Muchos años después de la muerte de Bioy Casares (1914-1999) y de Ocampo (1903-1993), este tesoro literario llegó en 2017 a la Biblioteca Nacional Mariano Moreno de Argentina.
Actualmente se exhibe allí un adelanto del contenido de las "cajas número 26", donde el librero Alberto Casares reunió el material que consideró más valioso.
La donación consta de 10 lotes de 33 cajas cada uno, con un total de unos 17.000 ejemplares. "Es sin lugar a dudas la última gran biblioteca de autor argentina que ha quedado junta en el país", afirma el investigador de la Biblioteca Nacional Germán
Álvarez en entrevista con dpa.
Álvarez y su colega Laura Rosato, especializados desde hace años en la investigación de materiales borgeanos y autores del catálogo "Borges, libros y lecturas", evaluaron el material en el depósito donde permaneció muchos años antes de que arribara finalmente a la Biblioteca Nacional que dirige Alberto Manguel.
Rosato explica a dpa que la donación "es importante en número, en la calidad de las figuras que representan los libros. Estamos hablando de la biblioteca de Borges, de Bioy Casares y de Silvina Ocampo, con las ricas vidas literarias, con las familias que cada uno de ellos tiene y que se representan en esa biblioteca".
El autor de "El Aleph" -quien cultivó una legendaria y extensa amistad con Bioy- armaba "como una red de intercambio libresco", analiza Álvarez. Por lo tanto, "la biblioteca de Bioy iba a ser el gran reservorio de este intercambio, de este desprendimiento de la biblioteca de Borges".
En las vitrinas de la Sala del Tesoro de la Biblioteca Nacional se muestran por ejemplo correcciones manuscritas de Borges (1899-1986) para la primera edición de su cuento "El Zahir", publicado en la revista "Anales de Buenos Aires". Asimismo sorprenden sus dibujos en tinta negra y lápiz dentro de "The Paradoxes of Mr. Pond" de Gilbert Keith Chesterton.
"Borges y su hermana Norah escribían y dibujaban juntos de niños y después se dividieron las tareas", indica Álvarez. "Era una disciplina que no era nada ajena a él, tenía mucha inclinación también por la plástica", acota.
La complicidad entre el escritor argentino más universal y el maestro de la literatura fantástica se refleja en una edición de "Finnegans wake" de James Joyce, con anotaciones de juegos de palabras. Asimismo puede reconstruirse su labor de antologistas en un volumen de "Best crime stories", en cuyo índice Bioy apunta: "no", "maybe", "never" o "bueno".
En la sala con acceso restringido descollan además, con sus correcciones y tachaduras, una primera edición de la emblemática novela "La invención de Morel" de Bioy, así como de "Viaje olvidado", primer libro de la menor de las hermanas Ocampo.
Los equipos de la Biblioteca Nacional trabajan actualmente en la restauración de la colección donada de manos privadas. Su destino final será el Centro de Estudios y Documentación Jorge Luis Borges, dirigido por Álvarez y Rosato.
Las "cajas 26" también revelaron un amplio entramado de amistades literarias. El colombiano García Márquez le dedica a Bioy un ejemplar de su discurso de aceptación del Nobel de Literatura "La soledad de América Latina": "Con el terror compartido por los discursos (dichos y oídos)".
Y en una carta manuscrita que Gabo envió al ganador del Cervantes 1990, se refiere a él como "Querido Adolfo" y le manifiesta: "Mi asombro por tu resistencia descomunal ante los embates de once discursos me hizo pensar que una cena inolvidable no lo sería menos porque terminara antes de los postres".
Bioy -hijo único de una familia de estancieros acaudalados- y Silvina -hermana de Victoria Ocampo y una de las voces más singulares de las letras argentinas- también recibieron volúmenes dedicados de compatriotas como Ernesto Sabato ("Tres glosas") y Oliverio Girondo ("Campo nuestro"). Alejandra Pizarnik, en tanto, le envió a Ocampo un ejemplar de "Extracción de la piedra de la locura" con un collage.
Asimismo destacan entre otras joyas que estarán expuestas hasta fines de julio en la Sala del Tesoro de la Biblioteca Nacional un volumen de "Prólogo" (1929) de Bioy, libro que luego repudiaría, y un dibujo infantil atribuido a Silvina.
Rosato puntualiza que se puede apreciar "la originalidad de la vanguardia a la que pertenecieron Bioy, Silvina y Borges en sus bibliotecas personales. La irrupción de la literatura inglesa, las vanguardias artísticas, las colecciones de revistas de arte, se ven reflejadas perfectamente".
A diferencia de los libros que fueron propiedad de los padres de Bioy, Adolfo Bioy Domecq y Martha Casares Lynch, que también integran esta colección, en la biblioteca del matrimonio de escritores se observa "el corte de la tradición cultural de la élite argentina", indica.
Los investigadores adelantan que este valioso acervo además contiene las guías Michelin que utilizó el gran viajero Bioy, así como una colección entera de la mítica revista "Sur" y la de novelas policiales "El Séptimo Círculo" dirigida por Borges y el autor de "La invención de Morel".
Rosato y Álvarez abrigan gran expectativa respecto del potencial de esta importante donación, porque sostienen que "estas bibliotecas son la autobiografía de su dueño". Así que no dudan en señalar que, más allá de las "cajas 26", "el tesoro es toda la colección".
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