"Es como muy vertical y cada quien tiene su lugar como muy marcado. Entonces cuando
yo publiqué un libro es como si me hubiera salido de mi lugar de alguna manera", dice a dpa Rabasa, cuya segunda novela, "Cinta negra", llega en estos días a Argentina (Ediciones Godot).
"No ha sido agradable. En lo laboral me ha causado problemas por ejemplo con algunos de os autores y autoras de la editorial, pues no les hizo gracia que yo publicara un libro o dos ahora. No entiendo muy bien porqué, porque no los publiqué en mi editorial ni creo estar haciendo peor mi trabajo", apunta el autor elegido entre las mejores plumas jóvenes de Latinoamérica por la lista Bogotá 39-2017.
Rabasa es uno de los invitados de la VII Feria de Editores que finaliza este domingo en Buenos Aires, con participación de numerosos sellos independientes argentinos y latinoamericanos, entre ellos Sexto Piso. Y además llega con "Cinta negra", una parodia corrosiva que pone el foco en las relaciones de poder dentro de las grandes corporaciones.
Su protagonista, el inescrupuloso Fernando Retencio, trabaja en la empresa Soluciones y está obsesionado por acceder a la cinta negra. Se trata del máximo reconocimiento que otorga la compañía, que computa en una pizarra aciertos e infortunios de sus empleados, mientras estos libran una feroz competencia entre sí.
Esta novela distópica, que ya se publicó en México y Alemania y próximamente saldrá en Italia, surgió de la percepción de que "las empresas son como el gran actor económico, sin duda, pero cada vez más político e incluso cultural de la época. Los medios como
Facebook, Google son como los nuevos héroes, además son filántropos y buena onda", señala el escritor y editor.
Rabasa (Ciudad de México, 1978) buscó seguir "el recorrido de un personaje protagonista que hubiera hecho totalmente suyo este credo corporativo, como esta tecnología del management, del éxito", explica. El objetivo fue por tanto "explorar un poco esa mentalidad y qué tipo de individuo está produciendo".
Feria de Editores en el Konex |
Su filosofía implica "la alberca (piscina) de pelotas, la fuente de soda, si estás estresado puedes bajar y tocar la guitarra un rato. Tiene como esta cosa casi lúdica, puedes venir en sandalias y shorts, pero al lado de eso describe unos mecanismos laborales horrorosos".
Rabasa, quien se tituló en Ciencias Políticas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dice que la escritura de su primera novela "La suma de los ceros" (2015) tuvo "un proceso muy ordenado, tranquilo" y que le sirvió "para sanar algunas cosas".
"Cinta negra" resultó ser todo lo contrario. "Fue un proceso muchísimo más frenético desde los horarios, eran sesiones mucho más largas y me quedaba en un estado de exaltación, soñaba con el libro. Muchas veces me despertaba a medianoche y ahí apuntaba", señala. "Apenas estoy pudiendo volver a poner orden en mi vida".
A la pregunta de cómo se gestó la consolidación de Sexto Piso, afirma: "Cuando empezamos nos topábamos casi siempre con un discurso de 'en México no se puede tener una editorial así'. Esa idea de que no se podía acababa en la práctica siendo lo que hacía que la gente no lo intentara. Y nosotros, porque no teníamos experiencia, no conocíamos el mundo del libro, no conocíamos las dificultades, simplemente decidimos intentarlo".
El sello -que nació en México en 2002 y desde 2005 cuenta con una sede en España- apostó a iniciar con un catálogo sólido de autores clásicos "y después quizá de ahí empezar a arropar a escritores menos conocidos. Tomamos el camino inverso de lo que hacía mucha gente y supongo que en parte eso fue lo que funcionó".
Respecto de las futuras políticas culturales del presidente electo Andrés Manuel López Obrador, destaca el nombramiento de Margo Glantz –una de las autoras que publica Sexto Piso- al frente del Fondo de Cultura Económica (FCE) como "una muy buena señal" y "una noticia extraordinaria".
A la vez, Rabasa lamenta que la administración saliente "tuvo un desdén tremendo por la cultura. Hay programas de compras de libros que funcionaban muy bien y los fueron reduciendo y reduciendo", ejemplifica.
¿Qué gratificación le dejan sus oficios? Ser editor "produce mucha satisfacción, porque es un trabajo en equipo" y por "estar publicando buenos libros", reflexiona. En la escritura, en cambio, encuentra el placer en "el momento de escribir" y no tanto en la parte pública.
Y confiesa: "Casi siempre cuando me preguntan '¿tú que eres?' yo digo 'editor'. No acabo de asumir que también escribo. Supongo que será cosa de tiempo".
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