Blog que reúne las entrevistas que realicé para el servicio español de la Agencia Alemana de Prensa (dpa) en los últimos 20 años.
Desde Carlos Monsiváis a Jorge Edwards, pasando por Ricardo Piglia, Siri Hustvedt, Sergio Ramírez, Elena Poniatowska, Margo Glantz, Almudena Grandes, Luisa Valenzuela, Alan Pauls, Claudia Piñeiro, Juan Villoro y Fernando Vallejo, así como el traductor del "boom" Gregory Rabassa y el poderoso agente literario Andrew Wylie.

También compila otras notas sobre vida y obra de diferentes escritores y sobre las últimas ediciones de actividades culturales como los Congresos Internacionales de la Lengua Española, la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires y la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

sábado, 27 de agosto de 2011

ENTREVISTA / SIRI HUSTVEDT SE VUELCA AL HUMOR EN UNA NOVELA "SIN HOMBRES"

Buenos Aires, 27 ago (dpa) - "La escritura es algo que se apodera de ti", confiesa Siri Hustvedt, una de las voces más interesantes de la narrativa norteamericana actual. Y anticipa que en su última novela "The Summer Without Men" apela al humor, que "puede ser una manera de desenmascarar las pretensiones de la cultura".

"A través del humor abordo la pérdida y el dolor", cuenta la autora estadounidense de ascendencia noruega en diálogo con dpa. "Es mi primera comedia, estoy muy orgullosa de eso. Aunque es una comedia en el antiguo sentido de la palabra, ya que ocurren cosas bastante tristes". "The Summer Without Men", que se publicará a finales de año en español, "gira en torno a pausas, interrupciones en una vida", explica Hustvedt, casada desde hace 30 años con Paul Auster.

Su quinta novela, con numerosas alusiones al cine y a las comedias de Hollywood, comienza cuando una mujer es abandonada repentinamente por su esposo y termina en un psiquiátrico. "Realmente adoro este personaje. Y esta voz, esta suerte de voz enojada e irónica, me dio mucho placer. Mi esposo llegaba a casa y me escuchaba reírme, realmente me divertí al escribirlo. Y creo que la risa tiene un valor terapéutico muy importante", considera la mujer rubia, delgada y alta que vive en Brooklyn, con obras traducidas a casi 30 idiomas.

La celebrada ensayista y novelista (Minnesota, 1955) relata con franqueza lo que la motivó a pensar en el tema: "Durante los últimos 15 años tuvimos algunas parejas muy amigas, que estuvieron casadas tanto tiempo como nosotros, y de repente se acabó". El impacto de estas rupturas cercanas la llevó a hilar esta novela, a la que clasifica como "comedia feminista". "Busca ser un texto un poco subversivo", señala.

Consultada acerca de cómo es la convivencia de dos escritores, no duda: "Para nosotros fue más fácil, nos leemos nuestros textos. Hemos sido importantes el uno para el otro en el sentido de escucharnos. Nos criticamos, a veces más que otras, pero realmente confiamos en el otro".

La autora de las novelas "Todo cuanto amé" y "Elegía para un americano" sostiene que "uno se hace escritor por impulso, uno debe hacerlo, tienes la necesidad de escribir. Pude haber sido doctora, psicoanalista, enfermera (...) pero la escritura es algo que se apodera de ti de otra manera".

A la hora de escribir, Hustvedt apunta que "todo es autobiográfico y nada es autobiográfico. Yo creo que este trabajo tiene que provenir de alguna parte, pero no proviene de experiencias literales, sino de algún tipo de geografía emocional, psíquica e intelectual del escritor".

"Sean quienes sean la historia y los personajes, tienen que responder a un deseo emocional muy inconsciente. Es como fabricar sueños, tienen una resonancia de los restos diurnos, de lo que hay en el mundo, y se ven completamente transformados en el proceso de ser 'fabricados'", analiza.

El año pasado se editó en español "La mujer temblorosa o la historia de mis nervios" (Anagrama), en la que Hustvedt parte de ataques de temblores que ella misma sufrió a partir de la muerte de su padre para internarse en los vericuetos de la psiquiatría, la neurología y el psicoanálisis en busca de una explicación y un diagnóstico.

Hustvedt afirma no sentirse expuesta en el ensayo: "Todo lo que cuento en 'La mujer temblorosa' es absolutamente verdad. No hay nada inventado. No cuento nada que no quiera contar. El libro no es en realidad una confesión, sino una especie de ejercicio intelectual. Toma un síntoma y trata de entenderlo. Hay mucha distancia en el libro, es como si fuera mi propio objeto de estudio médico".

Y explica: "Lo escribí en menos de un año, porque había hecho antes toda la investigación, durante 35 años". La exploración del cuerpo y la mente es algo que la intriga hace muchísimo tiempo: "Desde muy joven me interesó por qué la gente es quien es. Y desde pequeña tuve dolores de cabeza, experiencias que me llevaron a la psicología y a la neurología".

Durante dos años y medio, dio clases en talleres literarios para enfermos internados en hospitales psiquiátricos. "Comencé a sentir que en los pacientes psiquiátricos había cierto beneficio en el acto de escribir, en volcar algo de ellos en papel. Mientras estaba allí le brindaba a cada paciente absolutamente toda mi atención, y eso en sí ya es terapéutico. Es una doble vía, te entregas emocional e intelectualmente a esa experiencia que está sucediendo en la sala y eso es algo que los pacientes pueden sentir", recuerda con entusiasmo.

Hustvedt, quien participó en Buenos Aires de un diálogo público con la escritora argentina Luisa Valenzuela y también firmó ejemplares de sus libros, recuerda exactamente el momento en que decidió dedicarse a la literatura. "Tenía 13 años. Estaba pasando el verano con mi familia en Reykjavik, Islandia, y fue un verano de lectura, leí decenas de libros. Y pensé: si esto es lo que son las novelas, si esto es escribir, ¡quiero hacerlo!"

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