Buenos Aires, 24 nov (dpa) - "No me interesa el Cortázar que les interesa a los demás, yo encontré otro", afirma el realizador argentino Eduardo Montes-Bradley, quien desde hace un año y medio persigue con su cámara los pasos del autor de "Rayuela".
En Julio Cortázar, explica, descubrió a "un liberal consecuente, que está a la izquierda de la izquierda, un escritor fascinante, revolucionario, culto, extremadamente conocedor de sus capacidades y sus limitaciones. Un hombre imprescindible para entender el tiempo en el que le tocó vivir y un hombre a quien no podés entender sin tener en cuenta el tiempo que le tocó vivir. Es la ecuación del hombre y el tiempo".
Montes-Bradley, quien estrenó estos días en Buenos Aires "Los cuentos del timonel", su película sobre el periodista, historiador y escritor Osvaldo Bayer, prosigue de esta forma con documentales sobre destacados escritores argentinos, ya que previamente filmó "Soriano" (sobre Osvaldo Soriano, en 1998) y "Harto the Borges" (sobre el autor de "Ficciones", en 2000).
"Cuando era adolescente leía los cuentos de Cortázar, me gustaban mucho. Yo no soportaba 'Rayuela' en esa época, me parecía un ladrillo. En realidad el ladrillo era yo, de eso me di cuenta mucho más tarde. 'Rayuela' es una novela formidable, más que una novela es una enciclopedia del gusto, es una enciclopedia cultural de los años 60, es una radiografía de esa época", expresa en entrevista con la Agencia Alemana de Prensa (dpa).
El film, al que define como muy ambicioso, traza un recorrido que se extiende desde el nacimiento hasta la muerte del "cronopio mayor". "Llevo ya un año y medio trabajando y me quedará un año más todavía. Son dos años y medio de trabajo en esa película, 36.000 kilómetros recorridos. Hasta ahora he filmado en Managua, en Masaya (también en Nicaragua), Granada, Solentiname, México, Nueva York, San Francisco, Londres, París, Milán, Roma, Tangañika", enumera.
Entre el numeroso material inédito del documental se cuentan "películas filmadas por Cortázar en súper 8 de sus viajes, son maravillosas, donde él está bailando en el Ganges, en la India, pintada la cara de rojo con Octavio Paz, los dos bailando tomados de la mano con un montón de niños. Y más de 200 fotografías originales, nunca vistas antes, nunca publicadas, todas por cortesía y gentileza de Aurora Bernárdez (su primera esposa)", apunta el director.
Asimismo, Montes-Bradley descubrió que existió un primer contacto entre Cortázar y Jorge Luis Borges, previo al que ambos reseñaron haber tenido. "Borges y Cortázar dicen que su primer encuentro fue cuando Borges le publica 'Casa Tomada' en 1944. Y yo encontré que hay uno anterior. Cortázar se presenta a un concurso de poesía organizado por la agrupación Martín Fierro en 1938. Está convencido que va a ganar, y pierde. ¨Y en el jurado quién estaba? Borges. O sea que Borges ya lo había leído en 1938".
Montes-Bradley afirma que las conexiones entre estos dos grandes escritores argentinos que asimismo cosecharon gran prestigio internacional "pasan por el anarcoindividualismo, por el anarcoliberalismo, por toda esta sensación de opresión que el individuo siente frente al Estado, toda esta cosa siniestra del siglo XX."
Uno de los hechos que deja una fuerte impronta en la vida del autor de "Historias de cronopios y de famas", nacido en 1914 en Bruselas y fallecido en París en 1984, es la relación con su padre, señala el director.
"El padre es un nacionalista recalcitrante de una familia salteña, que cuando se entera que Julio Cortázar firma como Julio Cortázar unos artículos en (el diario) 'La Nación' sobre literatura francesa, después de haber desaparecido cuando Cortázar tenía seis años, le escribe por primera vez en 20 años para decirle que por favor no use su nombre, que lo denigra, porque se llama de la misma manera. Y la gente va a pensar que es él el afrancesado. Entonces que firme como Julio Florencio Cortázar", cuenta.
Entre los acontecimientos políticos que marcaron la vida de Cortázar el director cita el golpe militar de 1943 en la Argentina y la Revolución Cubana en 1959. "Sin el golpe del 43 y sin (el general Juan Domingo) Perón no hubiese habido "Bestiario". No hubiera habido "Casa Tomada", "La banda", no hubiera habido "Los reyes" si no hubiera habido golpe. Es una ironía, a Cortázar se lo debemos a Perón, gracias a Perón tenemos a Cortázar". "El otro momento definitivamente es la Revolución Cubana en el 59. Que lo une en otro lugar, porque para un liberal como Cortázar, Batista, Somoza y Perón eran lo mismo", señala.
Entre los testimonios que recabó Montes-Bradley en diversas latitudes se encuentran los de los mexicanos Carlos Montemayor y Hugo Gutiérrez Vega, los nicaragenses Ernesto Cardenal y Sergio Ramírez, y los argentinos Aurora Bernárdez -quien reside en París-, Martín Caparrós, Liliana Heker y Horacio González. También evocarán al escritor que se fue a vivir en París en 1951 otros dos grandes exponentes del "boom latinoamericano" y amigos de Cortázar: el mexicano Carlos Fuentes y el peruano Mario Vargas Llosa.
"Su última vuelta es una vuelta muy triste. El viene a despedirse de la familia, sobre todo de las calles, de los bares. Muchos bares ya lo habían despedido a él, porque ya no existían. Pero él es un hombre del mundo, él no es ni siquiera un parisino, ni siquiera un francés. Es un hombre internacional, es un liberal", explica el director, que estima que estrenará su documental en septiembre de 2002.
En cuanto a "Los cuentos del Timonel", Montes-Bradley relata que inicialmente entrevistó a Osvaldo Bayer para "Soriano", y tiempo después lo visitó en su casa en Alemania. "Empecé a sacar la cámara y él empezó a contar historias. Esas historias me parecieron cuentos, y en uno de esos cuentos él narra de cuando él era timonel en un barco a vapor entre Buenos Aires y Asunción del Paraguay".