Cartagena de Indias, 28 mar (dpa) - El escritor y periodista mexicano Carlos Monsiváis, uno de los protagonistas en el IV Congreso Internacional de la Lengua Española en Cartagena de Indias, afirmó hoy que se pregunta "todo el día" cuáles son las alternativas de la izquierda mexicana.
"La primera alternativa es continuar, la segunda alternativa es no creer de un modo supersticioso en la democracia, sino prepararse mucho mejor de lo que se hizo para defender el voto y para defender la democracia, y lo tercero enfrentar la campaña de la derecha en muchos terrenos, por ejemplo el de la vida cotidiana", opinó el ganador del Premio Juan Rulfo.
En este contexto, indicó a dpa: "El ataque del Partido Acción Nacional, incluido el presidente de la república, a la despenalización del aborto o al uso de los condones me parece inadmisible. Me parece inadmisible que se inicie el gobierno de (Felipe) Calderón en materia de salud con un ataque a los condones, una elevación a políticas de Estado de la fidelidad y la castidad. Me resultan fórmulas francamente pueriles".
"Tuvieron que retroceder de inmediato, porque la sociedad ya no está para esas sanciones parroquiales, pero desde luego la derecha quiere llevarnos al siglo XIX, donde por lo visto se siente muy a gusto psicológicamente, y eso la izquierda tiene que rechazarlo. Y la izquierda, de la que yo puedo hacer muchas críticas, sin embargo en estos casos ha sido muy eficaz", afirmó.
"Ha sido el Partido de la Revolución Democrática el que enfrentó lo de la política de salud, y el que defendió el uso de los condones, y el que en este momento mantiene en la Ciudad de México la despenalización del aborto. Entonces creo que la izquierda no ha sido negativa en varios aspectos fundamentales. Al mismo tiempo el Partido de la Revolución Democrática necesita reestructurarse, no tiene una política coherente en muchos aspectos y en otros está más bien un liderazgo inconvincente. Pero seguiré votando por el PRD, porque con todo es el único partido que en este momento defiende causas importantes, las mismas causas que al PRI (Partido Revolucionario Institucional) no le importan, en su destrucción, en su decadencia, y que el Partido de Acción Nacional detesta", aseveró.
También se mostró de acuerdo con el ex candidato presidencial Andrés López Obrador, derrotado en el cómputo oficial por Calderón, "en el principio de la resistencia". "Una izquierda que se va a su casa y espera hasta las siguientes elecciones no sirve de nada. Hay que organizarse, hay que hacer la crítica en muchos aspectos, hay que mantener la tensión política sin que esto signifique la apología del desgaste".
Respecto de los primeros cien días de gobierno de Calderón, sostuvo que "fue un proyecto demagógico, publicitariamente costoso, fallido, en eso toda la crítica está de acuerdo, inclusive la muy proclive a Calderón, demasiado sustentada en gestos autoritarios, no en acciones sino en gestos autoritarios, y con una definición de trabajo que no comparto en lo mínimo".
El intelectual mexicano apuntó: "Se votó por definir el rumbo del Estado, no por situar al mismo tiempo la entronización del mercado. A un presidente de la república le concierne el Estado, a las fuerzas económicas les concierne el mercado".
"Mi balance es muy crítico, y desde luego creo que algunas acciones que son necesarias, acciones que inició Calderón, como el combate al narcotráfico, van a llevar mucho tiempo, y el pretender que todo es más fácil de lo que parece no lleva a ningún lado", dijo.
"Todavía falta ver cómo se emprende y sobre todo todavía falta que el gobierno norteamericano se responsabilice de su parte, que es para mí la primordial. El gobierno norteamericano una y otra vez culpa a México, a Colombia, de lo que básicamente es un asunto del mercado de la droga en Estados Unidos, de la corrupción, de una parte de su policía, de las medidas hipócritas que todo se lo achacan a otros países, sin ver que al no responsabilizarse el gobierno norteamericano de la parte que le toca las acciones contra el narcotráfico una y otra vez empiezan de nuevo".
En otro orden, manifestó que la izquierda mexicana tiene una actitud mixta respecto del presidente venezolano Hugo Chávez. "Una parte que lo elogia y que defiende lo que me parece justo, el voto mayoritario, me parece necesario que se considere esa voluntad mayoritaria. Hay otra parte que se distancia de muchos de los gestos y muchas de las actitudes del presidente Chávez. A mí me pasa esto, que festejo la crítica a (George W.) Bush -de la que yo creo que ningún latinoamericano debe abstenerse, que ha sido un régimen monstruoso que ha cometido la hazaña criminal de la invasión de Irak- y en otros pronunciamientos nos sentimos completamente distantes", apuntó.
"No es para nada la izquierda mexicana una izquierda chavista", dijo. "El uso grotesco que hizo el Partido Acción Nacional de México de la relación de Chávez con López Obrador nos indigna, aquí sí no tiene ninguna culpa el presidente Chávez, sino una derecha tan primitiva como la del Partido Popular de España. Para la derecha toda la campaña se montó en principio en la idea de que López Obrador era Chávez, y por lo mismo que López Obrador iba a quitarle su patrimonio a la clase media, que tenía muy poco, y a los pobres que no tenían nada".
"Ahí tenía razón Chávez al protestar, porque (la campaña) fue descarada y mentirosa. Millones de millones de dólares se gastaron en eso. De ahí a que yo considere que el régimen de Chávez representa lo que es la izquierda latinoamericana hay una gran distancia. Todas las amenazas, la idea de la continuidad en el poder, la censura, el militarismo, yo no puedo estar con eso definitivamente. Creo que como izquierda latinoamericana, si va a continuar -que va a continuar y con mucha fuerza-, tiene que ser democrática, y no veo en el gobierno de Chávez ninguna intención democrática, sino la continuidad en otro país de esa obsesión por el control omnímodo de Fidel Castro", opinó.
Lo que unifica a las izquierdas, apuntó Monsiváis, es la decisión de enfrentarse a la desigualdad social, "que es lo peor que devora a la región y lo que sustenta el horror del neoliberalismo. Pero la izquierda no es solamente la justicia de la causa del enfrentamiento de la desigualdad, sino los métodos. Y los métodos del presidente Chávez me resultan muy autoritarios, y en esa medida no compartibles".
También precisó que los venezolanos han padecido una derecha "monstruosa". "Si el presidente Chávez ha ganado fue también porque esa derecha mintió, hizo el ridículo con el golpe, ha intentado las peores alianzas con lo peor de Estados Unidos, entonces no es simplemente que 'el socialismo del siglo XXI' surja de la voluntad de Chávez, sino que ha tenido ese espacio porque la derecha ha sido fanáticamente estúpida en Venezuela. Pero ese socialismo así no me interesa, ni es socialismo para mi idea del socialismo. El autoritarismo no puede ser socialista de acuerdo con mi punto de vista".