto es fallida o incompleta, si la esperas demasiado tiempo, a lo mejor ni siquiera la escribes porque ha pasado el momento".
El escritor protagonizó anoche un multitudinario acto en la 32 Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, donde presentó su último libro, "El pintor de batallas", sobre un fotógrafo de guerra que se encierra en una torre a pintar un gran fresco sobre una batalla.
En este marco, tampoco faltó una evocación a su personaje más famoso. "Alatriste para mí es muchas cosas. Aparte de que es un placer, me divierte mucho", reveló el autor nacido en 1951 en Cartagena, que actualmente se encuentra trabajando en el sexto tomo de la serie.
"Además es un pretexto estupendo porque me hace volver otra vez a los maestros del XVI y XVII, a los clásicos (...) Es una especie de cura, es como meterse en una clínica de esas que te renuevan la sangre y te dejan estupendamente", declaró.
Pérez-Reverte, miembro de la Real Academia Española (RAE), confesó que gasta mucho dinero en libros antiguos y ha montado una gigantesca biblioteca. "Otros van por el sexo, pues yo voy por los libros", bromeó respecto de lo que definió como su "única pasión desordenada". "Entonces tengo la suerte de que para trabajar no necesito irme a ninguna biblioteca ni a ningún sitio, tengo ahí cartografía de la época, mapas de ciudades".
Pérez-Reverte señaló asimismo que ya tuvo oportunidad de ver una versión "en bruto" de la película "Alatriste", dirigida por Agustín Díaz Yanes y protagonizada por Viggo Mortensen, de quien aseguró que "tiene un acento argentino que hubo que trabajarlo muchísimo".
"La película está muy bien, estoy muy contento con ella. Hay cosas que me gustan más, otras que me gustan menos, porque una película es siempre una película", explicó.
"Y él (Mortensen) es Alatriste físicamente", destacó. "¡El tipo se lo tomó tan en serio que hasta se vestía de Alatriste cuando no lo tenía que hacer!", se rió junto con el auditorio. "Y cuando lo ves es impresionante, el tipo realmente es un asesino, un espadachín, un soldado español del XVII, sin la menor duda".
Pérez-Reverte, corresponsal de guerra durante 21 años antes de iniciar una exitosa carrera en la literatura, precisó respecto de "El pintor de batallas": "Pues pensé que era el momento de ajustar cuentas con una parte de mi memoria de la que no estoy muy orgulloso y de la que tampoco estaba muy tranquilo, y sigo sin estarlo. Una novela no soluciona las cosas, pero sí a lo mejor ayuda a asumirlas".
"Todos somos animales peligrosos", sostuvo el autor de "La tabla de Flandes" y "El maestro de esgrima". "El tipo que mata, que viola en Bosnia, el tipo que tortura en la ESMA de Buenos Aires, somos nosotros". "Esta novela es un intento de asumir mi responsabilidad como parte de eso, no hay nadie inocente, ni los niños son inocentes. El niño que es hoy víctima puede ser verdugo mañana".
"Es que vivimos en guerra desde que el primer animal peleó con otro por un pedazo de comida, o por un sorbo de agua. El 'nunca más una guerra' es absurdo, terminará ETA, y terminará el terrorismo, y terminará (Osama) Bin Laden, y habrá pues otros terrorismos y otras guerras, porque está en la naturaleza de las cosas. A nuestra cultura y nuestro buen juicio corresponde que los efectos sean los menos graves posibles", apuntó.
"Es necesario educar a la gente no para un mundo sin guerras, porque eso es imposible, sino para un mundo en el cual la guerra no destruya al hombre moral e intelectualmente. Para que el hombre pueda sobrevivir culturalmente, moralmente, ideológicamente, espiritualmente, a la realidad inevitable de la guerra en sus distintas manifestaciones", manifestó su pesimismo.
Pérez-Reverte consideró que esa cadena de horror es absolutamente humana y natural. "Yo formo parte de ella, yo soy culpable también de esa cadena, porque formo parte de este cosmos tan injusto y tan cruel y tan hostil", expresó.
"Esta novela nace de muchos remordimientos por mi falta de compasión cuando yo era reportero, cuando yo trabajaba mirando un reloj, y tenía que transmitir desde Sarajevo, desde donde fuera", relató.
A su vez, se mostró criticó con el periodismo. "No por su culpa, no por culpa de los periodistas, no siempre, es cómplice. Cuanto más vil, cuanto más cobarde es una sociedad, más cobarde es el periodismo. Como desde mi punto de vista la sociedad occidental actual no está en su mejor momento moral, pues el periodismo tampoco está a la altura. Eso hace que en algunos momentos determinados esté muy contento de estar fuera".
Interrogado acerca de cómo ve la vida pasados los cincuenta años, Pérez-Reverte respondió sin rodeos: "Me noto viejo, porque cuando miras al futuro y ves más pasado que futuro significa que algo ya se ha quedado atrás. Hay cosas que ya no puedo hacer, ya no me atrevo a hacer. Y sobre todo ahora empiezo a pensar en que el ser humano debe planearse el final con serenidad".
En tanto, este jueves será el turno de su compatriota Enrique Vila-Matas para presentarse en la feria. Previamente ya participaron la también española Rosa Montero, el británico Hanif Kureishi y el argentino Tomás Eloy Martínez, quien inauguró el megaevento editorial y cultural que se extenderá hasta el 8 de mayo.
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