A continuación, algunas de las obras más recientes y otras ya clásicas sobre el mítico guerrillero, que aún hoy sigue encendiendo pasiones encontradas tras su ejecución el 9 de octubre de 1967 en la localidad boliviana de La Higuera.
LAS BIOGRAFÍAS: UN EXTENSO RECORRIDO TRAS LOS PASOS DEL CHE
Numerosos biógrafos de diversas nacionalidades se vieron atraídos por la figura del Che y se dedicaron a analizar sus escritos, entrevistar a quienes lo conocieron y rastrear información sobre su vida, desde su niñez hasta sus días finales.
"La única manera de preservar el corazón del mito es contándolo, lo más profundamente, lo más sólidamente, lo menos hagiográficamente, lo menos demagógicamente, lo más ricamente posible", aseguró a dpa el mexicano Paco Ignacio Taibo II, autor de la biografía más leída, "Ernesto Guevara, también conocido como el Che" (1996).
Asimismo se destaca "Che Guevara. Una vida revolucionaria", que le insumió cinco años a su autor, el periodista estadounidense Jon Lee Anderson. Aparecida en 1997, es considerada de manera casi unánime la mejor biografía sobre el líder guerrillero.
También desentrañan diversas facetas del hombre nacido en Rosario en 1928 "La vida en rojo" del ex canciller mexicano Jorge Castañeda y "Che. Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo" del francés Pierre Kalfon.
Entre sus biógrafos argentinos se cuentan el periodista Hugo Gambini, cuya obra "El Che Guevara" llegó a las librerías ya en 1968, el historiador Pacho O'Donnell ("Che. Luchar por un mundo mejor") y la periodista Julia Costenla ("Che Guevara, la vida en juego").
Y por estos días se editó la investigación "'Tengo a papá': Las últimas horas del Che". Según su autor, el español J. J. Benítez, desmitifica y busca revelar misterios alrededor del médico devenido combatiente.
LAS PALABRAS MÁS ÍNTIMAS SOBRE EL CHE EN EL PAPEL
Ernesto Guevara Lynch, padre del ícono de la rebeldía, así como la segunda esposa del Che, la cubana Aleida March, y su hermano Juan Martín Guevara fueron algunos de los familiares directos que llevaron su testimonio al formato libro.
Hace algunos meses llegó a las librerías "Mi hermano el Che", con el que el más joven de los hermanos Guevara rompió casi medio siglo de silencio, contando recuerdos, anécdotas y reflexiones junto a la periodista francesa Armelle Vicent.
En "Evocación: Mi vida al lado del Che", que March difundió en 2007, aporta elementos sobre la vida privada de su marido. Y ya en la década de 1980 Guevara Lynch narró en "Mi hijo el Che" niñez y juventud de su primogénito Ernesto Guevara de la Serna.
GRANADO, FERRER... TESTIMONIOS DE SUS AMIGOS Y COMPAÑEROS DE VIAJE
En coincidencia con el 50 aniversario de la muerte de Guevara, "Los viajes del Che por Sudamérica. 1952-1953" reúne por primera vez en un solo volumen los libros publicados previamente por sus compañeros de ruta y amigos entrañables Alberto Granado y Carlos "Calica" Ferrer.
Granado rememoró en "Con el Che por Sudamérica" el mítico primer viaje que iniciaron en motocicleta, mientras que Ferrer evocó el segundo recorrido en "De Ernesto al Che". Esas dos travesías serían cruciales para que el futuro comandante descubriera su vocación revolucionaria.
Y poco después de la ejecución del mítico guerrillero se editó además "Mi amigo el Che", del argentino Ricardo Rojo, a quien Guevara conoció en Bolivia.
LA VIDA DE ERNESTO GUEVARA SE DESPLIEGA EN CÓMIC Y NOVELA GRÁFICA
La historia de Ernesto Guevara también se hizo cómic y de alto vuelo. El argentino Héctor Oesterheld escribió "Vida del Che" (1968), dibujada por Alberto y Enrique Breccia, que sería censurada por el gobierno militar.
Posteriormente se publicó "Che. Una biografía gráfica" (2008), del artista estadounidense Manuel "Spain"¨Rodríguez. Y recientemente vio la luz la novela gráfica "Che. Una vida revolucionaria", realizada por el caricaturista mexicano José Hernández, en base al libro homónimo de Anderson.
EL CHE INSPIRA A LOS POETAS
Encumbrados escritores iberoamericanos le dedicaron sus versos al Che, como el chileno Pablo Neruda, el cubano Nicolás Guillén, el español León Felipe, los argentinos Julio Cortázar y Juan Gelman, el salvadoreño Roque Dalton y el uruguayo Mario Benedetti.
"Nadie dijo esta boca es mía./Nadie lloró en los pueblos indios./Nadie subió a los campanarios./Nadie levantó los fusiles, y cobraron la recompensa aquellos que vino a salvar el comandante asesinado", se lamentó el Nobel chileno en "Tristeza en la muerte de un héroe".
Y Cortázar, autor de "Rayuela", le escribió en su poema "Che": "No nos vimos nunca/pero no importaba,/mi hermano despierto/mientras yo dormía,/mi hermano mostrándome/detrás de la noche/su estrella elegida".
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